Y yo aquí, todo emocionado…porque la obra de tres amigos entrañables y admirables ha sido reconocida una vez más. Tres autores que no debutan en la cima, sino que la han tocado ya en otras ocasiones,y con méritos de sobra.

Tres nombres que no necesitan presentación para quienes aman la literatura dominicana:

César Sánchez Beras, en poesía, con Ciudad Caníbal, César Augusto Zapata, en cuento, con Los sueños también son espejos, Radhamés Polanco, en teatro, con Crónicas de aquí y de ahora, y aquí, entre mis afectos, no puedo evitar sonreír: dos Césares y un Radhamés.

Tres amigos, tres estilos, tres voces con identidad propia, pero unidos hoy por una misma luz: el reconocimiento de una trayectoria auténtica, de una palabra que no ha cedido ante la prisa ni la complacencia.

Ciudad Caníbal — César Sánchez Beras

César Sánchez Beras. Foto: ©EmilSocías/Acento.com.do

En Ciudad Caníbal, la poesía se viste de sombras y le habla al abismo cotidiano. Es un libro atravesado por la ansiedad, la depresión y una ciudad que se transforma en bestia devoradora.

El poeta —que también es cronista del alma— camina por calles frías, se confunde con los marginados y escribe desde la orilla de la desesperanza, pero con un lirismo punzante que redime.

Hay versos que tiemblan como faroles solitarios:

“Hoy me desperté cansado de estar vivo,
y la ciudad me saludó sin alma…”

Sánchez Beras, con su precisión emocional, logra que la experiencia urbana se vuelva metáfora existencial.

La ciudad no solo devora cuerpos: devora sueños, historias, pasados.Y sin embargo, en medio de la noche, alguien escribe como quien enciende una vela: para que no se apague la esperanza.

Los sueños también son espejos — César Augusto Zapata

César Zapata
César Zapata.

En esta colección de cuentos, Zapata abre las puertas del inconsciente y nos invita a mirar en el espejo de lo irreal.

Hay algo del Borges que sueña laberintos, y del Cortázar que hace de lo cotidiano una anomalía. Pero también hay mucho de Zapata mismo: psicólogo, poeta, narrador… creador de atmósferas donde el doble acecha y el sueño interroga a la realidad.

Cada relato es un espacio en la lógica aparente del mundo. Los personajes se encuentran con su otro yo, con el eco de lo no vivido, con la sombra que los persigue o los complete, Y entonces, como si el alma hablara en voz baja, el lector comprende que los sueños no solo son espejos: son también territorios donde el yo se descompone y se recompone. Zapata no escribe fantasía: escribe desde esa línea donde la mente roza el misterio, y donde la literatura se atreve a no tener respuestas.

Crónicas de aquí y de ahora — Radhamés Polanco

Radhamés Polanco.

Polanco, con su oído agudo y su verbo popular refinado, nos entrega en esta trilogía dramática un retrato mordaz del presente dominicano. Tres obras —unidas por la marginalidad, el humor y la ternura—nos llevan al río Ozama, a los patios donde se pelea por un huevo, a los puentes donde los suicidios y las estrategias de supervivencia se entrecruzan.

En Crónica del Puente, un yolero se convierte en narrador de un suicidio… y en negociador de su relato.Vende su testimonio como quien vende pescados, porque en el fondo, la palabra también es un modo de sobrevivir.

Polanco combina ironía y tragedia, calle y poesía, en una dramaturgia que no teme retratar la miseria, pero tampoco deja fuera la risa ni la dignidad.

Es teatro de barrio,
de alcantarilla,
de azotea.
Y es también teatro universal,
porque ahí donde falta el pan,
sobran las historias.

Tres voces, un tiempo

No es casual que estos tres libros hayan sido premiados el mismo año. Es como si el tiempo —ese juez que no siempre llega a tiempo— hubiera decidido escuchar la palabra que resiste, la palabra que no se rinde ante el mercado ni la moda.

Un poeta, un cuentista y un dramaturgo

 Han sido tocados otra vez por el reconocimiento. Pero lo más importante es que ellos —como sus obras: 

Tocan al lector, al espectador,
a quien busca en la literatura un espejo,
un consuelo,
una rebelión o una herida.
Y yo aquí, testigo emocionado,
los abrazo desde este texto
como quien levanta una copa
por la belleza y por la verdad.
Porque cuando la palabra vuelve a la cima,
no es por azar:
es porque abajo,
en el fondo,
nunca dejó de brillar.

Carlos Sánchez

Carlos Sánchez

Escritro

Carlos Sánchez es escritor.

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