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Desde "La duda de la duda", el sujeto-autor replantea su filosofar hacia un teorizar que se encamina a presentar ante los lectores y las lectoras, como una propuesta para la vida, desde un ensamblaje discursivo simple, claro y preciso, algo muy extraño en la discursividad de la mayoría de nuestros filósofos.

Usted se preguntará: ¿y dónde está lo creativo en el filosofar del sujeto-autor? Su potencial creativo se pone de manifiesto en el uso innovador de presentar sus visiones teóricas sobre la duda, desde un decir simple, con sencillez y sin perder su valor académico.

Este autor es entendible, hasta por los que no están vinculados con la filosofía y sus múltiples universos de saberes.

Exponer la duda sobre el tapete de la discusión lo conlleva también a cuestionarse a sí mismo, como pensador, y es lo que conlleva a presentarnos un enfoque directo, explicativo y claro, desde su filosofar.

¿Es esta una apuesta cognitiva que convoca al debate o la discusión, por parte de los entendidos de esta disciplina y hasta por la gente común, porque todos y todas dudamos y estamos obligados a buscar respuestas pertinentes a nuestra duda?

Situar este saber en los ribetes de la hermenéutica nos sitúa sobre los planos interpretativos del discurso. La lengua aquí queda proyectada más allá de la duda, porque empuja hacia la búsqueda de nuevas miradas políticas del conocimiento y sus valores humanilísticos.

Más allá de los planteamientos de la interpretación del discurso, en esta obra, el sujeto-autor nos pone frente a un filosofar analítico, situado en el cuestionar lo existente, porque la duda, en sí misma, es la construcción de otros sentidos de nuevos saberes.

Dr. Joseh Mendoza.

Esa discursividad sobre el cuestionar lo manifestado en el texto es lo que sitúa al sujeto-autor en los planos de la creatividad.

Esto nos confirma que, sin importar los planos del conocimiento que se aborden al momento de escribir, el potencial creativo del sujeto-autor marcará siempre la diferencia, desde el uso o el manejo de la lengua en movimiento.

Desde "La duda de la duda", el sujeto-autor procura establecer una dialogía con sus lectores y con sus lectoras. No es su intención conllevarnos a "interpretar" su discurso, sino a que su decir filosófico sea cuestionado y que sea visto desde una mirada analítica.

Estamos ante un aporte a la filosofía dominicana contemporánea, donde ni el clásico Descartes queda libre de ser cuestionado. Vamos:

(…) "Para Descartes, sería preciso no olvidar que los sentidos son inseguros y engañosos. Desconfió no solo de ellos, sino de la razón y la realidad. Su desconfianza no fue caprichosa, ni mucho menos precipitada. Al parecer, siempre estuvo condicionada y guiada por la duda metódica, contrapeso a la espontaneidad y el juicio desenfrenado. Aunque dudó de todo, nunca lo hizo de sus dudaciones, pero habría que decirlo: restringió, hasta cierto punto, la función epistémica de la duda metódica, porque no dudó de la duda y quedó atrapado en sus propias limitaciones"(…). (Ver páginas 23/24. Obra citada).

Desde ese razonamiento, se advierte el ímpetu innovador y creativo de este sujeto-autor, en este filosofar en torno a la duda. Desde su dudar, procura ensamblar un discurso creativo, novedoso, tratando, además, de incorporar otras vertientes epistémicas en sus razonamientos filosóficos.

Desde aquí, podemos analizar los significantes y los significados de un teorizar que conlleva el dudar, como una base-fuente para la creatividad, desde el dudar, en la pragmática de la escritura. Veamos:

(…) "La práctica escritural, por así decirlo, entraña la necesidad de dudar". Por eso, a menudo incluso, se debería escribir dudando. De otra manera, no habría posibilidad alguna de imaginación creadora".  (…) (Ver pág. 89. Obra citada).

Entonces, cuando asumimos, desde el título de este trabajo, asumir el enfoque analítico de esta obra, desde la hermenéutica, nuestro objetivo era y es demostrar que, más allá de la interpretación del discurso, aquí, lo válido queda evidenciado en la proyección analítica de las conceptualizaciones que el sujeto autor expone en esta obra.

Hay aquí una extensa discursividad, vinculada a la escritura, la escritura y la duda. Dice el sujeto-autor lo siguiente: Veamos: (…)

"Todo escritor, quiéralo o no, tiende a dudar el contenido de su obra".

(…)

(Ver pág. 90. Obra citada).

Es que la duda, dentro del proceso escritural, conlleva al escritor a revisar, de manera constante, lo que escribe, como una forma de ir fortaleciendo su discurso y su potencial creativo.

Aprovecho para volver a reiterar que el Estado dominicano, a partir de la duda, debe reinventar nuestro sistema educativo nacional y formar a nuestros maestros y maestras a partir del cuestionar todo saber, hasta llevar a nuestros educandos a la creación de nuevos saberes, desde la duda.

Y es que la actual lógica del poder es obligar al sujeto a NO RAZONAR. De ahí la rechazable disposición de repetir y admitir como "bueno y válido" todo cuanto nos dicen los maestros.

Debemos partir de la duda para construir una metodología de razonamiento, con claros objetivos políticos, en la formación de la nueva sociedad humanística, solidaria y participativa que amerita la sociedad dominicana.

Entiendo que debemos conllevar esta obra a proceso abierto de discusión en las academias y demás centros educativos del país.

Este trabajo, si me abren los caminos, será expuesto y discutido durante el VI Congreso de Filosofía-2025, "Pensar en español, apuesta por la identidad dominicana", el cual está siendo organizado por la Escuela de Filosofía de la Facultad de Humanidades-UASD.

Cerrando ya este trabajo, espero haber cumplido mi meta, porque, en el fondo, partí de la duda de que algunos colegas filósofos quieran cerrar los ojos ante esta innegable realidad académica que nos convoca al debate, sin dar como un único hecho esta realidad académica que sí la podemos dudar, pero que nunca la podemos ignorar.

Que sea la duda nuestro motivo hacia el nuevo pensar que nos impulsa a cuestionar este presente de acelerado conocimiento, hoy, cuando la inteligencia artificial (IA) se nos impone desde todos los espacios del saber, pretendiendo sustituir el razonamiento crítico de los humanos, con lo cual lidiamos constantemente, en este duelo cotidiano… entre la vida y la muerte.

Julio Cuevas

Poeta

Poeta, ensayista y crítico literario. Licenciatura en Educación, mención Filosofía y Letras-UASD. Maestria en Lingüística Aplicada-INTEC. Doctor en Derecho-O&M, con Maestria en Relaciones Internacionales, para el Área del Caribe-FLACSO-INTEC. Administración Cultural en Venezuela-OEA-CLACDEC. Fue Embajador, Encargado de Asuntos Culturales de la Cancillería dominicana. Ex-Secretario General de la Comisión Dominicana para la UNESCO. Es egresado de la Escuela Diplomática y Consular del Ministerio de Relaciones Exteriores. Actual Embajador Adscrito. Doctorado en Filosofía para un Mundo Global, Universidad País Vasco. OBRAS: ¨Epistolario del Crepúsculo¨, (poemas, 1974), ¨Visión Critica en Torno a la Poesía de Víctor Villegas¨, (Ensayo, 1975), ¨Testimonio del Tiempo¨ (poemas, 1986), ¨Homenaje en Tono Oblicuo¨ (poemas, 1992), ¨Los Cantos del Hierofante¨ (poemas, 1997),¨Poemas Tierra Adentro¨ (poema, 2008) y Literatura Infantil para el Desarrollo de la Creatividad y el Pensamiento Crítico (Ensayo,2013). Profesor Escuela de Letras UASD.

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