Pekín está contento porque los errores de Donald Trump le están permitiendo más fácilmente lograr una superioridad sobre Washington en lo tecnológico incluyendo la Inteligencia Artificia (IA), en lo educativo, en la salud y en su influencia sobre el tercer mundo.

En Estados Unidos las universidades y los centros de investigación como el Nacional Science Foundation, han sido siempre la base para el desarrollo tecnológico, con la asistencia esencial de académicos extranjeros, como lo evidenció el desarrollo de la bomba atómica hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, gracias al aporte de sus universidades y de técnicos extranjeros como Enrico Fermi y Albert Einstein. Hoy día Trump, al restar recursos a las principales universidades de investigación en Estados Unidos y al desestimular que extranjeros vayan a estudiar y trabajar a su país, está desalentando el progreso en el desarrollo de las investigaciones, incluyendo la tecnología de chips y de Inteligencia Artificial (IA), mientras China ya le está superando en esas áreas.

La educación en Estados Unidos también está sufriendo por la política de Trump de restar recursos a universidades y a su departamento de Educación, pasando la labor educativa de primaria y secundaria a los Estados, quitándosela al gobierno federal. Mientras tanto, la educación de nueve horas diarias, seis días a la semana en China garantiza una superioridad educacional a ese país.

Con el nombramiento de Robert Kennedy como secretario de Salud, el desarrollo de la salud en Estados Unidos está decayendo dadas las extrañas nociones de este funcionario sobre el papel de las vacunas y la investigación en esa área.

Con la eliminación de la USAID, el poder norteamericano en el tercer mundo se está reduciendo, sobre todo en África, mientras que los chinos están influyendo mucho más en importantes países de la periferia como Brasil, India y Pakistán. La política arancelaria del presidente estadounidense luce que no logrará que empresas norteamericanas que actualmente operan fuera de ese país se muden allí, al tiempo que esa política crea muy mal ambiente para Washington en el resto del mundo. Hoy día ya China es el principal socio comercial de los más importantes países suramericanos.

La política de Trump de hacer a los ricos aún más ricos a través de exoneraciones fiscales, agrandando el distanciamiento con la clase media y los pobres, ha convertido a Estados Unidos en un país aún más injusto y eso lo debilita.

Hasta la capacidad norteamericana de poder reaccionar militarmente de forma rápida se está debilitando con el nombramiento de un político con experiencia en la televisión como ministro de la guerra y jefe del Pentágono. Lo común era nombrar allí a un alto militar con mucha experiencia. Eso está desmoralizando a los oficiales militares, al tiempo que Trump los inmiscuye en asuntos internos norteamericanos, como lo es combatir el crimen en las grandes ciudades cuando eso, que toca a la policía, le está vedado a los militares, cuya única función es resguardar el país de peligros internacionales.

Trump ataca la cultura de su país imponiendo censura a museos estatales, como el Smithsonian y a los programas culturales en el Centro Kennedy, para que auspicien los principios del MAGA (Make America Great Again).

En fin, que el propio Trump con sus acciones está ayudando a China a convertirse en el país más importante del mundo. Eso lo estimulará a tomar el control de Taiwán.

Bernardo Vega

Historiador, economista

Economista, historiador, autor de decenas de libros. Impenitente columnista, fue gobernador del Banco Central y embajador ante la Casa Blanca. Ex director del periódico "El Caribe" y de la revista "La Lupa Sin Trabas". Actualmente es presidente de la Academia Dominicana de la Historia.

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