Emmanuel Macron revelará este jueves en los Alpes un nuevo servicio militar voluntario destinado a responder a las necesidades del ejército, en un contexto en el que el Ejecutivo y el Estado Mayor alertan sobre las amenazas rusas y el aumento del riesgo de conflicto, una decisión que promete encender el debate político.
El jefe de Estado se adelantó el martes, en una entrevista en RTL, asegurando que no se trata de “enviar a nuestros jóvenes a Ucrania”, tras la polémica por las declaraciones del jefe del Estado Mayor, el general Fabien Mandon, quien afirmó que el país debía estar preparado para “aceptar perder a sus hijos”.
El presidente tiene previsto visitar a media mañana la 27ª Brigada de Infantería de Montaña (BIM) en Varces, Isère, donde pronunciará un discurso sobre este dispositivo, que significará también el fin del SNU, un proyecto al que Macron había dado gran importancia.
Promesa de campaña y cambio de enfoque
Promesa del candidato Macron en 2017, el SNU buscaba reforzar la “cohesión nacional” y fue lanzado en 2019 para jóvenes de 15 a 17 años. Sin embargo, nunca pudo generalizarse y “ya no es adecuado al contexto estratégico” generado por la invasión rusa de Ucrania en 2022, reconoce el Elíseo.
El proyecto sucesor se distanciará claramente del SNU, aunque responde al mismo “deseo de compromiso de la juventud”.
Esta “nueva forma de servicio nacional” será “voluntaria” y “mucho más militarizada”, explica un colaborador del presidente. Estará dirigida a jóvenes mayores de edad, hombres y mujeres, y será más largo que los “estadías de cohesión” de 12 días del SNU.
En enero, Macron había anunciado su intención de “permitir que una juventud voluntaria aprenda con las Fuerzas Armadas y refuerce sus filas” en caso de necesidad, sin llegar, no obstante, a restablecer la conscripción, abolida en 1997.
Desde entonces, el gobierno y los altos mandos han trabajado en cómo aportar una “masa adicional” al ejército. La revisión estratégica publicada el 14 de julio postula la creación de “un reservorio de personas movilizables en caso de crisis”.
El nuevo servicio nacional nace, sin embargo, en un contexto de fuerte restricción presupuestaria, ya que será necesario alojar, equipar y supervisar a las nuevas cohortes.
Su implementación estará “escalonada en el tiempo”, según un asesor presidencial, que promete un proyecto “realista” acorde con los recursos disponibles.
Crecimiento progresivo
“Comenzará lentamente”, afirma una fuente conocedora del expediente, que mencionó recientemente un objetivo inicial de entre 2.000 y 3.000 participantes el primer año, antes de una “subida en potencia” hacia un objetivo final de 50.000 jóvenes por año.
Según información de prensa no confirmada, la duración prevista sería de diez meses y los participantes recibirían una remuneración de varios cientos de euros.
El actual Servicio Militar Voluntario (SMV), creado en 2015 y elegido por unos 1.000 jóvenes al año, así como su equivalente en los territorios de ultramar, el Servicio Militar Adaptado (SMA, cerca de 6.000 jóvenes por año), continuarán funcionando en paralelo, aseguró el Elíseo. Su objetivo es distinto: se trata de dispositivos de formación e inserción profesional con un marco de supervisión militar.
Europa y el retorno de la conscripción
Doce países en Europa mantienen o han restablecido el servicio militar obligatorio. Ante la degradación del entorno estratégico, otros seis han decidido instaurar un servicio voluntario.
Noruega, cuyo modelo es mencionado en el más alto nivel del Estado, mantiene una conscripción obligatoria de 12 meses, aunque solo el 15% de cada cohorte realiza efectivamente el servicio, seleccionados según sus competencias y motivación.
Desde hace meses, Macron alerta sobre “el aumento de los peligros” y las amenazas provenientes, principalmente, de Rusia.
El general Mandon declaró la semana pasada que el país debe recuperar su “fortaleza moral para aceptar hacernos daño para proteger lo que somos” y estar dispuesto a “aceptar perder a sus hijos”.
Estas declaraciones fueron tildadas de “belicistas” por parte de la izquierda, mientras que desde Agrupación Nacional se denunció una “falta” y se advirtió que los franceses no están “dispuestos a morir por Ucrania”.
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Desde entonces, las autoridades han intentado contener la polémica, al tiempo que asumen la necesidad de alertar y preparar a la opinión pública ante los riesgos geopolíticos.
Con AFP
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