No llegan buenas noticias sobre las perspectivas de los ciclones, salvo que alivian las sequías, limpian los bosques y aminoran la temperatura de los mares cálidos. Son cada vez más potentes y más rápida su evolución a causa del cambio climático, han advertido los científicos. El reciente Melissa ha sido considerado ya por los expertos el huracán del siglo.

Inevitables, estos fenómenos hidrometerológicos plantean un desafío gigantesco a países costeros del trópico como la República Dominicana, que fundamentan gran parte de su economía en la oferta turística basada, principalmente, en el todo incluido de sol y playa.

Al cierre de 2025, el sector viajes y turismo en RD podría alcanzar un nuevo máximo histórico con 21,000 millones de dólares de aporte al Producto Interior Bruto (15% de la economía del país), conforme a cifras del Consejo Mundial de Viajes y Turismo.

Para abril de 2025, ya superaban las 90,000 las habitaciones hoteleras, mientras se proyectaban entre 4,000 y 5,000 a finales de año y al menos 14,000 en construcción, de acuerdo a los datos de la Asociación Nacional de Hoteles y Turismo (Asonahores).

Hasta octubre habían llegado nueve millones de visitantes (2,1 millones de ellos cruceristas, y al final de año se espera alcanzar un nuevo récord con 11,7 millones (poco más de ocho millones turistas y los demás, cruceristas), ha informado el lunes 9 de noviembre el ministro de Turismo, David Collado, en conferencia de prensa palaciega La Semanal realizada en Punta Cana.

Vienen a disfrutar las bellezas naturales y el clima caluroso todo el año en la isla. Pero todo puede cambiar de la noche a la mañana. La vulnerabilidad de ese sector de servicio es grande.

Las amenazas para este sector de servicios son consistentes. Unas, naturales; otras, hechuras del hombre. Todas asechan. Desde brotes epidémicos, epidemias y pandemias, hasta sargazo, riadas, tornados, seísmos, tsunamis o maremotos, campañas, siniestros, inseguridad pública, inestabilidad política, campañas sucias y negativas de la competencia y… ciclones o hijos del mar.

La temporada ciclónica para nuestra región comienza el 1 de junio y termina oficialmente el 30 de noviembre. Rara vez se registran fenómenos naturales durante diciembre. Dos famosas tormentas en cien años: Lili (1984) y Olga (2007).

Borrado de la historia

El ciclón Melissa de finales de octubre de 2025 ha renovado la alerta sobre la urgencia de construir resiliencia. No es el último de la historia. Ni siquiera se sabe con total certidumbre si será el último de este año. Se trata de la naturaleza.

El fenómeno no impactó a RD, ni al vecino de la isla, Haití. Como tormenta cruzó al frente por el mar Caribe y dejó durante una semana lluvias intensas que inundaron plantaciones y dañaron asentamientos humanos vulnerables y algunas infraestructuras.

De camino, al hallar condiciones óptimas para su fortalecimiento (mar cálido, vientos cortantes que redujeron su velocidad de traslación) se convirtió en el huracán más poderoso en casi un siglo e impactó a Jamaica con categoría 5 (295 Km/h) y, con 3 (193 Km/h), el oriente de Cuba, dejando desolación antes de salir por el océano Atlántico.

Según la escala Saffir-Simpson (del 1 al 5) -plantea un artículo de National Geographic, del 28 de octubre- cualquier huracán considerado categoría 3 o superior, ya puede tener potencial devastador ya que sus vientos comienzan a partir de 178 Km/h, lo cual indica mayores daños y más riesgos para la vida de las personas.

En cuanto al nivel 5, advierte que cuando un ciclón alcanza ese nivel de la escala, un alto porcentaje de viviendas queda destruido, la mayor parte de la zona queda inhabitable durante un largo período y algunas zonas residenciales, sin servicio de agua ni electricidad durante varias semanas o meses.

Melissa se formó el 21 de octubre y se disipó el 31 con resultado de al menos 69 muertos entre Jamaica, Haití, Panamá y RD (1) y gran destrucción de infraestructuras, incluidas las provincias del oriente de Cuba. Cuba no registró fallecidos.

“En 2025, el Atlántico tropical registró temperaturas entre 1.5 y 2 grados Celsius encima del promedio histórico, lo que proporcionó a Melissa la energía necesaria para alcanzar una violencia inédita. Este patrón de calentamiento -acelerado por el cambio climático- se ha convertido en una constante en los últimos años, haciendo que las tormentas evolucionen más rápido y con mayor fuerza”, según se plantea en la revista Círculo Rojo.

Dado sus daños y la pérdida de vidas, el nombre Melissa jamás volverá a aparecer en las listas de estos fenómenos publicada cada año, conforme a los criterios de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Ejemplos: San Zenón, Biola, Flora, Katie, Inés, David, Georges, Irma, María.

Trayectoria huracán David, en 1979. (NOAA).

Mitigar los impactos

El calentamiento de los océanos y el nuevo comportamiento de fenómenos naturales como los ciclones representan el gran desafío de los Estados.

Más para las naciones del Caribe, Centroamérica y México, especialmente en regiones donde el turismo y la infraestructura costera son pilares económicos, se plantea en la revista Círculo Rojo.

El medio destaca la urgencia de fortalecer la resiliencia climática y la infraestructura costera, reforzar los sistemas de alerta temprana, las políticas de adaptación y la educación climática.

“Cuando los residentes del Caribe piensan en huracanes, como Irma y María, que azotaron a la región el otoño pasado, no solo piensan en la pérdida de cientos de viviendas y vidas humanas, sino en la destrucción generalizada de los recursos turísticos como hoteles, yates y arrecifes de coral porque temen que la devastación sea solo un anticipo de lo que está por venir”, escribió el 6 de junio de 2018 Steven Ambrus en su artículo La amenaza del cambio climático para el turismo caribeño, en el blog Ideas que Cuentan, del departamento de investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Los ciclones, un gran desafío al turismo en RD

Lo más probable es que las cosas empeoren. El Consejo Mundial de Viajes y Turismo prevé que, entre 2025 y 2050, el Caribe se convertirá en el destino turístico con mayor riesgo  en el mundo.

El BID estima que el cambio climático podría costarle a la región más de US$22 mil millones a mediados de siglo, o aproximadamente el 10% del PIB actual del Caribe, donde el turismo es el motor económico.

Una experiencia amarga

El 31de agosto de 1979 el huracán David, que originalmente se dirigía a Barahona-Pedernales con vientos de 249 Km/h (categoría 5), pero giró de repente y entró por el sur cercano a la capital (entre los municipios Haina y San Cristóbal). Provocó daños masivos en viviendas, puentes, hospitales, sistemas eléctricos y telefónicos, agricultura.

Según los reportes, 2 mil personas fallecieron, 200,000 quedaron sin hogares y hubo pérdidas por mil millones de dólares. Cuatro días después, la tormenta tropical Federico agravó la situación al provocar graves inundaciones.

El 22 de septiembre de 1998, el huracán Georges azoló el sur de la isla. El fenómeno dejó aprendizajes y movió la acción pública. Tras la experiencia, en 2001, mediante el decreto 360 fue creado el Centro de Operaciones de Emergencias (COE).

Los ciclones, un gran desafío al turismo en RD

El huracán Irma, a principios de septiembre de 2017, dejó pérdidas por 1.200 millones de euros en islas St. Barts, y afectó un 95% de las construcciones de St. Maarten.

El 20 de septiembre de ese mismo año, María, impactó Puerto Rico como el huracán más fuerte en 80 años (categoría 5) y causó daños graves generalizados a las infraestructuras, más erosión de las costas, sedimentación de los arrecifes coralinos. 4,600 personas murieron por factores relacionados con el fenómeno y empeoró la situación socioeconómica de la isla caribeña. Por la crisis humanitaria, el gobierno federal declaró la isla como zona de desastre.

El oficial de Inversión Principal y Líder de Turismo del BID Invest (antigua Corporación Interamericana) Rogerio Basso, cita tres claves para reactivar al sector turismo

tras los desastres naturales, mediante la estrategia reconstruyendo con cambios, que incorpora construcciones sostenibles que hacen al sistema más resilientes y se adapte mejor al cambio climático y a los desastres naturales a largo plazo.

Según el documento, las claves para apoyar el turismo del Caribe son: fortalecer la infraestructura y resiliencia, promover el turismo sostenible y comunitario y mejorar la coordinación y gobernanza.

Con esas estas acciones se ayuda a reconstruir la región, proteger el medio ambiente y empoderar a las comunidades locales para recuperarse de manera más efectiva ante futuros eventos, afirma.

 Naciente destino turístico

En Pedernales, 307 kilómetros distante del Distrito Nacional, en la frontera dominicana suroeste con Haití, frente al mar Caribe, está en construcción un nuevo destino turístico desde cero, a partir de un plan maestro, y -según el Gobierno- será sostenible.

Tres hoteles están en fase final en la localidad Cabo Rojo, 23 kilómetros al sureste del municipio cabecera. En tiempo récord construyeron la infraestructura hidrosanitaria (acueducto y redes de distribución, planta de tratamiento de aguas residuales, energía eléctrica y vías de acceso), la terminal aeroportuaria, que ya recibe cruceros, mientras, en el paraje Tres Charcos, del municipio Oviedo, avanza la construcción del aeropuerto internacional.

El Consorcio Cabo Rojo (CCR) o Grupo Puntacana se ha integrado como socio estratégico, con atención a la oferta gubernamental de alianza público-privada.

En el litoral del municipio cabecera se construye un frente marino (paseo marino, dicen las autoridades).

Reconstruyen la única carretera de acceso al pueblo, la angosta Barahona-Pedernales (124 kilómetros), pero es un suplicio: 2 años el tramo de 49 Km entre Barahona-Enriquillo; y cuatro, los 74 Km Enriquillo-Pedernales, y no se ve fin, pese a que debió trabajarse a igual o mayor velocidad que las obras de Cabo Rojo.

Carretera hacia la comunidad Los Arroyos, en Pedernales, productora de vegetales, aguacates y otros rubros .

El Gobierno garantizó su inauguración en 2024, pero Obras Públicas no informa fecha segura de terminación.

Está intransitable el tramo carretero hacia Los Arroyos, del distrito municipal José Francisco Peña Gómez, en lo más alto de sierra de Baoruco, pese a su posición fundamental para la seguridad fronteriza y su alta producción de aguacates, vegetales y otros rubros.

Pedernales sufre un acelerado proceso de arrabalización de la periferia con viviendas informales y servicios precarios, inducido por la mala política de llevar de otros pueblos a familias en pobreza extrema como potenciales votantes; por el intercambio comercial con Haití y las expectativas generadas en torno al desarrollo turístico.

El déficit de viviendas es creciente y muchas de las existentes, como el edificio de oficinas públicas, son un peligro público. Son irrecuperables.

Los ciclones, un gran desafío al turismo en RD

La situación de la vivienda es precaria, de acuerdo al reporte del oficial al Sistema Único de Beneficiarios (Siuben). Casi el 70% tiene techo de zinc y el 10% tiene pisos de tierra. En esta comarca se registra uno de los mayores índices de viviendas irrecuperables, señala el informe.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 25, apartado 1; el Pacto Internacional de los Derechos Económicos y Sociales, y la Constitución dominicana, artículo 59, establecen el derecho universal a una vivienda digna, segura y adecuada con servicios básicos esenciales.

El presidente Luis Abinader ha declarado en La Semanal realizada la tarde del lunes 10 de noviembre, en Punta Cana, provincia La Altagracia, que en Pedernales el Gobierno se ha propuesto construir un polo turístico bajo un modelo sano, ético, libre de prácticas que afecten la imagen del país, enfocado en el respeto a los niños, niñas y adolescentes de la región, porque “queremos turistas, no delincuentes”.

Habló así sobre una iniciativa de prevención del embarazo en adolescentes y prevención de la pedofilia impulsada en la provincia suroestana por la primera dama Raquel Arbaje, en coordinación con la embajada de España y el Gabinete de la Niñez y la Adolescencia.

Según el documento gubernamental Monitor de la Frontera (septiembre 2025), en las provincias fronterizas la población de mujeres adolescentes es de cerca de 22 mil (11.6% de toda la población femenina de al menos 15 años).

De esa cantidad, 3,509 tienen al menos un nacido vivo, o sea, 1 de cada 6 adolescentes. En 2010 era el 24.7% del total del país; 10.8% en 2022. En Pedernales, 17.9% de las adolescentes tienen al menos un hijo.

Para fines de proyectos de intervención social, los técnicos del Gobierno manejan una pobreza multidimensional cercana al 60% en Pedernales. La situación de las otras provincias de la región Enriquillo (Independencia, Baoruco y Barahona) es similar. El empobrecimiento y la ausencia de bienestar general atizan la vulnerabilidad de niños, niñas y adolescentes frente a los pedófilos extranjeros y dominicanos.

La gestión de Gobierno (cinco años), sin embargo, no ha iniciado ningún proyecto habitacional sostenible, seguro, para amortizar deuda social acumulada y compensar un poco el avance de Cabo Rojo. Tampoco hay señales sobre construcción de una cultura de prevención articulada con el proyecto turístico.

Los ciclones, un gran desafío al turismo en RD

República Dominicana acaba de ser seleccionada como sede de la asamblea general de ONU Turismo 2027, que ya ha sido designado Año Internacional del Turismo sostenible y resiliente.

La decisión ha salido de la 26 asamblea celebrada en Riad, Arabia Saudí, desde el 7 hasta el 11 de noviembre, tras considerar los logros en el sector turismo que ha registrado RD.

La representación dominicana estuvo a cargo del viceministro de Cooperación Internacional del Mitur y director ejecutivo del Proyecto de Desarrollo Turístico de Pedernales, arquitecto Carlos Peguero.

Bajo el lema “Turismo impulsado por las IA (inteligencia artificial): redefiniendo el futuro”, los asambleístas han declarado, entre otros temas, la adopción responsable de las nuevas tecnologías digitales; la distribución equilibrada de los flujos de visitantes y el uso de estrategias para repensar el sector y atraer más turistas a destinos emergentes para evitar la masificación.

Allí, la secretaria general de ONU Turismo, Shaikha Al Nowais, ha planteado la necesidad de orientar a los turistas para que visiten destinos emergentes para descongestionar los polos ya saturados.

En riesgo permanente

La generación actual de pedernalenses apenas ha escuchado hablar de ciclones. Desconoce que entre 1955 y 1968 la provincia ha sufrido la fuerza de estos fenómenos y que no está libre de otros en el futuro.

En una cronología sobre huracanes en la República Dominicana, publicada el 20 octubre de 2017 en el diario Hoy, bajo la firma de Frank Tejada Cabrera, se identifican cuatro de gran impacto en la provincia.

El 16 de octubre de 1955, el huracán Katie, con categoría 3 (entre 178 y 209 Km/h), arrasó la comarca de casas de madera, zinc y palmas. También causó estragos en Haití.

El gobierno del tirano Rafael Leonidas Trujillo Molina ordenó al joven ingeniero Wascar Tejeda Pimentel (hoy héroe nacional) la reconstrucción y la edificación de iglesia, escuelas, hospital y viviendas de cemento en el centro del pueblo: la Juan López, Duarte, Genaro Pérez Rocha, 27 de Febrero, Sánchez, Mella, Antonio Duvergé y Libertad.

El mandatario aprovechó para elevar a Pedernales a categoría de provincia y a Oviedo como municipio, a partir del 1 de abril de 1958, y así coincidir con la inauguración del proyecto de la modernización urbana.

El 3 de octubre de 1963, el huracán Flora entró por Barahona, causó muertos y, en Pedernales, el río desbordado, graves inundaciones, incluyendo las parcelas de Los Olivares.

El 29 de septiembre de 1966, Inés, categoría 4 (vientos de 209 a 251 Km/h). Azotó Barahona, destruyó Oviedo y provocó graves daños al municipio Pedernales. Grandes inundaciones. Oviedo existía al lado de la laguna, pero el Gobierno presidido por Balaguer lo trasladó a su ubicación actual donde desarrolló los proyectos habitacionales.

El 11 de septiembre de 1967, Beulah (Biola, para los pedernalenses de la época), con categoría 3, batió isla Beata.

El huracán Inés azoló Pedernales y Barahona en 1966 y (Fotos de Historia en Gráfica).

En la ruta

La ubicación de los dos municipios (Pedernales y Oviedo) en llanuras al pie del procurrente Barahona, frente al mar Caribe, representa un riesgo permanente para los ciclones que se forman en Cabo Verde de África y en la misma cuenta caribeña.

Desde el poderoso Inés, los fenómenos formados no han hallado condiciones medioambientales apropiadas para seguir la ruta hacia el extremo del suroeste.

“No solo riesgos por estar en la ruta de los huracanes tienen los pedernalenses” -ha puntualizado el profesor Bolívar Troncoso, geógrafo y especialista en turismo sostenible, director del Instituto Geográfico Nacional-, también muchos riesgos de inundarse por ser llanura costera a causa de un aumento en el nivel del mar por el calentamiento global y los tsunamis o maremotos que provocan los terremotos al ser zona de riesgo sísmico”

En enero de 2024 el Congreso aprobó la Ley 6 que declara a Pedernales como  provincia ecoturística con el objetivo de impulsar la conservación y uso sostenible de los recursos naturales y el fomento de las manifestaciones culturales en beneficio del desarrollo económico y social de la provincia, no sólo Cabo Rojo.

Tony Pérez

Periodista

Periodista y locutor, catedrático de comunicación. Fue director y locutor de Radio Mil Informando y de Noticiario Popular.

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