Santana, es un Distrito Municipal de la Provincia Peravia en la frontera con San Cristóbal, “camino a la capital” en el Distrito Nacional, dedicado a la agricultura, lugar que algunos asocian con la figura del General Pedro Santana, que estuvo reunido con Duarte en Sabana Buey y envuelto en la Batalla de Las Carreras. Allí nació, el 18 de marzo de 1926, Huáscar Antonio Tejeda Pimentel, héroe del 30 de Mayo en el ajusticiamiento de Trujillo.
Huáscar logró viajar a Estados Unidos y se graduó de Ingeniero Civil en la Universidad de Connecticut, en Estados Unidos. Regresó al país en 1953 y entró a la Universidad de Santo Domingo, hoy autónoma, como docente de laboratorio de física. En esa época residía en Baní con sus esposa María Leonor González (Lindín) en una casita de madera frente a donde está localizada hoy la bomba de gasolina de José Melo, vecino de Doña Eva una artista artesana en el uso del guano como materia prima la cual elaboraba carteras, cachuchas, macutos, alganas, etc., cuyo hijo, Antonio, fue militante del MPD a su llegada de este movimiento al país al final de la dictadura trujillista, , el cual al final tuvo que exiliarse en la Embajada de Brasil y nunca más hemos tenido noticias de él.
Nosotros vivíamos en la cercanía, cruzando la calle Padre Billini, después de la vivienda de Doña Eva estaba su vivienda y compartimos con Huáscar esporádicamente y permanentemente con su hijo, el cual fue a estudiar años después ingeniería en Argentina, mientras nosotros estudiamos sociología en Brasil.
Huáscar y el también ingeniero Roberto Pastoriza, otro de los héroes del 30 de mayo, hicieron una profunda amistad y una relación profesional que los llevó a trabajar juntos. A través de Pastoriza, hizo amistad con Juan Tomás Díaz, Modesto Díaz y Antonio de la Masa, tres héroes de los siete que ajusticiaron al sátrapa, entrando al grupo de conspiradores en el complot contra el sátrapa.
La espuria dictadura Trujillista, durante 30 años de terror se mantenía por la acción de una brutal represión de persecuciones, cárceles, torturas, crímenes y muertes. Aun así, siempre hubo patriotas, rebeldes, que se opusieron a la dictadura, soñadores de la libertad. Los asesinatos de Virgilio Martínez Reyna y su esposa, Cipriano Bencosme, Desiderio Arias, Los Hnos. Perozo, los Panfleteros de Santiago y las Hnas. Mirabal fueron ejemplos de esta acción asesina de la dictadura.
Los dominicanos en el exilio mantuvieron históricamente propuestas antitrujillistas, desde la denuncia hasta las acciones militares. En 1947, en Cayo Confites, Cuba, se organizó una expedición político-militar de exiliados dominicanos para enfrentar a la dictadura, la cual fue malograda por autoridades cubanas, destacándose la integración del estudiante y después líder de la Revolución Cubana, el Comandante Fidel Castro Ruz y como reportero, estaba contemplado el Premio Nobel Ernest Hemingway que residía en Cuba.
El 19 de junio de 1949, una valiente expedición de exiliados, con la participación solidario de varios expedicionarios internacionalistas, partió de Guatemala y desembarcó en la Bahía de Luperón con el fin tomar el pueblo e iniciar una lucha de libración de la dictadura, que físicamente fue exterminada por la maquinaria militar Trujillista, pero que abrió un camino para trascender y seguir luchando, como demostró la expedición internacionalista del 14 de junio del 59, la cual militarmente fue derrotada, pero que impactó al pueblo dominicano, trayendo la formación de diversos grupos antitrujillistas en todos el país, que se nuclearon en el movimiento revolucionario del 14 de junio que culminó con las acciones del 30 de mayo que dieron fin a la llamada Era de Tirulillo.
Huáscar había vivido varios años en Estados Unidos, lejos de la dictadura. Conocía el régimen liberar de la “democracia norteamericana”. Al llegar al país para quedarse, su antitrujillismo, comenzó al llegar al país al encontrar un mundo diferente de donde estaba y se profundizó con su amistad con Roberto Pastoriza, entrando a ser parte del grupo conspirativo antitrujillista con Juan Tomás Díaz. Modesto Díaz y Antonio de la Maza. Además, se enteró que el mártir banilejo Tomás Báez Díaz, era parte del complot contra el sátrapa, el cual fue asesinado con su hijo Miguelín en el centro de tortura de la Cuarenta.
La noche del 30 de mayo del 1961, cuando Antonio de la Maza fue a buscar a Huáscar para la eliminación del Jefe, al ver embarazada a la esposa de este, señalando su vientre expresando: “Este nacerá en libertad” . Luego, exclamó: “Como te has dado cuenta, el plan ya está listo. En realidad nosotros estamos en un complot para matar a Trujillo y va a ser esta noche”. Inmediatamente él y Huáscar salieron de la residencia para encontrarse con la historia.
Huáscar fue el conductor de uno de los tres carros que debían de interceptar al tirano en la autopista del hoy 30 de Mayo. La persecución fue un éxito. Ajusticiaron al sátrapa. Huáscar regresó a su casa y cuando los cuerpos represivos de la dictadura lo buscaban para asesinarlo se refugió en la iglesia Santo Cura de Ars de una barrio popular de la ciudad de Santo Domingo. Fue apresado y llevado a las cárceles trujillista donde fue torturado, golpeado, humillado, pero sobrevivió, hasta que por venganza fue llevado a la Hacienda María, propiedad del tirano y allí, junto con Roberto Pastoriza, Modesto Díaz, Salvador Estrella Dadhalá y Luis Manuel Cáceres, héroes del tiranicidio, fue asesino vilmente, amarrado en una mata de coco por Ranfis Trujillo y sus secuaces asesinos, desapareciendo su cadáver hasta el día de hoy.
Huáscar Tejeda Pimentel, banilejo, fue de los líderes-mártires, participante directo en la eliminación del tirano, ofrendó su vida por la libertad del pueblo dominicano en la búsqueda de la democracia, vive hoy en el corazón del pueblo y en la aureola gloriosa de la historia. ¡Su figura ha de recordarse en la lucha contra el olvido!