En esta ocasión las voces cuyos orígenes se investigarán tienen relación directa con los seres humanos. Algunas de ellas denominan órganos del cuerpo humano o secreciones de estos. Como se ha visto en ocasiones anteriores algunas de estas voces del español comparten el origen con las demás lenguas románicas y hasta con el inglés. La raíz de algunas de ellas puede considerarse graciosa como se observará más abajo. No se sorprenda; la idea de gracioso no es absoluta, tiene matices.
¿Cuáles son esas voces?
Se seguirá un orden alfabético para estudiar estas voces. No hay secreto en esto. Es una forma sencilla de organizar las voces. Se eligió esta disposición porque resulta cómoda. La primera voz será bilis que permitirá echar una ojeada a otras voces relacionadas con esta. Catarro ocupará la segunda posición. El tercer punto será flema. Se estudiará del mismo modo la voz humor que tiene dos vertientes. Una de esas tiene una manifestación semejante a bilis, flema y catarro.
Bilis
La voz bilis fue tomada del latín, lengua en la que se escribía de la misma forma. Es una voz que aparece documentada a mediados del siglo XVI. Derivadas de bilis son las voces “atrabilis, atrabiliario, atrabilioso”. La voz atrabilis es compuesta de atra y bilis, dos voces del latín. Es la otrora conocida “bilis negra”, considerada por los antiguos de consistencia espesa que causaba la hipocondría y la melancolía. Atrabiliario es el adjetivo que caracteriza a la persona de genio destemplado y violento. Funciona además como sustantivo. Atrabilioso es el adjetivo de uso mayormente en ciencia médica para lo relativo y perteneciente a la atrabilis.
La bilis es una secreción amarillenta producida por el hígado que desempeña funciones importantes en la digestión. Todavía en tiempos modernos se considera la bilis responsable de algunos estados de ánimo. Se la relaciona con la cólera, el enojo y la irritabilidad. A tal punto la relación entre el estado de ánimo y la secreción mantiene relación tan estrecha que la cólera se la identifica con la secreción amarillenta, bilis. Parece que no hay nada agradable en la lengua para la bilis, pues cuando se la mienta con el nombre hiel es sinónima de amargura, aspereza o desabrimiento.
La explicación para la estrecha relación entre la cólera y la bilis (hiel), según algunos etimologistas proviene del griego, lengua en la que la raíz khole, bilis, deriva a su vez de kloros, “verde pálido, verdoso, amarillo”. El étimo remoto de bilis y hiel se remonta al sánscrito hári, “rubio, dorado”; cuyo antecedente indoeuropeo es ghel-Las voces de este origen se vinculan con los colores. Es probable que después de leer estos enlaces de las voces que se han citado en esta sección, se aclare el vínculo que existe entre melancolía y “bilis negra”, pues el sinónimo griego para este estado de ánimo o humor significaba “negro”.
¿Otra relación interesante?
Ahí está díscolo, en griego vale para “mal, difícil”, equivalente de “áspero, displicente” en español. Es posible que de ahí provenga que a las personas de carácter o temperamento áspero las caractericemos como “difíciles”. Recuerde que melan es negro. Este melan está presente no solo en la melancolía, sino también en la melatonina, pigmento de color negro o pardo negruzco al cual deben su coloración especial la piel, los pelos y la coroides de color más o menos oscuro en los ojos.
Catarro

La voz catarro la tomó el español del latín catarrhus. Esta voz existió en el léxico médico del bajo latín. El latín a su vez la tomó del griego katárroos. La voz en sí sugiere la idea de correr (un líquido) de arriba abajo y se la usaba también con el sentido de “resfriado común”. Esta letra hache que se nota en el latín es la responsable de que en algunas lenguas extrañas al español aparezca escrito catarro con esa hache (h) intrusa para los modelos del hispanohablante. La voz en la actualidad se refiere al flujo o destilación procedente de las membranas mucosas. Hay que recordar que la voz actual es la sustantivación de un adjetivo que significa “líquido que corre de arriba abajo”.
El étimo remoto de catarro es -sreu, fluir, del sánscrito srávati, fluye. El trayecto de la voz está muy bien documentado. Aquí no podemos copiarlo todo para no abusar de la paciencia del lector; a pesar de que es muy interesante. De la misma familia de voces se pueden citar, “hemorroides, amenorrea, diarrea y seborrea”. Puede apreciarse de inmediato que en las voces de esta familia hay “flujo” de algo o ausencia de este. Nótese la presencia del dígrafo erre doble o doble erre (rr) en todas las voces de esta familia.
Las voces emparentadas con la del título, entre otras, son: “catarral, catarroso, acatarrar, acatarrado”. Como se observa de inmediato, este catarro además de ser el flujo de líquido, puede implicar la inflamación aguda o crónica de las membranas mucosas con aumento de la secreción habitual de moco. El conocido gargajo tiene una raíz onomatopéyica, por lo que no sigue el patrón antes expuesto. Ha de tenerse en cuenta que el gargajo no fluye, sino que se expulsa. Esta voz llamó mucho la atención de mi difunta esposa Carol Hoffman por la sonoridad. Recordada aquí por su bondadosa vida de servicio al prójimo.
Catarro puede considerarse un término médico que se integró al habla común. Debe recordarse que Hipócrates ya había utilizado la voz catarro para mencionar el resfriado común; por tanto, puede considerarse -como ya se mencionó- un término propio de la ciencia médica.
Flema
Flema es uno de los cuatro humores en que la medicina antigua dividía el cuerpo humano. Es una mucosidad pegajosa que se arroja por la boca, procedente de las vías respiratorias. Es una explicación apegada a la consistencia y procedencia del humor que es; así como por donde se expulsa. Son detalles desagradables, pero que corresponden a la realidad.
¿De dónde procede la voz flema?
La lengua española la tomó del latín phlegma, lengua en la que significaba “mucosidad, humores orgánicos”. El latín a su vez la tomó de una voz del griego en la cual la voz en cuestión servía para decir “inflamación, mucosidad”. La letra ge (g) que figura aquí se ha conservado en la grafía en otras lenguas, aunque no se pronuncie. El sonido de las letras ph a principio de palabra representaba el sonido que conserva en el español moderno. Antes de llegar a flema se escribió fleuma. Corominas y Pascual explican que la letra u que apareció en fleuma se debe a la vocalización de la g latina.
¿Y en otras lenguas, qué sucedió?
En inglés que no es considerada una lengua latina se escribe phlegm y pasó por el mismo proceso que en español. No se emite el sonido de la g de la escritura. Es una letra etimológica; transitó un camino similar al español, se escribió fleume también; algo documentado ya en el año 1373. En un principio fue solo una secreción espesa de la nariz o de la garganta. Luego añadió la acepción de resfriado y humor mucoso. La lengua inglesa acepta que tomó esta voz del francés antiguo fleume, flaime, procedente del latín phlegma. El sentido de “lento, indiferente” está documentado del año 1574.
En francés reconocen haber tomado la voz del bajo latín, que lo tomó del griego de ciencia médica. Cobró a través del tiempo los significados de mucosidad, uno de los cuatro humores del cuerpo asociados al comportamiento humano, en este caso específico para designar al calmado.
Humor
El sustantivo humor puede tratarse desde diferentes perspectivas. En esta exposición se concentrará la atención sobre dos aspectos que parecen los más interesantes; claro, sin desdeñar otro que se mencionará por su relevancia actual.
La voz misma llega al español desde el latín (h)umor. Vale para líquido, ya sea de agua, sudor, lágrimas, etc. La hache colocada arriba entre paréntesis tiene su explicación que vendrá más abajo. Uno de los humores que interesa más es el que se refiere al “genio, índole, condición, especialmente cuando se manifiesta exteriormente”. Ese humor se consideraba causado por los humores del cuerpo.
En latín (h)umeo era estar húmedo. La hache (h) se incorporó porque antiguamente se creía que estaba relacionado con humus, tierra. Esa que es la capa superficial del suelo, procedente de la descomposición de animales y vegetales; es un conjunto de compuestos orgánicos. Esa es la capa oscura que se encuentra expuesta en la parte superior de la tierra que los dominicanos denominan “tierra negra”. Se la considera muy nutritiva para las plantas, por lo que se la usa como abono. No hay que sorprenderse si se lee que el étimo remoto es weg-, del sánscrito ukysti. Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española (1997:189).
En un párrafo precedente se escribió que este humor está relacionado con humedad y con humor. La acepción de humor en tanto genio, condición, se introdujo en el español en la Edad Media. En inglés sostienen que se agregó en el año 1500. Entre los derivados de húmedo pueden mencionarse “humedad, humedecer, humedal, humectar” (del latín umectare), “humectante”. Los humores vitales segregados en el cuerpo humano comenzaron a considerarse en los años de la Edad Media responsables del genio, condición, carácter, personalidad que se definió antes.
Es necesario volver al tema principal, humor. El humor en tanto líquido de un organismo vivo apareció muy temprano en la historia cuando se consideró asociado con el estado afectivo que se mantiene por algún tiempo. En la medicina antigua la proporción de los cuatro humores en el cuerpo humano se suponía que determinaba el temperamento. Más tarde en el empleo literario se utilizó esta creencia como una tendencia dominante que forma el carácter. También en el mismo campo de la literatura se ha considerado como una tendencia a las reacciones de algunos personajes.
¿Humorista, tiene alguna relación con lo todo lo anterior?
Humorista
La voz para la calificación de la caracterización de una persona que se expresa o manifiesta con humorismo llegó al español siglos después de humor y sus derivados. La voz humorista se integró al español desde las riberas del inglés. Encontró un lugar en el lexicón académico en la edición del año 1914. Todavía en el siglo XVI las manifestaciones humorísticas eran ridiculizadas. Shakespeare se opuso a los “humoristas” en su época.
En inglés la voz humorist está documentada desde el año 1596. El Chambers Dictionary of Etymology ((2015:497) entiende que se tomó del francés humoriste que a su vez lo tomó del italiano umorista. En el siglo XVI el humorista era más bien un cómico que recurría a vestimenta y representaciones ridículas. La noción moderna ha cambiado bastante, pues el humor se interpreta como la capacidad para percibir los aspectos graciosos de la realidad. El contenido de la voz se ha ampliado hasta tal grado que a algunos humoristas se les considera “humoristas serios”, por el enfoque y los temas que acostumbran a tratar.
En El origen de las palabras se resume con acierto la explicación acerca del desarrollo de la voz humorista. En ese diccionario puede leerse, “… en el siglo XVII los franceses empezaron a usar el término humeur para referirse a la manera de ser de las personas bromistas. La palabra pasó al inglés (. . .) en poco tiempo era usada con un matiz semántico algo diferente (. . .) hoy diríamos “bienhumorada” de ver el mundo y las cosas”. Es “la capacidad de un individuo de percibir lo ridículo, lo alegre o lo gracioso de las cosas y de las situaciones y de expresarlo en forma jocosa”. El origen de las palabras (2018:271).
En el habla diaria humor se utiliza con mayor frecuencia en relación con la disposición de una persona en el trato con los demás. Suele venir acompañada de adjetivos que lo modifican para especificar a cuál tipo de humor se alude, buen humor, mal humor.
A guisa de conclusión. Este es el lugar para escribir lo que se ha observado en el uso corriente del español contemporáneo. La voz catarro ha perdido terreno a favor de gripe y resfriado. En el caso de la voz gripe se piensa que es por economía, dos sílabas contra tres. Esa forma parte de la regla del menor esfuerzo, que llamo de la pereza. En algunos países favorecen decir gripa, en lugar de gripe; especialmente Colombia y México. La flema también puede ser mencionada usando la voz esputo; existe el verbo esputar. La mujer que esputa, mi amigo el chusco dice que esa mujer deja de ser pudorosa; se hace imprudente, por no decir más.
Como en muchos ámbitos de la vida, los hablantes de español dominicano ni cortos ni perezosos aprovechan las oportunidades para aportar al acervo léxico, exagerando y trasfiriendo términos de un ámbito a otro. Así inventaron un aumentativo a la voz catarro para que resultase catarrón y denominaron así un insecto capaz de volar provisto de dos alas plegadas cuando no vuela. No es humorismo, es cierto. Aún recuerdo la reacción de la joven empleada: “¡Saquen ese catarrón de aquí!”
Roberto Guzmán en Acento.com.do
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