- Sobre la acusación de plagio
La acusación de plagio ha sido el más reciente argumento para exigir la descalificación de la obra de Karmadavis, tras la difusión de imágenes de la obra Vientos ciclónicos, del año 2004, del colectivo que reside en Puerto Rico, Allora y Calzadilla.
Al comparar ambas piezas advertimos que hay diferencias fundamentales más allá de las coincidencias formales parciales que presentan.
- Aspectos conceptuales: Son dos obras que plantean ideas totalmente distintas. Mientras la obra de Allora y Calzadilla aborda el tema de fenómenos naturales como son los ciclones, y la vulnerabilidad de las islas del Caribe ante estos por estar situadas geográficamente en su trayectoria natural, utilizando la palma como símbolo representativo de dicha zona geográfica, y un ventilador encendido sujeto a la palma representando los vientos ciclónicos. La pieza de Karmadavis por su parte aborda el tema de la memoria histórica social, haciendo referencia a como ciertos ideales trujillistas permanecen latentes en la sociedad dominicana, aunque no resulten tan evidentes, utilizando la palma real como símbolo de ese trujillismo que de no ser totalmente eliminado de la sociedad puede resurgir.
- Aspectos formales: Solo en las características formales las dos obras presentan coincidencias parciales. Mientras la obra Vientos ciclónicos de Allora y Calzadilla consiste en una mata de palma cuya especie desconozco, pero que no corresponde a la palma real, sino a una especie pequeña de las que se usan ornamentalmente en jardinería, sembrada en un tarro, y un dispositivo con un motor eléctrico y aspas de un ventilador sujetados al tronco por una estructura metálica. Por su parte, la obra de Karmadavis consiste simplemente en una palma real dominicana muy joven sembrada provisionalmente en un tarro, ya que la pieza está concebida para ser trasplantada directamente en el suelo en los jardines del Museo de Arte Moderno en caso de ser premiada, donde crecería hasta hacerse adulta.
Como queda evidenciado, ambas obras presentan muchas más diferencias que coincidencias, lo que descarta toda consideración de plagio. Además de que me consta que el artista Karmadavis ni siquiera conocía la existencia de esa obra.
Las coincidencias parciales con otras obras en el mundo del arte son inevitables, prácticamente no existe obra de arte que no comparta similitudes formales y/o conceptuales con otras obras producidas por otros artistas con anterioridad, que son del desconocimiento del artista.
Es muy frecuente e inevitable que se hagan acusaciones de plagio a la ligera, por el simple hecho de que una obra guarde similitudes con la de otro artista, producida con anterioridad; ocurre en casi todas las ediciones de nuestra bienal. Pero este es un tema de carácter legal que se debe tratar con mucho cuidado y por las vías correspondientes. Confio en la sensatez, profesionalismo, y las mejores intenciones de los organizadores de la Bienal en el manejo de este tema.
- Sobre el articulo 8 párrafo 1
Lo de daños a la estructura física del museo y riesgos sanitarios no está en cuestionamiento, porque la obra nunca fue concebida para estar dentro del edificio.
En cuanto a los materiales perecederos: en arte y museología el concepto de materiales perecederos hace referencia a materiales intrínsecamente inestables, que se degradan en un corto periodo de tiempo, que se descomponen o desintegran rápidamente; como hojas, paja, comida, flores, hielo, frutas, organismos vivos y materiales sintéticos de composición inestable como látex, plásticos, y fibras sintéticas… también puede abarcar otros materiales de origen orgánico como textiles, madera, piel, papel, fibras naturales, etc. Materiales que se corrompen o alteran en un periodo de tiempo relativamente breve.
Una palma real viva, es una planta arborescente que permanece estable por un largo periodo tiempo, capaz de vivir por hasta más de 100 años. En términos biológicos una palma real es intrínsecamente perecedera; no me queda claro si en términos museológicos entraría en la categoría de material perecedero. En tal caso, esto presentaría un problema, pues el concepto también puede abarcar otros materiales muy comúnmente presentes en la producción artística, como textiles, madera, piel, papel, fibras naturales, fibras sintéticas, plásticos, etc.
El referido articulo 8 párrafo 1, a pesar de parecer muy claro y categórico, no establece una definición de a qué se refiere con material perecedero, hasta dónde ese concepto abarca en el marco de la Bienal; dejando una zona gris sujeta a interpretación. Cuando un enunciado deja lugar a la interpretación, la interpretación del jurado se debe respetar, aunque no se esté de acuerdo.
Las bases de la Bienal establecen en su artículo 3, Cito: “El equipo técnico del Museo de Arte Moderno, una vez realizado el análisis técnico de la(s) obra(s) al momento de su registro, se reserva el derecho de considerar la inclusión o no de las mismas si no cumplen los requerimientos impuestos en las bases”. Fin de la cita. De modo, que el jurado solo tiene acceso a las obras que ya el museo aceptó como validas.
- Sobre la escultura (categorías)
Quiero iniciar señalando que en la 31 Bienal Nacional de Artes Visuales no existen los premios por categorías. En ese sentido, es absolutamente irrelevante si la obra de Karmadavis es o no una escultura.
Si bien la definición convencional de escultura (viniendo de las artes plásticas) implica la manipulación y transformación formal de la materia; en la práctica, el significado de las palabras no es inmutable, cambia a través del tiempo en función del uso que se les da.
Algunos artistas contemporáneos denominan deliberadamente (en algunos casos por ignorancia) como “escultura” obras que no implican la manipulación y transformación formal de la materia. Existen, incluso, obras de "escultura" intangibles, en las que la materia ni siquiera existe. Lo cual es, esencialmente, arte conceptual que plantea un concepto escultórico, transgrediendo, expandiendo, y transformando la concepción y definición de escultura.
Del mismo modo que el título de una obra afecta la manera en que la vemos, toda información asociada a esta (incluyendo la categoría) es susceptible de ser utilizada a discreción del artista como recurso creativo y conceptual, convirtiendo datos, que de otro modo serían puramente técnicos, en contenido que enriquece el discurso de la obra, afectando la manera en que el espectador la percibe.
Desconozco por qué Karmadavis decidió calificar su obra, Lo que no se saca de raíz, vuelve a crecer, como escultura. Pero dicho lo anterior, no veo problema en ello. Lo que queda claro es que crea una tensión/conflicto entre el trabajo plástico de materia inerte y permanente, al que asociamos la escultura, y un objeto natural, cambiante y transitorio como la palma viva. No sé si es esta u otra la intención del autor. En caso de no haber una intencionalidad, la obra también podría ser calificada como instalación, ready-made, arte conceptual, etc.
En el arte actual los medios son sumamente diversos y fluidos, con mucha hibridación entre disciplinas, por lo que muchas obras eluden el encasillamiento en categorías específicas. Por esto y otras razones, no es factible establecer categorías cerradas en un evento como la Bienal Nacional.
- Sobre la ley 65-00 sobre Derecho de Autor
Aunque puedo entender la necesidad de establecer un marco jurídico en toda actividad humana, pretender que se puede definir lo que es y no es arte a través de una ley, e imponerla como mecanismo de legitimación de la producción creativa de los artistas, o como argumento para cuestionar el criterio de los expertos, me puede parecer irrisorio, pero, más aún peligroso. Basta con revisar la historia del nazismo y su relación con el arte para entender lo que digo.
Qué es arte, ha sido una discusión abierta por siglos, tema de debate por los grandes expertos en la materia, algo que elude toda tentativa de definición concluyente. El arte no es algo estático: es dinámico, cambiante… los parámetros de hoy no son los mismos que ayer, ni serán los mismos que mañana.
El arte conceptual es una realidad establecida en el mundo del arte desde hace más de 100 años, presente en todos los museos y grandes colecciones de arte contemporáneo del mundo y en la narrativa histórica del arte moderno y posmoderno. Pretender negar esta realidad, es como negar la esfericidad de la tierra. Aunque aún hay mucha gente que asegura que la tierra es plana, no por ello debemos cambiar el currículo académico para poner la esfericidad de la tierra como un tema en discusión.
- Sobre las implicaciones de la anulación del premio
Tanto la reafirmación como la anulación del premio a la obra de Karmadavis implicaría posibles consecuencias complejas que lacerarían la reputación del evento. Los organizadores se encuentran en un complicado dilema, ya que las opiniones sobre qué es lo justo y si hubo violaciones a las normas se dividen sin conciliación posible aparente.
En cualquiera de los casos, muchos artistas que se sientan afectados pueden decidir no presentarse en las próximas bienales como acto de protesta, e incluso tratar de retiro de sus obras de la exposición de la Bienal actual, pese a que las bases lo prohíben.
De ser revocado el premio, los miembros del jurado podrían desvincularse totalmente del evento exigiendo que sus nombres y cualquier cosa relacionada a ellos, no puedan ser utilizados en ningún trámite oficial. Colocando a los organizadores de la Bienal en una compleja situación que dejaría sin legitimidad al resto de los premios. No recuerdo si el contrato de los jurados contempla este posible escenario, ni si hay alguna protección legal para la institución en este caso.
Otra posible consecuencia es que en las próximas bienales puede resultar difícil que algunos profesionales se animen a ser jurados de nuestra Bienal, por no garantizar esta que sus criterios y decisiones serán respetados, y, además por solidaridad con sus colegas afectados en la presente edición.
Por otro lado, considero que es un error que se haya eliminado el artículo de la inapelabilidad de las decisiones del jurado. Ese enunciado, más que un problema, representa un escudo protector para los organizadores y las instituciones ante situaciones como la presentada en esta ocasión.
Uno de los puntos que considero más preocupantes del posible efecto de sentar este precedente de anulación del premio, es fomentar entre los artistas inconformes la sensación de que tienen el poder de revocar las decisiones de los jurados, lo que podría derivar en un caos institucional inmanejable.
Queda en manos de los organizadores tomar la decisión que consideren más justa y en pos del bien de nuestra Bienal. La cual entiendo todos debemos acatar por el bien del evento y las instituciones. Aunque se mantenga abierta la posibilidad de retomar la discusión en el futuro con miras a las próximas bienales.
- Opinión sobre la raíz del problema
Aquí, el problema de fondo es que la Bienal se rige por unas bases que no responden a la realidad y necesidades del arte actual, plagadas de restricciones que limitan innecesariamente las posibilidades creativas de los artistas. Diseñadas expresamente para impedir la participación y reconocimiento de toda forma de arte que no encaje en los cánones convencionales… Unos reglamentos incompatibles con sus objetivos.
Lo más lamentable es que en la primera década de este siglo se dieron pasos significativos hacia unas bases actualizadas, incluyentes, y acorde con los objetivos de la Bienal. Pero ante presiones por conflictos generados por algunas obras presentadas, y decisiones poco populares de los jurados, la solución que encontró la comisión organizadora ha sido volver a criterios de los años 80 en pleno siglo 21, y ponerle camisa de fuerza creativa a los artistas.
Espero que a estas alturas se hayan dado cuenta que esas medidas no han surtido efecto positivo, no favorecen a la Bienal, y van en detrimento del desarrollo del arte dominicano, además de que no evitan los escándalos. Lo advertimos hace 10 años con el movimiento “De mano con la Bienal” cuando iniciaron ese despropósito.
Los conflictos en la Bienal siempre van a estar presentes, ocurren en todas partes, el público es muy diverso y es imposible que todos estén conformes. Lo que no podemos permitirnos es seguir anclados al pasado. De lo contrario, seguiremos teniendo una bienal anacrónica, en una burbuja sin conexión con la realidad.
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