El ciclo natural de la vida, descrito por décadas, es simple: nacer, crecer, reproducirse y morir. Es un concepto que puede abrazarse con sencillez desde la perspectiva humana regular, pero el poeta siempre tiene una visión que trasciende las obviedades de lo que hemos denominado ciencia. Para cumplirse este ciclo, es necesaria la provisión de un cuerpo; dato igualmente conocido por la humanidad en su totalidad, pero que suele omitirse el obsequio del mismo.

Si hay un hombre que supo agradecer cada etapa vital, ese es Manuel del Cabral, que entre la rima y el verso de tres poemas esenciales agradece a su cuerpo, su sangre y su viejo, mientras rechaza la idea de ir con prisa por la vida, pues todo tiene un propósito y nada es completamente retribuido en esta.

Viajero que dentro el pecho 

a caballo siempre vas. 

Por la herida sales, pero… 

no creo que a descansar 

Tú galopas aquí adentro 

como queriendo llegar… 

¿Pero a dónde vas, viajero, 

si eres tú la eternidad? 

Mi sangre (fragmento). 

¿Era acaso la sangre una simbología de la vida misma para Cabral? Si bien se trata de un fluido que recorre el interior de los vasos sanguíneos, no dista mucho de la realidad desesperada del

ser humano, que va galopando por la vida como queriendo alcanzar el último de los saltos ecuestres, sin darse cuenta de que en sí mismo lleva la clave de la eternidad.

Algo similar ocurre en la poesía La carga, donde el poeta lamenta que se le haya donado un cuerpo con el que se sentía en la obligación de mantenerse siempre pulcro, como en el momento en el que le fue entregado, referencia al nacimiento y a la pureza de la niñez («Mi cuerpo estaba allí… nadie lo usaba. / Yo lo puse a sufrir… le metí un hombre. // Me lo dieron desnudo, limpio, manso, / era inocente cuando me lo puse, / pero a ratos, / la razón me lo ensucia»). Para el yo poético, es

difícil comprender su cuerpo, lo ve como un peso del cual intenta liberarse y será cuestión de tiempo deshacerse de sí mismo («Yo quiero devolverlo como me lo entregaron; / sin embargo, / yo sé que es tiempo lo que a mí me dieron»).

En Carta a mi padre, Manuel del Cabral desprende la inmensa gratitud que puede encontrarse tras cavar en los escombros de un alma que ha entendido la pena de perder a un padre y la alegría de valorarlo: «Lo que me diste en carne te lo devuelvo en flores / Lo que me diste en barro te lo devuelvo en arte».

Manuel del Cabral.

Lo eterno juega un papel fundamental en estos tres escritos de Cabral, pues reconoce perfectamente bien que el nacimiento, crecimiento y la muerte son posibles gracias a un obsequio invaluable: el tiempo.

En su obra, Cabral también demostró la impotencia de un corazón que no tolera las injusticias, del que tiene algo sobre el pobre y nada bajo el rico, el ciudadano que sufre de lejos junto a los oprimidos y golpea de cerca con rabia a los privilegiados. Si existe alguien que pueda confirmar haber sido defendido a garra y espada por Cabral, es el negro, con una serie de doce poesías que lamentan los padecimientos a los que pudo estar sometido durante largos años en la humanidad y exhaltan la dignidad del mismo.

Negro quieto, 

barro dócil, 

tú que siempre 

eres el grano que no siembran nunca. 

Negro siempre (fragmento) 

Tú ganas diez centavos, diez centavos por día. 

Sin embargo, 

tú los ganas tan limpios 

tienes manos tan limpias, 

que puede que tu casa sólo tenga. 

Ropa sucia, 

catre sucio, 

carne sucia, 

pero lavada la palabra: Hombre. 

Negro sin zapatos (fragmento) 

Por si este tipo de protesta no fuera suficiente, el poeta se instala como muralla de aquellos que tienen menos valor en la sociedad, se muestra como defensor vivo del obrero, el campesino y el ciudadano de a pie, y es el acusador del macho dominicano, objetivo de Cabral en su obra Compadre Mon y otros poemas de carácter social.

«Ellos comen cuando pueden / pero por ellos comemos cuando queremos».

Ellos (fragmento)

Cabral, un genio incomprendido por su propio habla, según declara en su poema Letra, pero que admite también que en la expresión hablada encuentra su fortaleza:

Todo lo pongo en ti, 

y tú siempre lo mismo 

estatua de mis vientos, 

ataúd de presencias invisibles, 

letra inútil. 

Todo, 

lo pongo en ti, 

sobre tu muerte. 

La letra no me entiende. 

Letra (fragmento) 

Palabra, ¿qué tu más quieres? 

¿Qué más? 

Vengo a buscar tu silencio, 

el que a fuerza de esperar 

se endurece… Se hace estatua… 

para hablar. 

Palabra (fragmento)

El nombre de este poeta retumba en el corazón de Latinoamérica, cuya obra obtuvo mérito oportuno en el Premio Nacional de Literatura de su patria caribeña y otros certámenes literarios. Sus versos se encuentran repletos de preguntas retóricas, la empatía hacia el que no tiene valor y el cuestionamiento continuo a sí mismo del sentido de la vida, relatados entre elementos simbólicos como el río y su relación directa con la sed, lo firme de una estatua, lo delicado de una rosa y la vulnerabilidad de la piel.

En la voz de Manuel del Cabral descubrimos que la melancolía es el agua que utiliza el poeta para regar sus versos, y la gratitud el sol que complementa el crecimiento de sus jardines poéticos, formando así la siempre fértil flor de la poesía.

Referencias: 

Embajada de la República Dominicana en la República Argentina (6 de marzo, 2025). Manuel del Cabral. Embajada Dominicana.

https://www.embajadadominicana.com.ar/novedades/natalicio-de-manuel-del-cabral

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Ariana Isabel Peguero Núñez. 25 de noviembre del 2005, Distrito Nacional, República Dominicana. Letraherida con inclinaciones hacia los cuentos, versos y el teatro. Primer lugar en el Concurso Nacional de Guiones: Escuela, Escritura y Cine (CONGUIONES) del Ministerio de Educación en el año 2023, con Teitoca. Actualmente, es estudiante de la Licenciatura en Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Su correo electrónico es: arianapn25@gmail.com

Ariana Isabel Peguero Núñez

Estudiante de letras

Ariana Isabel Peguero Núñez. 25 de noviembre del 2005, Distrito Nacional, República Dominicana. Letraherida con inclinaciones hacia los cuentos, versos y el teatro. Primer lugar en el Concurso Nacional de Guiones: Escuela, Escritura y Cine (CONGUIONES) del Ministerio de Educación en el año 2023, con Teitoca. Actualmente, es estudiante de la Licenciatura en Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Su correo electrónico es: arianapn25@gmail.com

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