Más de dos horas y media de ceremonia en las que el fútbol pareció un invitado de segundo plano. La FIFA convirtió el sorteo de la Copa del Mundo 2026 –la primera en contar con 48 equipos y en ser organizada por tres países– en un espectáculo en el que primaron los shows musicales, los guiños a la cultura y el deporte de Estados Unidos y los agasajos para el anfitrión, el presidente Donald Trump.
Cuando se disipó el humo de las actuaciones y los protocolos, la apertura de las bolillas –acto rutinario y, aun así, emocionante para los aficionados– dejó un poco más claro el panorama del Mundial que se repartirá entre Estados Unidos (que tendrá un 75% de los partidos), México y Canadá.
Sin embargo, recién este sábado 6 de diciembre se conocerá el calendario, con fechas y sedes. La FIFA sostiene que la asignación de partidos tras el sorteo buscará las mejores condiciones para equipos y aficionados y, en la medida de lo posible, programar los cotejos según las zonas horarias de los participantes.
Respiro para dos anfitriones y los sudamericanos
En el Centro John F. Kennedy de Washington D. C., escenario del sorteo, las bolillas de Estados Unidos, México y Canadá fueron presentadas por los jefes de Estado de cada país: Donald Trump, Claudia Sheinbaum y Mark Carney. Y la suerte les sonrió bastante a dos de los tres.
El Tri será el encargado de abrir el próximo Mundial. Ubicado en el Grupo A, los dirigidos por Javier Aguirre debutarán el 11 de junio de 2026 frente a Sudáfrica en el mítico estadio Azteca de Ciudad de México, que es la joya de un país que tiene el privilegio de ser el único en recibir tres ediciones de la cita ecuménica. Aunque exigente, la zona resultó aceptable para México, que enfrentará además a Corea del Sur y el vencedor del cuarto playoff europeo (Dinamarca, Macedonia del Norte, República Checa o Irlanda).
Un escenario similar tiene Estados Unidos. El conjunto del argentino Mauricio Pochettino tendrá un duro debut ante el Paraguay de su compatriota Gustavo Alfaro, el 12 de junio en California. El Grupo D lo completan Australia y el ganador del camino C del repechaje europeo (Turquía, Eslovaquia, Kosovo o Rumania).
De los tres anfitriones, Canadá resultó el menos beneficiado. Su estreno será ante un rival europeo, que puede ser un histórico como Italia (si supera el playoff que lo empareja con Bosnia, Gales e Irlanda del Norte), el 12 de junio en Toronto. Ese Grupo B tiene además a otro rival del Viejo Continente de buen presente como Suiza y a Qatar.
Aparte de Paraguay, los países sudamericanos también contaron con emparejamientos tolerables. Argentina, vigente campeón mundial y con la participación de Lionel Messi puesta en duda por el propio jugador, quedó en el Grupo J con Argelia, Austria y Jordania. Eso sí, si gana su zona, enfrentará en dieciseisavos de final al segundo del H, por lo que se asoman como posibles rivales España o Uruguay, que integran ese grupo junto a Arabia Saudita y Cabo Verde, uno de los debutantes del Mundial.
"En la nueva Copa del Mundo, intentaremos seguir compitiendo y no dar nada por perdido. Eso es lo que espera nuestra gente y lo que vamos a volver a intentar", afirmó Lionel Scaloni, seleccionador argentino, al ingresar con el trofeo durante la ceremonia.
Brasil, dirigido por el italiano Carlo Ancelotti tendrá una difícil apertura ante Marruecos, semifinalista de la última Copa del Mundo y de gran presente. Son los favoritos de un Grupo C que completan Escocia y Haití, dos que regresan al torneo luego de 28 y 52 años, respectivamente.
Colombia, por su parte, animará uno de los duelos más atractivos de la primera ronda ante Portugal, con la muy posible despedida de Cristiano Ronaldo en un Mundial. Ese Grupo K presenta además al debutante Uzbekistán y al vencedor del repechaje intercontinental entre República Democrática del Congo, Jamaica y Nueva Caledonia.
Más áspero resultó el camino de Ecuador, que comparte el Grupo E con Alemania, Costa de Marfil y Curazao, que se estrena en la cita ecuménica. Peor todavía para el conjunto latinoamericano restante, Panamá, que terminó en el L con dos poderosos europeos como Inglaterra y Croacia, y un histórico africano como Ghana.
Un poco de dolor de cabeza para Francia
Para Francia, actual subcampeón del mundo, el Grupo I también trae exigencias. El estreno de los de Didier Deschamps, Kylian Mbappé y compañía será ante Senegal, una revancha de aquel histórico primer duelo de Corea-Japón 2002, en el que los Leones de la Teranga jugaban su primera Copa del Mundo y se impusieron por 1-0 a un equipo que llegaba como campeón vigente.
La Noruega de Erling Haaland es otro hueso duro de roer, mientras que el conjunto, a priori, más accesible será el que surja del otro repechaje intercontinental, entre Irak, Bolivia o Surinam.
Con la ampliación a 48 equipos, es difícil definir un 'Grupo de la Muerte', como se suele definir a las zonas que muestran paridad entre los cuatro equipos. Lo más parecido a eso es el F, con Países Bajos, Japón, Túnez y el vencedor de la última repesca europea entre Ucrania, Polonia, Albania y Suecia.
Por último, en el G, Bélgica parte como gran favorita de la zona que comparte con Egipto, Irán y Nueva Zelanda.
De los 48 participantes en la primera ronda del Mundial, solo 16 quedarán eliminados. Los ganadores de cada grupo, sus escoltas y los ocho mejores terceros accederán a la fase eliminatoria, que suma una ronda adicional en comparación a las ediciones recientes.
En tanto, por primera vez, la FIFA prioriza a su ranking para ordenar los cruces eliminatorios: si ganan sus grupos, España, Argentina, Francia e Inglaterra, los cuatro mejores de esa clasificación, no podrán enfrentarse antes de las semifinales.
Un sorteo a la medida de Trump
La extensa ceremonia que rodeó al sorteo de los grupos del Mundial tuvo poco relacionado al fútbol y mucho guiño a los anfitriones, con especial énfasis en Estados Unidos. Y particularmente a su presidente Donald Trump, con quien el mandatario de la FIFA, Gianni Infantino, presume de una excelente relación.
El mandamás del ente rector del fútbol mundial –que ha visitado a Trump en varias ocasiones en la Casa Blanca y en otros escenarios, incluyendo la cumbre en Egipto para la firma del acuerdo de cese al fuego en Gaza– se encargó de dejar claro quién era la estrella de la noche. Que el sorteo fuera en la capital estadounidense fue el primero de varios gestos, entre los que se cuentan recibirlo entre risas y abrazos en la alfombra roja, presentarlo primero entre los tres jefes de Estado invitados (pidiendo "una ronda de aplausos" para él a los 2.000 asistentes en el Kennedy Center) o poner como show de cierre a los Village People y su 'YMCA', canción que suele cerrar los actos de Trump y que el presidente baila de una manera peculiar.
Sin embargo, lo más notorio fue la entrega del primer Premio de la Paz de la FIFA al mandatario estadounidense, un galardón que solo fue creado después de que Trump no recibiera el Nobel de la Paz de este año. En su momento, Infantino afirmó que el republicano "merecía" el Nobel y hoy, al entregarle un aparatoso trofeo dorado y colgarle una medalla, remarcó que la flamante distinción se adecúa a Trump "por sus acciones y por lo que ha conseguido" como mediador en conflictos internacionales.
Muy cómodo en ese rol, Trump respondió con una sonrisa de oreja a oreja cada vez que fue convocado al escenario o enfocado por las cámaras. Prometió que el Mundial de 2026 será "algo nunca visto" y se mostró relajado junto a Sheinbaum y Carney, pese a los recientes ataques contra México y Canadá por sus vínculos comerciales.
Los guiños a la cultura y el deporte de Estados Unidos no concluyeron ahí. El actor y comediante Kevin Hart ofició como conductor de la ceremonia (junto a la modelo alemana Heidi Klum, una habitué de los eventos de la FIFA); las leyendas Shaquille O’Neal (básquetbol), Tom Brady (fútbol americano) y Aaron Judge (béisbol) sacaron las bolillas del sorteo, además del canadiense Wayne Gretzky (hockey sobre hielo); y la rapera Lauryn Hill brindó un show justo antes del sorteo, completando una planilla que tuvo al italiano Andrea Bocelli en la apertura y a Robbie Williams y la local Nicole Scherzinger entonando 'Desire', el nuevo himno oficial de la FIFA.
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