El Ministerio de Salud Pública ha presentado el Plan Estratégico de Salud Mental 2026–2030, que puede consultarse en su página web. Es un plan coherente con el Plan de Acción Integral sobre Salud Mental 2013–2030 de la OMS-OPS, incorpora el enfoque de vida entera y los principios de derechos humanos; enfatiza la promoción, la prevención y la cobertura universal de la atención a la salud mental. Asimismo, el PESM adquiere legitimidad institucional al articularse con la Estrategia Nacional de Desarrollo, el Plan Estratégico Nacional de Salud (PLANDES) y la legislación vigente en materia de salud mental.

El PESM incluye un excelente diagnóstico de la situación de la salud mental en la República Dominicana, en el cual utiliza datos recientes de diversos registros estadísticos, lo que permite destacar el aumento de los problemas de ansiedad y depresión, la prevalencia del intento suicida en adolescentes y los problemas de salud mental y social vinculados al consumo de alcohol.

Asimismo, reafirma la superación del modelo manicomial hacia un modelo comunitario, descentralizado y basado en la atención primaria en salud, destacando el fortalecimiento del primer nivel, la creación de unidades de intervención en crisis y la reducción del internamiento de larga estadía.

Todo esto es esperanzador para el futuro de la atención en salud mental; sin embargo, el MISPAS y la Dirección de Salud Mental deben observar en el documento el predominio de un enfoque asistencialista, sobre todo en indicadores, metas y recursos, y la falta de operacionalización y concreción técnica de la promoción y la prevención. Tampoco quedan claros los mecanismos de articulación intersectorial con actores clave como son Educación, Cultura, Deportes, Alcaldías, Protección Social, Justicia y Trabajo, lo que debilita la posibilidad real de incidir en los determinantes sociales y culturales de la salud mental.

La atención psiquiátrica de niños, niñas y adolescentes sigue quedando en la opacidad, en especial cuando se requiere de un ingreso hospitalario para manejar las crisis, arriesgándoles a ser atendidos bajo criterios clínicos adultos. No se visualizan diferencias diagnósticas, criterios farmacológicos, impacto del desarrollo neuropsicológico ni el rol de la familia y la escuela. A pesar de mostrar datos alarmantes en la salud mental adolescente, esa evidencia no se traduce en una propuesta de servicios especializados.

Además, este PESM continúa subestimando el rol de los psicólogos y de la psicología comunitaria en la promoción, la prevención, el trabajo comunitario y el fortalecimiento de redes de apoyo. Irónicamente, en el documento se reconoce esta debilidad, pero no hay un correctivo estructural al respecto.

Se proponen cuatro líneas estratégicas: 1. Fortalecimiento de la rectoría, gobernanza y gestión técnico-administrativa en la salud mental; 2. Promoción de la salud mental y prevención de los trastornos mentales, integrando los determinantes individuales, sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales; 3. Gestión de la cobertura y acceso a una atención integral y de calidad, a través de la descentralización y el modelo comunitario; y 4. Fortalecimiento de los sistemas de información, la vigilancia y la evidencia científica en salud mental.

La línea estratégica 2 solo establece “Promover y proteger la salud mental abordando los factores de riesgo individuales y los determinantes sociales de la salud mental por curso de vida”. Es necesario diseñar programas nacionales de promoción de la salud mental con objetivos claros, población meta, metodologías basadas en evidencia (psicoeducación, crianza positiva, regulación emocional, habilidades para la vida, etc.) e incorporar indicadores de bienestar psicológico, no solo la reducción de trastornos.

Es estratégica e indispensable la alianza con el MINERD que garantice la educación socioemocional, la detección temprana y el referimiento oportuno de personas en riesgo psicosocial, así como la prevención del suicidio y del uso de sustancias en escuelas y universidades.

El Ministerio de Salud Pública debe asumir y fortalecer el rol del psicólogo comunitario como un agente de promoción del bienestar y de intervención preventiva en familias y grupos, y crear puestos específicos orientados a promoción y prevención, no solo a consulta clínica. Conviene el desarrollo de estrategias diferenciadas para el contexto urbano y rural, dinámicas familiares, prácticas culturales comunitarias, así como integrar arte, deporte, cultura y participación social como estrategias legítimas de promoción de la salud mental.

En monitoreo y la evaluación, incorporar la metodología cualitativa y participativa sobre percepción del bienestar, reducción del estigma y consolidación de redes de apoyo; vinculando las líneas 2 y 4 de manera más específica.

El PESM representa un avance importante en la política pública de salud mental dominicana, aunque insistimos en que la línea estratégica 2 requiere mayor desarrollo porque es la más transformadora y su fortalecimiento permitirá desplazar la hegemonía del sistema de la enfermedad al bienestar, del hospital a la comunidad y del individuo aislado a los vínculos sociales.

Angela Caba

psicóloga clínica

Ángela Caba. Psicóloga y artista visual. Docente de la UASD y CEO de Pigmalion, EIRL

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