El presidente libanés, Joseph Aoun, y su homólogo chipriota, Nikos Christodoulides, firmaron este miércoles un acuerdo en el palacio presidencial del Líbano que fija los límites marítimos entre ambas naciones. El pacto termina un estancamiento de 18 años de negociaciones al establecer una Zona Económica Exclusiva (ZEE) que podrá ser explotada por cada Estado.
"Este es un acuerdo histórico, que pone fin a un asunto pendiente durante muchos años. Ahora, miramos hacia lo que nuestros países pueden crear juntos", afirmó Christodoulides, durante la rueda de prensa conjunta.
Chipre y el Líbano habían llegado a un acuerdo preliminar para delimitar sus zonas marítimas en 2007, pero diversos obstáculos en el parlamento libanés han imposibilitado su ratificación por casi dos décadas.
El acuerdo de 2025 mantiene principalmente los términos negociados en 2007, basados en la metodología de la línea mediana de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), que sitúa la frontera marítima entre ambos países en el punto equidistante entre las costas.
El texto define la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de ambos países extendida hasta 200 millas náuticas desde sus respectivas líneas de costa, otorgando derechos soberanos sobre los recursos naturales del lecho marino.
Ratificación por decreto presidencial
El Gobierno libanés previsiblemente optará por ratificar el acuerdo con Chipre mediante un decreto presidencial, como lo hizo con el pacto con Israel en 2022. Enviarlo al Parlamento supondría el riesgo de que se estanque como el texto de 2007, que nunca se ratificó debido a choques parlamentarios y presiones geopolíticas externas.
En Chipre sí es necesario el aval del Parlamento.
Luego de que ambas partes ratifiquen el acuerdo mediante los sistemas legales internos, el texto deberá ser elevado a la Secretaría de Derecho del Mar de la ONU para su registro oficial en esta organización, lo que dotará el pacto de mayor reconocimiento internacional.
La ONU no juzga ni valida el contenido del acuerdo, pero su registro es una garantía para la estabilidad jurídica y política en las relaciones internacionales.
Lo pactado por ambas naciones respeta la demarcación marítima que negociaron Líbano e Israel en 2022, en un proceso mediado por Estados Unidos, concretamente en el triángulo donde convergen las aguas de Líbano, Chipre e Israel.
Además, el acuerdo deja la puerta abierta para fijar otra demarcación triple más al norte, en caso de una hipotética negociación con Siria, el último país con el que Líbano aún no ha delineado sus límites en el mar.
El cambio de gobierno en Siria, tras la caída del régimen de Bashar al-Assad en 2024, ha modificado el panorama diplomático regional, con el Ejecutivo de Damasco cada vez más presente en la escena internacional.
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Gas y petróleo para impulsar la economía
Joseph Aoun afirmó que la delimitación de las fronteras marítimas con Chipre permitirá a Líbano "explorar recursos compartidos", como ha ocurrido con la explotación de gas en aguas del Mediterráneo tras el acuerdo con Israel.
"Podremos desarrollar acuerdos bilaterales para regular las actividades de las empresas de exploración y perforación", aseveró el mandatario libanés.
Beirut espera que los descubrimientos de gas y petróleo en alta mar puedan ayudar a generar ingresos estatales e impulse la actividad económica, tras el colapso financiero de 2019 que empeoró la escasez energética de larga data.
Hasta ahora, no se ha producido ningún hallazgo comercialmente viable en ninguno de los bloques offshore del país, aunque ya se adelantan fases de exploración.
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Paralelamente, Chipre también frota las manos con el acuerdo firmado con Líbano, en un contexto en que los países europeos buscan reducir su dependencia de la importación de gas de Rusia, tras su invasión de Ucrania. El retraso en la finalización del acuerdo le ha impedido a Chipre ampliar el perímetro de búsqueda de hidrocarburos en aguas adyacentes al territorio libanés.
Christodoulides afirmó la semana pasada que parte de los aproximadamente 20 billones de pies cúbicos de gas descubiertos frente a Chipre podrían llegar a los mercados europeos en 2027. El mandatario chipriota interpretó el pacto como "un fuerte mensaje político", de "suma importancia histórica".
El ministro de Energía chipriota, George Papanastasiou, enfatizó que la demarcación con Líbano es "muy positiva", reconociendo que en futuras etapas será necesario negociar acuerdos de explotación conjunta de hidrocarburos en áreas donde las fronteras económicas puedan solaparse.
Con información de Reuters, AP, EFE y medios locales
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