Pese a que la Ley de Cine 108-10 establece incentivos fiscales a las empresas que inviertan en el establecimiento de una sala de cine y complejo cinematográfico de hasta el 100 % fuera de Santo Domingo y Santiago, el cine no ha llegado a la zona fronteriza.

“La ausencia de cines en la zona fronteriza resalta una disparidad significativa en la distribución de recursos culturales, posiblemente afectando la calidad de vida y el desarrollo cultural de sus habitantes”, señaló el Monitor de la frontera, a junio 2024, llamado “Economía Naranja en la zona fronteriza: desafíos y oportunidades”.

El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) indicó que la zona fronteriza tiene un potencial significativo para el desarrollo de actividades socioeconómicas, aunque su explotación ha sido limitada. “Esto muestra oportunidades para integrar el potencial creativo del territorio con iniciativas que impulsen el desarrollo”.

De hecho, un estudio realizado entre el Ministerio de Cultura y el Banco Central dominicano (BC) señaló que la lejanía de las ubicaciones de las salas y complejos cinematográficos distancian a más de un tercio de la población dominicana. 

“Casi un tercio de los dominicanos no asiste al cine porque le queda muy lejos o se registra una ausencia de cine en la localidad donde reside”.

En el caso de la zona fronteriza, se registran 531,359 habitantes, un 8.9 % más que los 487,576 espectadores que eligieron comprar una boleta para ver una película dominicana entre enero-noviembre del 2024, y un 51.5 % más que los del 2023 (350,554), según datos de la Dirección General de Cine (DGCine).

Si dos tercios de la población de la zona fronteriza tiene acceso a los complejos cinematográficos, se traduciría a 414,240 boletos vendidos, de acuerdo con cálculos de ACENTO.

Esa cantidad representaría el 97.4 % del público que asistió a la proyección de Qué león (424,907 personas), audiovisual que es el más visto por los dominicanos hasta junio del 2025.

En el país, sólo Santo Domingo, Distrito Nacional y Santiago concentran el 65 % de los complejos cinematográficos y tres de cada cuatro pantallas del país. En el siglo XX, la situación fue diferente.

La zona fronteriza contó con seis salas. Monte Cristi tuvo dos en el municipio cabecera y el cine Altagracia ubicado en Villa Vásquez, mientras que Pedernales, Elías Piña y Dajabón reportaron una sala Doris, Elías Piña y Soraya, respectivamente.

Y no es para menos, el 45 % de los dominicanos asiste al cine, es decir, 3.2 veces más que el 14 % que va a bibliotecas y museos y eventos artísticos, lo que indica la importancia del séptimo arte en República Dominicana.

Asimismo, la economía naranja genera medio millón de empleos, lo que equivale al 12.5 % de la fuerza laboral dominicana, y aporta el 1.5 % del producto interno bruto (PIB) nacional. En 2012, el país exportó aproximadamente US$ 198 millones en bienes y servicios de las industrias creativas.

Karla Alcántara

Periodista. Abanderada por los viajes, postres y animales. Ha escrito sobre economía, turismo y cine. Ha cursado diplomados sobre periodismo económico impartido por el Banco Central, periodismo de investigación por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo, finanzas por el Ministerio de Hacienda y turismo gastronómico por la Organización Internacional Italo-Dominicano.

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