Escribir sobre los espíritus libres y creadores es un motivo que busca atravesar los sentidos de la obra desde la mirada del sujeto, partiendo desde su anatomía y de los actos creativos.  En esos molinos confluyen múltiples pensamientos e interrogantes. Por este motivo, la costumbre en la filosofía es apoyarse en el campo de la metafísica y de la epistemología para proporcionar preguntas, buscar respuestas y hacer  entendibles, si es posible, esos desfiles de posibilidades y de contestación.

Desde la materialidad de un filósofo como Descartes que  consideraba que el valor y propósito  de la filosofía residía en dar respuestas al escepticismo; fue lo que me motivó a escribir el artículo.  ¿Es posible la  búsqueda de la verdad? ¿Realmente todo lo que se observa  puede ser medido, entendible y pasar por la factura de la racionalidad?

En ese dilema se desenvuelve la filosofía y las ciencias humanas en tratar  de mostrar con hechos u acciones las respuestas que permitan que la verdad aflore y se sostenga en un encuadre que Aristóteles  diseñó y mejoró Descartes para definir, lo que debía considerarse como verdad.

En cambio, otros, están en ausencia, comprometidos con la garantía de las palabras y de las promesas. Quiénes son estos necios que no miran los actos fallidos de los globalistas y de los soberanistas.  Yo reconozco que en el campo de la hermenéutica, están los que hacen silencios y los escépticos que entran en la duda sobre la posibilidad de tener alguna verdad entre las manos o siempre tener respuestas.

Escuché las audiciones sobre la reunión de Trump y Putin. En lo personal me quedaron más preguntas y menos respuestas. Acaso esa es la clave de la reunión, meternos en una no escucha, o  en los silencios, o tal vez que no se desarrollen, ni construyan nuevas preguntas como plataformas para deleitarnos con buenas respuestas que permitieran entender la pasarela de una junta de dos hombres que controlan una parte del mundo.

Mirando y escuchando la reunión de Trump y Putin me quedé con un montón de observaciones y preguntas que no están relacionadas, ni siquiera con respuestas sobre los arreglos territoriales, ni sobre  la guerra.

Yo miré la reunión como un encuentro.  Una  buena época para tener una relación de amigos, que deseaban mirarse, tocarse y caminar respirando los aires del poder. Me encantó que  enarbolaron la nada como respuesta que nadie tiene, ni siquiera ellos, acerca del mundo. El elogio a la nada es un estilo histérico. Como tal, las informaciones no la pueden ofrecer, cuando ellos mismos, no están claro con el sentido de las  obras que construyen  y borran con los poderes comunes de ambas naciones.

Actualmente quién puede decir, sin ofender, que la moral actual, no puede dar respuestas, por ningunos de los medios, porque no tienen preguntas claras de cómo resolver los problemas de la humanidad.

Son dos hombres, que es probable que estén asustados con el  devenir del mundo. El poder, no es siempre un tropo que pueda ser dilucidado solo con una narrativa basada en el militarismo, la fuerza de las manos o de la anatomía.  El evento de gobernar proporciona, según los estilos de gobiernos o de las ideas de los superhombres una multitud de diversas particularidades que están expuestas al devenir de la historia.  Estos dos gobernantes lo saben muy bien.

Yo curioseaba con otras cuestiones que tienen sentido para mí, como la búsqueda de nuevas preguntas. Me arropo con lo simbólico, con el sentido histórico de la psique, frente al susto del mundo con los problemas territoriales, los asuntos económicos o una guerra nuclear. Todos estos ejes pueden ser discutidos y tratados desde ambos países por los funcionarios, sin necesidad de juntarse. ¿Por qué la junta? Acaso es la presión nuclear o el avance de otras naciones en el ámbito de jefaturas y del control de territorios.

Yo lo veo en mi opinión personal como un encuentro entre dos hombres que protagonizan actos históricos, porque el mundo está asustado con los rumores de una guerra nuclear. El mundo tiene miedo y el juntarse podría parecer que está buscando salida  a estos dilemas actuales.  No habrá una guerra nuclear. Ambos mandatario lo saben,  no  están esquizofrénicos para que esto se produzca. Es mi humilde parecer. La historia es irracional, así como lo es la psique humana, porque es su propio producto.

Ellos se juntan porque conocen muy bien que la humanidad espera respuestas de ellos, frente a los problemas que acontecen. En esas pasarelas, no hay respuestas posibles, ni verdades basadas en la racionalidad. La crisis mundial implica cambios que pueden iniciar nuevas contiendas bélicas y fracturas de todos los tipos. Ellos enfrentan, las inverosimilitudes de la historia, lo mimético, la coladera de gaza y la crisis del pacifico con el sombrero de Xi Jinping que no estaba presente, ya que no se presta por su impavidez, a esos  modelos occidentales. Occidente, todavía cree que el lienzo puede ser dibujado con narrativas que se formulen por las evidencias de la racionalidad.

Yo me haría preguntas distintas sobre esta junta de amigos, por ejemplo: ¿Qué siente ambos al  pasearse por esos  lugares del mundo?, ¿Por qué la puesta en escena  de la alfombra rojas en el suelo del Ártico? Es acaso un preludio de que correrá sangre.

Yo haría por igual otras preguntas: ¿Qué significa para ambos mandatarios  poder montarse en la Bestia (Cadillac One)?  ¿Para qué dar respuestas al mundo sobre, lo que mundo ya sabe sobre el caso Ucrania, Siria o Gaza? ¿Es acaso posible dar respuestas, donde no es posible ningún tipo de certeza?

Desde el punto de vista de los racionalistas se desean respuestas, que ya conocen y están puestas en la mesa y accionando día a día desde hace mucho tiempo en los juegos del lenguaje. ¿Cuál es el lugar que cobra esta junta de los dos líderes con respecto al ocultamiento de las coacciones  sobre los diferentes estilos de gobernar y el caso China?

A los filósofos y filósofas les gustan las preguntas y las respuestas. A mí me encantó la reunión, porque no hay respuestas que ofrecen certezas, ni construyeron preguntas nuevas basadas en las narrativas actuales.

No hay explicación que dé cuenta sobre la agenda que provocaron todos esos muertos en esas dos fatídicas guerras, en Gaza y Ucrania.

Occidente ya conoce  las respuestas. Es una reunión  de propaganda y de afecto  mutuo entre los dos mandatarios, acaso no pueden entender los occidentales que no hay respuestas, ni van a dar ningún tipo de certeza. Lo que se quiere saber ya está sobre la mesa y se observa diariamente con los muertos en Gaza y el avance de los rusos sobre Ucrania.  Es de Perogrullo preguntarse si discutirán sobre las guerras de desgastes y las soberanías territoriales de ambas potencias. Estos son temas irrelevantes, no fueron a discutir sobre los juegos de la guerra, ni  la debilidad de la OTAN o la situación de Europa. No se va a discutir sobre los gastos en armas de Europa ni de los nacionalismos. En el campo, de los sombreros, tomaron la decisión de tomarse unos tragos, darse las manos, montarse en el coche. A mi entender a Putin, le interesaba más depositar las flores de los patriotas que están en tierra de Alaska y a Trump salir un poco de los líos que le están armando en el país y las miradas a las viejas fotos de su esposa en el mundillo del ciberespacio.

Para el análisis hermenéutico los temas ideales  a ser discutidos en esa junta serían sobre el despilfarro, la violencia, la destrucción de millones de hectáreas de suelos por prácticas que han desfigurado el cuerpo de la tierra y los graves incendios de verano, las enfermedades e impotencia de los que estamos por debajo de la línea del poder. Estos temas  no serán discutidos porque, solo apoyan la economía del petróleo. Los medios de comunicación se hacen expectativas para ganar audiencia. No hay forma de perder de vista que existimos en sociedades marcadas por las sombras de necios que creen conocer todas las respuestas, tan solo por saber contar y usar la matemática para suprimir las subjetividades de nuestra humanidad.

Yo con humildad construiría otras nuevas preguntas: ¿Qué valor tiene para Putin y Trump en términos históricos reunirse en Alaska?, ¿En qué afectaría a China esta reunión?, En el retrato de los dos amigos a dónde se sitúa China y su expansión por esos mares como cruce entre continentes.

En término hermenéutico, me gustaría saber, por qué este encuentro borra el sentido de la obra y me vuelca a un nuevo escenario, el saber que ninguno de los dos tiene respuestas de cómo se podría tejer un nuevo juego de tropos con la máscara caída de la racionalidad. Ellos  dos, no tienen respuestas para resolver los problemas ecológicos, económicos y políticos que la historia empuja cada día, cómo lo miran algunos humanos del mundo.  En esta reunión no se iban a plantear nuevas situaciones sobre la economía ni la política mundial.  No hay forma de encontrar respuestas, partiendo de supuestos que se sitúan en una única verdad ontológica, con  el devenir incierto de la vida.  No tendremos nuevas pelucas, ni pelo canoso, ni acuerdos o reuniones que puedan detener el colapso ecológico u otro Yalta, ya  que  los otros, están fuera de las manos de  René Descartes.

Fátima Portorreal

Antropóloga

Antropóloga. Activista por los derechos civiles. Defensora de las mujeres y los hombres que trabajan la tierra. Instagram: fatimaportlir

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