Palabras domingueras

VLA

En discursos orales y textos escritos, el término domingueras es aplicable a palabras o expresiones rebuscadas y oscuras. Muchas veces, el autor lo hace de forma intencional para causar impresión en el oyente o el lector. Por lo general se utilizan, localismos, cultismos, suntuosidades y vocablos poco frecuentes en el contexto de hablantes y de escritura. Aquí se producen unos silencios y abismos del lenguaje, desagradables cuando son utilizados en demasía. Son frecuentes en el lenguaje literario, principalmente en el poético. El fin comunicativo queda sin el efecto deseado. Algunos cultores del criollismo, barroquismo, dadaísmo, surrealismo y los metapoetas utilizan este tipo de discurso. Evitar estas palabras contribuye a la generación de plasticidad. Aparta los ruidos, sensaciones de vacío y se libra de caer en la materia oscura o la niebla del lenguaje.

Las palabras para salir de la categoría de domingueras deben ser identificadas y adaptadas a su acepción dentro de una comunidad de hablantes y escritores. Vocablos de uso regular que son desconocidos para lectores particulares por su escaso léxico, no deben ser catalogados de domingueros. Esta condición se aplica a nuevos vocablos de creación personal y préstamos de otras lenguas utilizados sin justificación, solo son válidos cuando la comunidad de hablantes los hace suyo. Estos vocablos pueden crear sasis (silencios, abismos superficiales e insondables).    

La Poesía Sorprendida

Los creadores de La Poesía Sorprendida en la República Dominicana, utilizaron metáforas y signos enigmáticos o herméticos en sus composiciones poéticas. Producciones poéticas importantes de este movimiento les presentaron a ciertos lectores dificultades de comprensión, conceptualización y disfrute estético.

Si se conceptualiza la poesía por medio de los actos de comunicar, sentir y conmover, entonces, estos poemas serían portadores de silencios y abismos en el lenguaje.

Quizá en la función comunicativa primaria existan los motivos para argumentar la existencia de ciertos tipos de abismos en los “Sorprendidos”. Ese acto comunicativo, escondido en la percepción, estaría encriptado, listo para ser develado por los lectores que alcanzan amplitudes conceptuales.

En cuanto al lenguaje poético, la producción del movimiento de La Poesía Sorprendida es de alto nivel, porque, si bien algunos no pueden entender el mensaje, el efecto de lo estético y plástico podría ser sensible e intuitivo para aquellos lectores que navegan en las nieblas del lenguaje, que es como si dijéramos materia oscura del universo. Lo perceptible es una elección y se es sensible a lo elegido. La elección puede ser consciente e inconsciente. Es por ello que el estudio de las sensibilidades y las percepciones que provoca el arte son complejas porque son diferentes para cada persona o grupos.

No obstante, se inducen a patrones de elección, mediante la planificación neurolingüística –PNL-, que activa lo instintivo en individuos y colectivos. Muchas campañas de publicidad apuestan a la configuración de patrones para la elección de productos mercadeables, porque se es capaz de modificar la percepción y cambiar los patrones de pensamientos. La percepción de la realidad depende en gran medida del estado emocional, del foco de atención y las creencias de las personas.

Un colectivo reaccionará de manera perceptible en determinado rango de sensibilidades, influido por patrones codificados en su contexto cultural. Para percibir algo, se debe primero elegir o seleccionar, organizar e interpretar las sensaciones.

Fragmentos de Vlía 

Algo de lo esencial en lo poético proviene de la intuición, sin importar la estructura del poema y hasta la temática del discurso, aunque las palabras en conjunto arrojen sombras en la comunicación en el lector promedio, cosa esta que puede ser remediable. Algunos, podrían inferir que eso de esencial tiene su origen en la razón y la articulación del lenguaje; cosa esta que privilegia el nivel intelectual como producto de la mecánica de los circuitos neuronales. Se traduce aquí que la sensación da lugar al lenguaje, y el lenguaje, a las emociones de carácter estético, conmovedoras, construidas por la mente. Hay emociones que no son producto de una construcción estética, sino que provienen de fuentes físicas o a partir de una experiencia previa convertida en recuerdos. Esta es la manera más común y objetiva de percibir la figura o el estadio poético. Pero al utilizar la intuición para los mismos fines, las percepciones, como acto de elección del objeto poético, se da lugar de forma más revolucionaria y directa, deslizándose por los páramos de la razón. Aquí suele ser innecesario centrar la atención en las lógicas lingüísticas. El lenguaje proviene de sus propias nieblas, de la “energía oscura” de la mente, producto de la interrelación del cerebro con otros órganos del cuerpo.

Parece paradójico, pero existen palabras cuya función comunicativa no es muy clara en el discurso, como pasa con el vocablo Vlía, título del poema del “sorprendido” Freddy Gatón Arce. 

“La dama blonda Vlía de amarillez de verde es indiscreta: su lengua de plata cuenta cosas al oído inescuchado párpado de toda quimera: Vlía”.

Si el lector privilegia la información inherente al texto ante lo estético o el cuerpo poético, entonces, el vocablo Vlía podría considerarse como un silencio o un abismo del lenguaje por la incomprensibilidad. Dice esto que los sasis pueden producirse desde lo individual. Cuando lo es desde lo social, habría que ponerle caso y adecuarlo lo más posible y conseguir mejor factura. Poco importaría el significado de Vlía cuando por medio de su corpus tex se perciben características que lo elevan, como son: líricas, simbólicas, alegóricas, rítmicas, herméticas, entre otras. El efecto conmovedor de la poesía estaría asociado con aquella particularidad que se sube al parque emocional del lector.

Veamos otro fragmento de Vlía en “Sueño eclosivo”:

“La realidad precisa un natural encantamiento inferior, emocionado, al reverso de los ojos, intensamente. La madrugada pertenece al gato negro viejo habitante de lo apacible se queda en la azotea húmeda, órbita de la noche raptada al cielo”.

¿En Vlía existen abismos insondables en el lenguaje? ¿Quién experimentaría esos abismos si los hubiere? Desde el punto de vista de la comprensión lectora, Vlía genera dificultades para un sector de lectores. Las miradas a las nociones de un objeto o texto son diferentes para cada perceptor, incluso cuando el argumento los aproxime a una idea común del contenido. El margen de la plasticidad se reduce con la objetividad, aunque esta nunca exista en estado puro, como pasa con la identidad.

El análisis del fragmento de Vlía presentado anteriormente resistiría otra mirada analítica a partir de los postulados de Jacques Lacan, desde su base en lo real, en lo simbólico y en lo imaginario. Por vía simbólica se accedería a cierto tipo de comprensión, construyendo un metalenguaje capaz de encumbrarse a planos de plasticidad. En este caso, la plasticidad no es más que la definición de una imagen conceptual que puede tener múltiples voces. Además, amplía los márgenes creativos de ese concepto, los campos sensibles y de abstracción. Un ejercicio sencillo, además de una lectura completa de Vlía sería ubicar el contexto histórico en que se escribió el poema.

Contexto y comprensión

Pensará el lector que los abismos del lenguaje son solo asuntos de comprensión y conceptualización. No es así. Un poema que no sea entendido y que se dificulte la conceptualización, en su constitución, puede carecer de abismos insondables. Por nuestra parte los llamaría abismos superficiales, tolerables.

El escritor o el lector deben ser capaces de desarrollar cualidades neuroconectivas, cognitivas, emotivas y sensitivas que les permitan acceder a estados poéticos. A veces, no importa que no comprenda nada; se abren umbrales del ser poético. Viene la pregunta: ¿qué estará pasando entonces? Alguna característica expresa u oculta está influyendo para que los parques sensitivos y emocionales enciendan sus luces y “titilen los astros a lo lejos”. Puede ser el ritmo interior del poema, las frecuencias vibratorias de las palabras, el uso del léxico, la cadena de versos u oraciones prosadas, o simplemente, una energía que no somos capaces de ver, sentir, y hasta descifrar, porque surge de una experiencia remota, transgeneracional, capaz de producir nuevos lenguajes sensibles, únicos e irrepetibles.

En este ejercicio sería buscar en Vlía la alegoría y la simbología de la “realidad”. Recuerden que los “Sorprendidos” estaban influenciados por el simbolismo y el surrealismo. Por ejemplo: las del “gato negro” y las “azotea húmeda”. El poema se publicó en 1944, en plena dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina en República Dominicana. Eso sugiere que el gato negro podría ser una simbología que sugiera al dictador. Esto solo sería opinión fragmentada del fenómeno. A decir de Mercedes Santos Moray, refiriéndose al poema Vlía, “La nueva literatura que surgía con La Poesía Sorprendida, hermética y oscura, en un mundo torvo como el del trujillato, resultaba por su independencia una manifestación de rechazo, y el apoliticismo que en apariencia se mostraba, implicaba una forma de crítica…”. Es una poesía de tipo automática, como bien lo manifestara su autor, con elementos neosimbolistas, surrealistas y metafísicos. Este tipo de poesía con cierta novedad en la República Dominicana fue cuestionada por algunos y observada por otros, tanto así que la práctica del automatismo fue abandonada por el autor a petición de Franklin Mieses Burgos, como dijo el propio Freddy Gatón Arce.

Energía pensante    

No nos atrevemos a inferir sobre los estados emocionales del poeta al escribir este poema de altura estética. Sería difícil de probar, pero se aprecia que ese flujo de energía pensante ha seguido el curso de un circuito neuronal recién creado, permitiendo la conformación de nuevos estados cognitivos y sensitivos. No existiría vestigio de poesía si no existe esta condición. Ha habido nuevas conexiones neuronales. Eso es neuroplasticidad. O sea, que el acto poético estaría ligado a ese proceso de cambios registrados en el cerebro por acción bioelectroquímica. La plasticidad del lenguaje de las palabras está relacionada con lo poético, como la plasticidad de los colores está ligada a las artes plásticas. Cuando no existe esa plasticidad, o cuando se rompe, se registran sasis en el lenguaje artístico.

CONTINUARÁ

 Domingo 16 de marzo de 2025

Publicación para Acento No. 142

Virgilio López Azuán en Acento.com.do

Virgilio López Azuán

Escritor y académico

Virgilio López Azuán es escritor y académico, exrector de la Universidad Tecnológica del Sur –UTESUR- y ex director general de Educación -MINERD-. Ha cursado maestrías y especialidades en Educación, Lingüística, Estudios Afroiberomericanos y Participación Comunitaria. López Azuán es fundador del Movimiento Literario Efluvismo y ha obtenido diversos premios nacionales de literatura en los géneros, cuento, poesía y teatro. Ha publicado una veintena de libros entre los que se destacan: La pretendida de Verapaz (Novela), Sumer: Poética de los números, Paraísos de la nada, Incendios del Agua, Paraísos de la imagen, Unicornio, Ladran los Huesos, Cuando la mar bota peces, entre otros.

Ver más