Durante décadas, la gestión de lo público en el país ha dejado un rastro de obras inconclusas o mal ejecutadas, compras ineficientes y sobrevaloradas, y auditorías que llegan cuando el daño ya es irreversible, como autopsias tardías de la corrupción. La DIMEP surge como la oportunidad de cambiar el guion: pasar de describir cadáveres financieros a evitar que se produzcan.

La Dirección de Inteligencia, Monitoreo Efectivo y Preventivo (DIMEP), aprobada desde 2022 y financiada con más de RD$600 millones, sigue sin implementarse en la Cámara de Cuentas, a pesar de ser la herramienta clave para fiscalizar en tiempo real el uso de los recursos públicos.

En su informe de rendición de cuentas 2021–2025, el miembro de la Cámara de Cuentas del Pleno anterior, el licenciado Mario Arturo Fernández Burgos reconoció que la institución no puede ejercer eficazmente la fiscalización en tiempo real. Dicho informe (disponible para descarga pública) documenta los avances y obstáculos del proyecto. En entrevista, Fernández nos confió un testimonio revelador: “En enero de 2024 solo pedí al presidente de la Cámara dos cosas, el DIMEP y la Comunicación Estratégica para poder dar a conocer sus aportes al país, peticiones que finalmente fueron frenadas desde la presidencia de esa gestión”.

La fiscalización tardía ha sido como una autopsia financiera: llega cuando el daño ya es irreversible

Este doble reconocimiento, oficial, en su informe, y personal, en su testimonio, abre paso a las preguntas que deben guiar el análisis: ¿Qué hace falta? ¿Por qué no se ha concretado? ¿Qué lo ha impedido?

Recuento de la oportunidad perdida

Diciembre 2021: El Gobierno hace un aporte extraordinario de RD$500 millones y la CCRD los coloca en un certificado financiero para fondear este proyecto.

Septiembre 2022: El Pleno aprueba una consultoría para el “Proyecto de Inteligencia y Monitoreo Efectivo”.
Diciembre 2023: Se aprueba formalmente la DIMEP mediante la constancia DEC-2023-080.

Enero 2024: Fernández Burgos le plantea al presidente de la Cámara dos prioridades estratégicas: la puesta en ejecución de la DIMEP y hacer la comunicación estratégica. Ninguna prospera.

A la fecha del 2025: Los RD$500 millones desembolsados por el Gobierno en el 2021 ya superan los RD$600 millones; el certificado financiero sigue intacto.

La evidencia es clara: lo que ha faltado no es dinero ni mandato legal, sino decisión institucional.

Deficiencias por el marco legal incumplido

La Ley 18-24 obliga a verificar el cumplimiento normativo y el procedimiento auditor. Sin embargo, persisten graves deficiencias:

– Auditorías nulas por errores metodológicos.

– Auditorías deficientes en su ejecución.

– Informes pendientes de ser colocados en agenda por decisión del presidente del Pleno.

Este incumplimiento de la ley explica la fragilidad de los resultados de la Cámara y refuerza la urgencia de implementar la DIMEP como herramienta de control efectivo.

¿Qué lo ha impedido?

En la pasada gestión, aunque la DIMEP fue aprobada, la presidencia del Pleno frenó los procesos de implementación, así como los acuerdos de cooperación con las Contralorías de Colombia, México y Perú, para colaborar con su implementación.

Estos obstáculos pueden resumirse en tres:

1. Inercia institucional, marcada por resistencia al cambio tecnológico.

2. Falta de reglamentación interna, que defina el mandato operativo y el perfil del director de la DIMEP.

3. Corrupción sistemática, que bloquea toda herramienta de fiscalización en tiempo real, porque revelaría de inmediato irregularidades en obras, compras y contratos.

Casos que pudieron haberse evitado

La ausencia de una fiscalización preventiva ha costado al Estado pérdidas millonarias y ha destapado escándalos que pudieron evitarse. Algunos ejemplos recientes y pasados lo demuestran:

• Senasa (2025, administración actual): contrataciones irregulares que un sistema de monitoreo digital habría detectado en tiempo real.

• Ministerio de Educación (gestión de Roberto Fulcar): señalamientos por la adquisición de libros digitales con cuestionamientos de sobreprecio y pertinencia, que una DIMEP habría identificado al comparar precios de mercado, calidad y trazabilidad de proveedores.

• Intrant – Apagón de semáforos (agosto 2024): El colapso de la red de semáforos en Santo Domingo destapó irregularidades en compras y contratos de mantenimiento. El exdirector del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre terminó en prisión. Un sistema de control preventivo habría emitido alertas sobre esos contratos y servicios críticos antes del desastre.

• Caso Medusa (administración pasada): estafas millonarias al Estado que pudieron ser detectadas con cruces automáticos de datos de pagos y proveedores.

• Caso Calamar (administración pasada): desvíos financieros detectables con analítica de riesgos.

• Malecón de Nagua (gestión pasada): obra pública que recibió pagos casi completos sin haberse construido. Una DIMEP, mediante su geoportal satelital y trazabilidad financiera, habría detectado a tiempo esta incongruencia entre desembolsos y avance físico.

Posible avance con el uso de la tecnología de la DIMEP

La DIMEP no es un proyecto administrativo, sino un salto tecnológico. Su alcance incluye:

• Inteligencia artificial y big data, para detectar patrones irregulares en tiempo real.

• Interoperabilidad de sistemas, integrando Hacienda, Tesorería, Obras Públicas y Compras y Contrataciones.

• Geoportal satelital, para verificar avance físico vs. desembolsos.

• Articulación con la Procuraduría de Medio Ambiente (PMA), para fiscalizar el impacto ambiental de proyectos en áreas protegidas.

En conjunto, estas herramientas transformarían la fiscalización tardía en un verdadero control preventivo e integral.

Lecciones de la región

• Colombia (DIARI): control concomitante con IA y geoportal de obras.

• México (ASF): auditorías electrónicas a través del “Buzón Digital” y portal público (SPCA).

• Perú (Contraloría): control concurrente con uso intensivo de Big Data.

En todos los casos, la clave ha sido combinar tecnología, normativa y voluntad política.

El perfil del Director del DIMEP

El Director de la DIMEP debe combinar formación en auditoría o gestión pública, experiencia en fiscalización y transformación digital, dominio de analítica de datos, capacidad de coordinación interinstitucional y credibilidad ética. Modelo de referencia: la DIARI de Colombia.

La Cámara de Cuentas que el país espera

La sociedad dominicana no espera una institución que llegue tarde a certificar pérdidas, sino una Cámara de Cuentas moderna, digital e independiente, capaz de:

1. Detectar irregularidades en tiempo real.

2. Transparentar la información al ciudadano con tableros abiertos y accesibles.

Lo que ha faltado no es dinero ni mandato legal, sino decisión institucional

3. Ejercer control preventivo y correctivo, ahorrando recursos y fortaleciendo la confianza.

4. Usar plenamente los fondos disponibles para pasar del diagnóstico a la acción.

Conclusión y llamado a la acción

La Cámara de Cuentas está en un punto de inflexión: o se queda como un órgano reactivo, o se convierte en el referente regional de la fiscalización preventiva. La DIMEP no es un proyecto pendiente, sino la prueba de fuego de si el país está dispuesto a romper con la corrupción sistemática y garantizar un verdadero control del gasto público.

Los recursos están, la ley lo exige y la sociedad lo demanda. Es hora de que el Pleno de la Cámara cumpla con su deber y ponga en marcha la DIMEP.

Giovanni D'Alessandro

Ingeniero Industrial

Ingeniero Industrial, Maestría Administración de Empresas Esposo y padre de tres profesionales Activista social y asiduo tuitero

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