La semana pasada fue objeto de críticas en el país un artículo publicado en un medio conocido como Vatican News respecto a la situación migratoria de los haitianos en la República Dominicana.

Todos conocemos lo sensible que resulta ese tema para la sociedad dominicana, por eso muchos periodistas se rasgaron las vestiduras llegando, incluso, a solicitar al gobierno dominicano que pidiera unas disculpas al Vaticano.

En este orden se debe aclarar que lo publicado en Vatican News no es expresión de la iglesia porque este medio tampoco es oficial del Vaticano, el órgano oficial se llama Vatican.va. Esto significa que el papa León XIV tampoco tiene nada que ver con lo expresado en ese artículo.

La Iglesia tiene su modo de hablar y lo hace a través de encíclicas, catequesis, cartas pastorales, etc. Por consiguiente, lo que no sea dicho por una de estas vías no es voz de la Iglesia.

Además, la Iglesia no habla de situaciones particulares de países, sino que hace una visión general de la problemática, por eso me permito presentar algunas de las veces que la Iglesia como institución se ha referido al tema migratorio y no ha sido mencionando casos específicos.

En la encíclica en la que hubo una primera mención de la migración fue en Pacem in Terris (Paz en la Tierra) del papa Juan XXIII (11 de abril de 1963). Aquí se limitó a declarar que debe reconocerse como un derecho de las personas "que le sea lícito, cuando lo aconsejen justos motivos, emigrar a otros países y fijar allí su domicilio".

En la encíclica Populorum Progressio (El desarrollo de los pueblos) del papa Pablo VI (26 de marzo de 1967) hay ya una mención directa a los migrantes en forma de llamado a cómo éstos deben ser tratados. Dice así: "La misma acogida debe ofrecerse a los trabajadores emigrados, que viven muchas veces en condiciones inhumanas, ahorrando de su salario para sostener a sus familias, que se encuentran en la miseria en su suelo natal".

En la jornada mundial del migrante en 1996 el Papa Juan Pablo II declaró: "Es importante, asimismo, ayudar al emigrante irregular a realizar los trámites administrativos para obtener el permiso de residencia. Las instituciones de carácter social y caritativo pueden ponerse en contacto con las autoridades a fin de buscar, en el respeto de la legalidad, las soluciones oportunas para los diversos casos. Hay que hacer un esfuerzo de este tipo sobre todo en favor de quienes, después de una larga permanencia, se han radicado en la sociedad local hasta tal punto que el regreso a su país de origen equivaldría a una forma de emigración en sentido contrario, con graves consecuencias, especialmente para los hijos".

Benedicto XVI, expresó en su encíclica Caritas in Veritate (La caridad en la verdad), publicada el 29 de junio de 2009, la siguiente reflexión sobre la migración: "Todos podemos ver el sufrimiento, el disgusto y las aspiraciones que conllevan los flujos migratorios. Como es sabido, es un fenómeno complejo de gestionar; sin embargo, está comprobado que los trabajadores extranjeros, no obstante, las dificultades inherentes a su integración contribuyen de manera significativa con su trabajo al desarrollo económico del país que los acoge, así como a su país de origen a través de las remesas de dinero. Obviamente, estos trabajadores no pueden ser considerados como una mercancía o una mera fuerza laboral. Por tanto, no deben ser tratados como cualquier otro factor de producción. Todo emigrante es una persona humana que, en cuanto tal, posee derechos fundamentales inalienables que han de ser respetados por todos y en cualquier situación".

El Papa Francisco también elevó su voz en favor de los migrantes. La Iglesia nunca habla a través de artículos de opinión de ningún periodista, tiene sus formas y sus medios.

Rafael Alvarez de los Santos

Escritor y educador

Escritor y educador. Autor de las obras, Vivencias en broma y en serio y La Sociedad de la Nada. Twitter: @locutor34 Facebook: vivencias en broma y en serio

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