Espaillat reúne atractivos como los ríos de Jamao al Norte, las playas de Gaspar Hernández y la gastronomía típica de Moca, integrando a sus comunidades en una cadena de desarrollo respaldada por la Ley 41-23, que la declara provincia ecoturística y establece un fondo de RD$ 10 millones anuales por cuatro años, según el Congreso Nacional.
Los ejecutivos del sector están conscientes de que el turismo es una actividad que requiere de esfuerzos entre la comunidad, el sector privado y el Estado para lograr un mismo objetivo: beneficiar a la población que está insertada en este renglón, y, a la vez, promover el desarrollo integral de una zona.
El presidente del Clúster Ecoturístico de Espaillat, Rafael García Hernández, afirmó que la provincia “encierra todo lo que el viajero busca: valles y montañas, gastronomía, raíces culturales profundas y fe”.
Según García Hernández, estos atractivos florecen bajo el paradigma del turismo sostenible que impulsa ONU Turismo como herramienta de desarrollo responsable.
Recordó que los principios del turismo sostenible, viajar de modo responsable hacia áreas naturales, conservando el entorno y mejorando el bienestar de las comunidades locales, guían el desarrollo del sector en la provincia.
La directora ejecutiva del Clúster Turístico de Espaillat, Rosa Rivas, afirmó que para que exista un turismo sostenible, se deben incluir a las comunidades aledañas a los puntos turísticos de una demarcación.
“La idea de integrar y añadir valor se toma en cuenta que los puestos laborales deben ser de calidad, pero para que sean de calidad deben pasar por la formación e incentivar a la regulación de los recursos del destino”, explicó Rivas.
El aporte a la producción local es uno de los pilares que sustentan el crecimiento social y económico en un país. Para asegurar la permanencia y sostenibilidad de la industria de viajes frente a sus homólogos del Caribe, se debe incluir a la comunidad local y el interés del Estado y sector empresarial para invertir en el turismo.
Además de aportar a la conservación de áreas protegidas, apoyar el desarrollo sostenible y el empoderamiento de la comunidad, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que por cada dólar gastado en la restauración de zonas, la economía global puede tener ingresos entre US$ 3 y US$ 75 en beneficios económicos de los bienes y servicios de los ecosistemas.
Los ejecutivos dl Clúster de Espaillat destacaron que más allá de mostrar lugares, el propósito es “invitar a vivir la experiencia de un turismo de calidad, sostenible e integrador, un modelo que genere empleo, respete el entorno, potencie el patrimonio y fortalezca la comunidad”.
Este pensamiento se alinea con los estándares internacionales y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que, de acuerdo con la directora de Iniciativas Provinciales del Ministerio de Turismo (Mitur), Yira Vermont, el turismo es una actividad económica con poder para erradicar la pobreza.
“Si se desarrolla de forma sostenible, garantiza que las generaciones actuales y futuras puedan vivir de los mismos recursos”, explicó Vermont.
De hecho, el turismo ecológico genera alrededor de US$ 600,000 millones anuales, brindando oportunidad para que los países diversifiquen sus economías, mientras protegen la biodiversidad y sus patrimonios naturales, según estimaciones del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).
Asimismo, García Hernández resaltó que Espaillat sobresale por su oferta gastronómica con sabores autóctonos y productos locales, su riqueza cultural y su turismo religioso, lo que conforma un destino integral y auténtico.
También subrayó que la ubicación geográfica de Espaillat otorga ventajas competitivas, ya que República Dominicana es reconocida como uno de los destinos más atractivos para inversiones verdes en turismo, gracias a su infraestructura, estabilidad y promoción internacional.
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