La incautación confirmada el 10 de diciembre fue la primera intervención ante el desplazamiento de un buque petrolero procedente de Venezuela, país que se encuentra bajo sanciones estadounidenses desde el año 2019.
Esto ocurre en un momento en el que Estados Unidos lleva a cabo un refuerzo militar a gran escala en el sur del Caribe y el presidente estadounidense, Donald Trump, presiona para que se dé la salida de Nicolás Maduro de la Presidencia venezolana.
El miércoles, el mandatario confirmó que su país había interceptado y confiscado un petrolero frente a las costas de Venezuela, información que había sido adelantada por Bloomberg.
"Acabamos de incautar un petrolero en la costa de Venezuela, un petrolero grande, muy grande, el más grande jamás incautado, en realidad", declaró el miércoles mandatario en la Casa Blanca.
Esta última acción estadounidense ha puesto en alerta a armadores, operadores y agencias marítimas involucradas en el transporte de crudo venezolano, y muchos están reconsiderando si zarparán de aguas venezolanas en los próximos días, según fuentes navieras.
Se esperan nuevas intervenciones directas de Estados Unidos en las próximas semanas contra buques que transportan petróleo venezolano y que también podrían haber transportado petróleo de otros países sancionados por Estados Unidos, como Irán, según fuentes familiarizadas con el asunto, que prefirieron no ser identificadas debido a la delicadeza del tema.
En tanto, el petrolero incautado el miércoles podría haber intentado ocultar su ubicación al emitir datos de localización falsos, según un análisis de imágenes y fotografías por satélite realizado por el diario 'The New York Times'.
Leer tambiénTrump confirma que EE. UU. confiscó un petrolero frente a las costas venezolanas
La promesa de Trump: continuar con incautaciones y nuevas sanciones
El Gobierno venezolano afirmó esta semana que la incautación estadounidense constituyó un "robo". Mientras que la petrolera estatal venezolana, PDVSA, no respondió a una solicitud de comentarios de la agencia Reuters.
Al ser preguntada sobre si la Administración Trump planeaba más incautaciones de buques, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró a la prensa que no haría declaraciones sobre futuras medidas, pero que Estados Unidos continuaría aplicando las políticas de sanciones del líder republicano.
"No nos vamos a quedar de brazos cruzados viendo cómo los buques sancionados navegan por los mares con petróleo del mercado negro, cuyas ganancias alimentarán el narcoterrorismo de regímenes corruptos e ilegítimos en todo el mundo", declaró.
Estados Unidos ha elaborado una lista de varios buques sancionados para su posible incautación, según una de las personas familiarizadas con el asunto.
El Departamento de Justicia y el de Seguridad Nacional de EE. UU. habían estado planeando las incautaciones durante meses, según dos de las personas consultadas.
Los datos entregados por el Departamento del Tesoro
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció este jueves la imposición de sanciones a seis superpetroleros que, según documentos internos de PDVSA y datos de monitoreo de buques, cargaron crudo recientemente en Venezuela, y a cuatro venezolanos, incluidos tres familiares de la primera dama del país, Cilia Flores.
Se desconoce si los buques recientemente sancionados se encuentran entre los que serán interceptados.
La incautación del miércoles se produce después de que Estados Unidos, en los últimos meses, haya llevado a cabo más de 20 ataques contra lo que afirma son narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico, con más de 80 muertos.
Expertos señalan que los ataques podrían ser ataques extrajudiciales ilegales, mientras que Estados Unidos afirma estar protegiendo a los estadounidenses de los cárteles de la droga que ha calificado de organizaciones terroristas.
Nuevas incautaciones de buques podrían tener como objetivo apretarle las tuercas financieras a Maduro, según una fuente informada sobre la política estadounidense hacia Venezuela.
“Una política continua de confiscaciones causaría una fuerte disminución de la capacidad importadora de Venezuela, hundiendo al país en una nueva recesión”, afirmó Francisco Rodríguez, economista venezolano de la Universidad de Denver, consultado por el diario New York Times.
En 2012, Venezuela obtenía alrededor de 120.000 millones de dólares anuales de las exportaciones de petróleo, en comparación con el nivel actual de cerca de 21.000 millones de dólares, según el economista.
Maduro ha alegado que el aumento de tropas estadounidenses busca derrocarlo y obtener el control de los recursos petroleros del país miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La nueva táctica estadounidense se centra en las actividades de la llamada flota fantasma de petroleros que transporta petróleo sancionado a China, el mayor comprador de crudo de Venezuela e Irán. Un mismo buque suele realizar viajes separados en nombre de Irán, Venezuela y Rusia, añadieron las fuentes.
La incautación del petrolero, de nombre Skipper, provocó que al menos un transportista suspendiera temporalmente los viajes de tres cargamentos recién cargados, que totalizaban casi 6 millones de barriles de Merey, el producto estrella de exportación de Venezuela, según las fuentes.
"Los cargamentos acababan de embarcarse y estaban a punto de zarpar hacia Asia", declaró un ejecutivo comercial involucrado en el comercio y envío de petróleo venezolano. "Ahora los viajes están cancelados y los petroleros esperan en la costa venezolana, ya que es más seguro hacerlo".
Leer tambiénTensión Washington-Caracas: lo que sabemos del petrolero interceptado frente a las cosas venezolanas
EE. UU. y sus objetivos de vigilancia
Las fuerzas estadounidenses monitoreaban petroleros en el mar y algunas embarcaciones en puertos venezolanos, ya sea en reparación o carga, y esperaban a que zarparan hacia aguas internacionales antes de tomar medidas, según una de las fuentes.
En el período previo a la incautación del Skipper, previamente sancionado por su comercio de petróleo con Irán, las fuerzas estadounidenses intensificaron la vigilancia de las aguas cercanas a Venezuela y la vecina Guyana, según otra fuente.
En la Casa Blanca, Leavitt indicó que se esperaba que el buque incautado zarpara hacia un puerto estadounidense donde el gobierno pretende incautar su cargamento de petróleo mediante un proceso legal formal.
El momento de nuevas incautaciones dependería en parte de la rapidez con la que se pudieran coordinar los puertos para recibir los buques incautados para la descarga de petróleo, según una de las fuentes. Muchos de los buques de la flota paralela que transportan petróleo sancionado son antiguos, su propiedad es poco conocida y navegan sin una cobertura de seguro de primer nivel. Esto haría que muchos puertos se mostraran reacios a recibirlos.
Otro buque, el Seahorse, sancionado por el Reino Unido y la Unión Europea por sus vínculos comerciales con Rusia en el comercio de petróleo, fue monitoreado en noviembre por un buque de guerra estadounidense y detenido brevemente antes de zarpar hacia Venezuela, según una de las fuentes.
Si bien el gobierno venezolano describió la incautación estadounidense como "un acto de piratería internacional", especialistas legales afirmaron que no se ajusta a dicha definición según el derecho internacional.
"Dado que la captura fue avalada y sancionada por Estados Unidos, no puede considerarse piratería", declaró Laurence Atkin-Teillet, especialista en piratería y derecho del mar de la Facultad de Derecho de Nottingham, Reino Unido.
"El término piratería en este contexto parece ser retórico o figurativo, más que un uso legal", comentó.
Leer también#VenezuelaHoy: Putin expresa su apoyo a Maduro en una llamada, en medio de creciente presión de EE. UU.
Con Reuters y medios locales
Compartir esta nota
