Considerándolo interesante, en este artículo reseño aspectos sobresalientes sobre Rossi cuya existencia parece extraída de capítulos de leyenda, aunque, por el contrario, su vida fue el cúmulo de muchas realidades exitosas. Recalco que Luis Banchero Rossi fue un inigualable empresario peruano, cuyos datos biográficos indico a continuación: nacido en octubre de 1929, en Tacna, hijo de inmigrantes italianos, se graduó como ingeniero químico y desde su graduación hasta su asesinato en 1972 dedicó la mayor parte de su vida a las actividades ligadas a la pesca, como producción de aceite, harina de pescado y otros productos derivados del procesamiento de pescado.
En 1955 compró su primera fábrica envasadora de conservas de pescado. Después adquirió varios barcos propios para aminorar el costo de producción. Dentro de sus labores ligadas al pescado, Rossi contribuyó significativamente a que Perú se convirtiera, por largo tiempo, en el mayor productor mundial de harina de pescado; por ello, la población peruana le adjudicó el honorífico calificativo de Rey del pescado. Su emporio pesquero fue creado escalonadamente, llegando a integrar diez complejos pesqueros y más de 320 barcos de todo tamaño, cuya captura de peces constituía la materia prima de sus plantas de conservas de pescado y de sus plantas fabricantes de harina de pescado. En las cercanías de sus complejos pesqueros construyó para sus trabajadores casas y escuelas para sus hijos. Al momento de su muerte, Rossi era el peruano que había creado el mayor número de empleos en todo el Perú.
En 1968 fue nombrado presidente de la Sociedad Nacional de Pesquería, desde donde promovió la investigación oceanográfica científica. Asimismo, fue director del Banco de Crédito del Perú. Por sus logros empresariales y por su probada vocación social, importantes grupos de poder evaluaron la posibilidad de presentarlo como candidato a la presidencia del Perú. El 31 de diciembre de 1971, Rossi planeó pasar la noche de llegada del 1972 en su casa de esparcimiento en las afueras de Lima, hacia donde viajó acompañado de su secretaria Eugenia Sessarego.
Allí, el 1 de enero de 1972 lo asesinó Juan Vilca Carranza, hijo de su jardinero, quien declaró haberlo hecho “por dinero”. Posteriormente, algunos hechos sembraron dudas sobre su versión, pues Rossi era de gran estatura y corpulento; en cambio, el supuesto asesino era debilucho y de pequeña estatura, por lo cual era dudosa la versión de que Vilca había ultimado a golpes y puñaladas a Rossi. Luego Vilca desmintió su versión original de que era el asesino, y el esclarecimiento del caso se complicó aún más cuando surgió la hipótesis de que Eugenia Sessarego era amante de Rossi y había participado en su asesinato. Todavía al día de hoy, el asesinato de Rossi continúa siendo un misterio no resuelto por la justicia peruana.
La única pista para esclarecerlo es que después de su muerte todas las empresas de Rossi fueron estatizadas por el supuesto “General Revolucionario” Velasco Alvarado, quien había derrocado en 1968 al presidente democrático Fernando Belaunde Terry. Velasco gobernó como dictador y fue derrocado por movilizaciones populares luego de haber arruinado al Perú y creado las condiciones para el surgimiento del movimiento maoísta Sendero Luminoso de Abimael Guzmán, del represivo Alberto Fujimori y del ultracorrupto Vladimiro Montesinos. Desde el principio, Velasco desestabilizó el orden social expropiando las haciendas que producían alimentos para la población.
Además, expropió tanto las industrias creadoras de empleos productivos como los bancos manejados por ineptos militares, quienes desestabilizaron los mecanismos financieros internos y externos del Perú. También clausuró todos los periódicos, incluyendo los de Rossi, sobre cuyo asesinato se tiene la convicción, casi unánime, de que fue directamente ordenado por el dictador, supuesto “General Revolucionario”.
En resumen, Velasco fue derrocado por los mismos sectores populares y militares a quienes prometió que vivirían en un “paraíso terrenal”, quien perdió su apoyo incumpliendo todas las promesas hechas antes de tomar el poder. Irónicamente, Velasco tuvo que entregar el poder a Belaunde Terry, el mismo presidente democrático a quien había derrocado en 1968. Como ya expresé, detalladamente, Velasco Alvarado dejó a Perú con la economía quebrada y un profundo desorden social. Como homenaje recordatorio de la vida de Banchero Rossi, en 1981 se estrenó la película peruana Muerte de un magnate.
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