La seguridad humana, es el primer tema a ser abordado en esta serie de artículos sobre el análisis de las estadísticas oficiales, disponibles en el Sistema Estadístico Nacional. Refiere a las estadísticas sobre muertes registradas y, dentro de  estas, a las muertes accidentales y violentas del año 2023. Hemos preferido utilizar el concepto de seguridad humana como parte del enfoque del desarrollo humano propuesto por el PNUD, en consonancia con la evolución conceptual de esta problemática iniciada desde la seguridad nacional, pasando por la seguridad ciudadana hasta llegar, hoy, al concepto más abarcador de la seguridad humana.

Esta evolución no es ajena a los avances teóricos sobre la multidimensionalidad e interacción recíproca de los hechos sociales planteada por la Ecología Social que, referida a los determinantes de los  hechos violentos, establece para su prevención la necesidad de un abordaje integral desde las políticas públicas.

Más específicamente, plantea una triple perspectiva  de abordaje teórico y de acción pública que desde el Estado tome en cuenta no solo la violencia directa, sino también la violencia cultural y la violencia estructural, como determinantes a ser tratados para garantizar la seguridad humana, según plantea Galtung -uno de los principales teóricos de la paz- en su famoso triángulo de la violencia.

 a) Total de muertes registradas por sexo y ciclo de vida: sobremortalidad masculina

Se parte del contexto del total de defunciones anuales registrados en el país, que si bien aún adolece de mal registro, no registro y subregistro, sus estadísticas son recabadas y publicadas de manera regular anualmente y nos permiten identificar comportamientos.

Para el año 2023, se registraron 45,664 personas fallecidas con información completa por sexo y edad. La estructura de su distribución porcentual muestra importantes diferencias que  aumentan según la edad, aunque con magnitudes diferenciadas por sexo (gráfico 1).

  • Se observa que el ciclo de vida del total de las defunciones nacionales registradas hasta los 14 años presenta porcentajes de personas fallecidas con pocas muy pocas diferencias por sexo. Empero, a partir de los 15 años estos porcentajes aumentan en función de la edad en ambos sexos hasta los 64 años y son de predominio masculino y provocado, sobre todo, por razones externas.
  • Es a partir de los 65 años cuando las defunciones femeninas superan a las masculinas, sobre todo por causas no externas, relacionadas con los estragos del paso del tiempo en las mujeres, pues la esperanza de vida femenina es superior a la masculina.
  • Tal vez el rasgo más relevante del ciclo de vida por sexo es la elevada sobremortalidad masculina joven y adulta. Analizada a través del índice de masculinuidad -número de hombres fallecidos por cada 100 mujeres fallecidas- se verifica en casi todas las edades -con excepciones entre 1 a 9 y 85 años y más ( Gráfico 2).
  • En efecto, el número de hombres fallecidos es superior a 100 mujeres, que entre 15 y 29 años y toma valores muy elevados, que varían entre 275 y 437 hombres fallecidos y están requeridos de urgentes políticas públicas para su contención.

b) Muertes accidentales y violentas y sus tipos en el año 2023: ¿Explica la sobremortalidad masculina?

En el año 2023 el número total de muertes accidentales y violentas fue de 4,637. Equivalen al 10.2% del total de los defunciones registradas ese año y su patrón nacional, de gran predominio masculino, coincide con el patrón de comportamiento mundial de sobremortalidad masculina en la juventud y la adultez. A nivel nacional corresponde a un 88.1% de hombres y a un 11.9 % de mujeres fallecidas de manera accidental y violenta.

Es destacable que, cuando los datos solo se analizan para el total de la población de ambos sexos, se pierde información básica sobre su comportamiento diferenciado  por sexo, tanto por tipo de muerte, magnitud y jerarquización (tabla 1 y gráfico 3).

  • Los accidentes de tránsito ocupan el primer lugar en hombres y mujeres (42.0%), aunque en las mujeres son más elevadas (47.2%) -probablemente más como víctimas- que los hombres (41.1%) -probablemente más como victimarios- pues los motoristas, en su gran mayoría de sexo masculino, son quienes provocan más.
  • Los homicidios intencionales ocupan el segundo lugar con un 26.7 % de los casos, con un mayor predominio masculino (27.1%) que femenino (24.4%).
  • Le siguen en tercer lugar los suicidios (14.4%), donde las mujeres son mucho menos en números absolutos, pero con un mayor peso en su estructura porcentual:  9% contra 14.1%  en los hombres. Este comportamiento contradice el comportamiento mundial, donde los suicidios masculinos suelen ser predominantes en cifras absolutas y porcentuales.
  • En cuarto lugar, ahogamientos (7.5%), aunque con pocas diferencias por  sexo, afectan un poco más a las mujeres (8.0%) que a los hombres (7.5%).
  • El quinto lugar lo ocupan los homicidios no intencionales (5.7) que también afectan mucho más a los hombres (6.4%) que a las mujeres (0.5%).
  • Y en sexto lugar están las electrocuciones (3.6%), también con un poco más de hombres afectados (3.7%) que de mujeres (2.9%).

c) Intencionalidad y no intencionalidad de las muertes accidentales y violentas que culminaron en homicidios según sexo

Conceptualmente es necesario delimitar estadísticamente la intencionalidad o no intencionalidad de las muertes accidentales y violentas que han culminado en un homicidio. No es lo mismo una muerte  autoinfligida (suicidio), que es diferente a una muerte por causa accidental -con o sin negligencia- que cuando ha sido una muerte provocada de manera intencional y, por consiguiente, constituye un delito grave.

En general, en el país estos homicidios intencionales suelen estar relacionados con actividades delictivas y, sobre todo, con conflictos interpersonales. Tienen menor relevancia aquellos relacionados con el crimen organizado, mientras que aquellos relacionados con la fuerza pública tienen una incidencia muy importante.

  • Todas estas muertes accidentales y violentas son de predominio masculino (90.9% contra un 9.1% de mujeres), sea esta intencional (73.5% contra un 17.4% de mujeres) o no intencional (8.9% contra 0.2% de mujeres).
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Fuente: ONE (2024) Anuario de Muertes Accidentales y Violentas 2023. Los datos incompletos sobre sexo y edad se eliminaron del cálculo.

d) Características por sexo de las muertes intencionales: Tipo, circunstancia y arma y la no declaración

Las muertes accidentales y violentas intencionales, analizadas a partir de las estructuras porcentuales por sexo, según las categorías tipo de conflicto, circunstancia de la ocurrencia y medio o arma utilizada, presentan también comportamientos diferentes (Tabla 3).

Tipo de conflicto:

  • Lo primero que llama la atención es la alta omisión de tipo de conflictos intencional no declarados: 184 personas, 169 hombres y 15 mujeres, que requiere ser revisado para afinar la medición.
  • En la estructura del tipo de conflicto declarado, predominan los homicidios relacionados con la convivencia en ambos sexos (58.9%), pero el predominio femenino (81.3%) es mucho mayor que masculino (56.1%).  Aquí de nuevo aparecen 183 personas, son tipo de conflicto declarado que debe ser revisado.
  • Le sigue el tipo de conflicto relacionado con la delincuencia, que es mucho menor, y sucede lo inverso con el sexo, pues aquí el  predominio es masculino (28.6%) contra un 7.5% femenino. 
  • La alta omisión en la categoría tipo de conflicto podría estar relacionada con el hecho de que dentro de esta categoría no aparece la variable acción policial o, si bien aqui se incluye la variable policías o militares en servicio, pero su escaso peso porcentual (O.3%) indicaría que no son equivalentes.
  • Tal vez la categoría tipo de conflicto debería incluir esta variable relacionada con la fuerza pública para poder disponer del universo de los tipos de conflictos anuales que han culminado en homicidios y están relacionados con la convivencia, la delincuencia y la acción policial o militar.

Circunstancia: 

Aquí también aparece la misma alta omisión de circunstancia del homicidio no declarado y se ha constatado que la razón de esta omisión es la misma que para el tipo de conflicto: la no integración de la variable acción policial o militar, a pesar de que Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos los incluye entre los homicidios intencionales.

En este sentido, esta clasificación establece su inclusión como homicidio intencional y lo define, a través de la nota 52, como “la muerte como resultado del uso de la fuerza por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley u otros funcionarios estatales que exceda los límites establecidos por las normas nacionales e internacionales, sobre lo que es estrictamente necesario y pertinente para el desempeño de sus funciones esenciales”. 

En el siguiente recuadro presentamos la definición y las inclusiones y las exclusiones a tomar en cuenta en su clasificación para su medición estadística y el número de sus notas explicativas.

Definición de homicidio intencional

Muerte ilícita causada a una persona con la intención de causarle la muerte o lesiones graves

Inclusiones Exclusiones
ü  Asesinato 44;

ü  asesinato por honor 45;

ü  agresión grave que causa la muerte 46;

ü  muerte como resultado

de actividades terroristas 47;

ü  asesinato por motivos de dote 48;

ü  feminicidio 49;

ü  infanticidio 50;

ü  homicidio voluntario 51;

ü  ejecuciones extrajudiciales; muertes causadas por el uso excesivo de la fuerza por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley u otros funcionarios estatales 52.

ü  muerte por intervención legal 53;

ü  homicidio justificable en defensa propia 54;

ü  tentativa de homicidio

intencional (0102);

ü  el homicidio sin el elemento de la intención es homicidio no intencional (0103);

ü  homicidio

no culposo o involuntario 55 (01031);

ü  suicidio asistido o incitación al suicidio (0104);

ü  feticidio ilegal (0106);

ü  eutanasia (0105)

 

Esta clasificación internacional ha sido adaptada y adoptada por la República Dominicana desde el año 2024. Constituye el marco conceptual común para que las instituciones del Sistema Estadístico Nacional puedan elaborar las estadísticas del sector justicia y seguridad, garantizando la idoneidad de las mediciones y la comparabilidad estadística nacional e internacional.

Por otra parte, también existe otro documento de la UNODC del año 2022, titulado Lineamientos para la Producción de Datos Estadísticos por parte de la Policía. Su finalidad es apoyar el trabajo policial de recopilar, producir y difundir datos estadísticos de calidad para el monitoreo y evaluación de sus funciones principales, entre estas, poder dilucidar cuándo el uso de la fuerza pública ha sido o no excesivo.

Por medio o arma empleado: 

Por último, el medio o arma empleada presenta una omisión baja (2.3%), contrariamente a la alta omisión por tipo y circunstancia del hecho. Presenta siete armas diferentes y el comportamiento del uso de arma varía según sexo de la persona víctima. Si bien el arma de fuego y el objeto cortopunzante son los dos principales utilizados en ambos sexos, aunque un tanto más en los hombres, hay dos métodos que son de predominio femenino, el objeto contundente (16.4%) y el estrangulamiento (7.5%), y un tercero que solo aparece como femenino (el veneno 0.7%).

e) Características por sexo de las muertes no intencionales: Tipo, circunstancia y arma

Tipo:

  • En los homicidios no intencionales no se observan omisiones: el 67.4 % corresponde a la acción policial o militar, que parece muy elevado para ser considerado en el marco de homicidios legales, es decir aquellas muertes de sospechosos a manos de un agente de la seguridad pública. Le siguen, en orden de importancia, un 28.7 %  muertes relacionados con la delincuencia y el 4.2% con la convivencia.
  • Son masculinos en el 99.2% de casi todos, pues en este tipo de conflicto solo se registraron 3 mujeres dentro de la acción policial o militar.

Circunstancia:

  • Circunstancia o escenario sigue el mismo comportamiento que el tipo de conflicto, tanto en porcentajes como en jerarquización y sexo: 67.4%, 28.7% y 4.2% y también son masculinas en el 99.2%.
  • Ahora bien, estas circunstancias registradas refieren a dos variables, robos y atracos (28.4%) y accidentes (4.2%), en total correspondencia con los tipos de conflictos delincuencia y convivencia reportados en la categoría tipo de conflicto. 

Arma empleada:

  • Por último, el método o medio empleado el más utilizado es el arma de fuego en el 91.3% de todos los métodos incluidos en la medición: 91.2% de sexo masculino, más las 3 mujeres reportadas. Controlar su porte parecería como el mejor método de prevención.
  • Otras armas reportadas como utilizadas por los hombre son, en orden de importancia, aunque en mucho menor medida, el uso de una arma   contundente (4.6%) y el uso de arma blanca u objeto cortopunzante (3.4%). Por último, el fuego, vapores u objetos calientes (0.4%).

Varias reflexiones de fondo sobre las tres categorías de medición de las características de las  muertes accidentales y violentas, aplicadas según su intencionalidad, son necesarias de revisión y adecuación:

  1. La variable acción policial o militar solo aparece aquí utilizada en la medición de la violencia no intencional, pero aparece dentro de dos categorías de clasificación diferentes, tipo de conflicto y circunstancia o escenario. Esta clasificación es violatoria de dos de los criterios de medición de estadística establecidos por la Clasificación Internacional de Delitos con Fines Estadísticos: la exclusión mutua y la exhaustividad de las categorías de medición.
  1. Por demás, la categoría circunstancia o escenario de todos los hechos intencionales y no intencionales permite, durante la fase de análisis, discriminar los hechos relacionados con la convivencia, la delincuencia y la acción policial o militar, universo que integra todas las muertes accidentales y violentas.
  1. Asimismo, no se corresponde con esta Clasificación Internacional la inclusión como no intencional de los homicidios relacionados con la acción policial o militar, sino más bien dentro de los homicidios intencionales.
  1. Una revisión de los datos del pais, a través del portal de la UNODC, que publica anualmente los datos mundiales de homicidios intencionales, coinciden con los datos de la ONE en el 2023: un total de 1,237 homicidios intencionales que corresponden a 1,103 hombres y 134 mujeres, incluidas 183 personas con circunstancia no declarada. Justamente son estas personas que aparecen como fuerza policial o militar en las muertes no intencionales, y no es ni conceptual ni estadísticamente correcto clasificarlas en dos categorías que se supone son mutuamente excluyentes.
  1. Por último, la inclusión dentro de las circunstancias de estos hechos de la variable policía o militares en servicios, con un número de 4 casos reportados en el 2023, debería aclarar su diferencia con relación a la acción policial y militar, pues tienen volumen y peso porcentual muy diferentes.
  1. Tal vez la pregunta más pertinente a plantearse sería cómo medir estadísticamente mejor las muertes relacionadas con las variables militares o policías en servicio y la acción policial o militar. Obsérvese que esta última constituye la causa reportada de manera mayoritaria dentro de la clasificación de los homicidios no intencionales y se requiere analizar la idoneidad estadística de esta medición y, sobre todo, establecer cuáles son sus determinantes para poder trazar políticas de prevención.

f) El ciclo de vida de todas las muertes accidentales y violentas y su reproducción intergeneracional a través de la violencia intrafamiliar padecida o presenciada

Es destacable que el patrón por edad de las muertes accidentales y violentas es similar al patrón observado en el ciclo de vida del total de fallecimientos nacionales por sexo (ver gráfico 1), que incluye a todas las personas registradas como fallecidas en el 2023 (gráfico 5):

  • No muestra diferencias notables hasta los 14 años y aumenta y es de predominio masculino entre 15 y 64 años, lo que provoca una sobremortalidad masculina joven y adulta, causada sobre todo por causas externas relacionadas, sobre todo, con conductas riesgosas y violentas, tales como accidentes de tránsito, riñas y disputas interpersonales y hecho relacionados con la delincuencia.
  • Las defunciones de mujeres entre 30 y 64 años, si bien es inferior a la masculina, aumenta de manera notable y están principalmente relacionadas con la violencia intrafamiliar y las riñas y disputas.
  • Solamente a partir de los 65 años el porcentaje de fallecimientos de mujeres es superior a la de los hombres, dada su mayor esperanza de vida y están relacionadas con causas no externas, producto del envejecimiento.
  • Por último, la priorización de la prevención de la violencia en la población masculina constituye un problema de género que requiere, de manera urgente, una política pública de contención integral.

Un tema de importancia a destacar es la ausencia en el país de un análisis de estos datos sobre  muertes accidentales y violentas en la población menor de edad, entre 0 y 17 años. En efecto, a pesar de que estas estadísticas están disponibles y es de particular relevancia, para alumbrar las políticas de prevención y atención hasta los 17 años, de mucha relevancia para mejorar su prevención.

g) Muertes de mujeres y niñas: feminicidios y o feminicidios

Otros conceptos utilizados para la medición de la violencia contra las mujeres y niñas a partir de la categoría homicidio es su clasificación en feminicidios -aquellos perpetrados por parejas o exparejas- y no feminicidios.

Su relevancia en la medición estadística viene dada por el hecho de que los feminicidios suelen representar más del 50% de las muertes intencionales de mujeres y niñas a nivel del mundo global y República Dominicana se sitúa entre los más elevados de la región de América Latina y el Caribe.

Los feminicidios son considerados como la expresión más dramática de la violencia contra la población femenina, pues suelen ocurrir al interior de una relación íntima, mayoritariamente en un marco familiar, que hasta suelen incluir asesinatos de la descendencia y ascendencia y suicidios de los propios victimarios.

Una buena noticia es que una serie histórica del 2009 al 2023 sobre homicidios intencionales traduce, en general, su disminución durante el periodo, al igual que para el total de estos homicidios para ambos sexos. Empero, su registro anual muestra un comportamiento caracterizado por sus altibajos que dificultan establecer su tendencia y que requiere revisar la adecuación de dichas mediciones de cara a su normalización.

En efecto, si bien los no feminicidios suelen estar por debajo de los feminicidios -salvo al inicio del periodo y en el año 2022, cuando su número sobrepasa a los feminicidios-, surge la pregunta de si se trata de una tendencia real o de problemas de clasificación. Los datos muestran que existe una porcentaje importante cuya clasificación está aún en proceso de investigación para determinar si su causa es relacionada o no con discriminaciones basadas en el género.

Por demás, esta medición estadística está aún en espera de su tipificación jurídica, a pesar de que el conflicto familiar, la violencia intrafamiliar y de género constituyen el principal escenario donde ocurren las muertes de la población femenina.

La medición de las muertes de mujeres y niñas por causas violentas para el periodo 2009 a 2023, sean estas feminicidios y no feminicidios, nos brinda el total de muertes violentas y debe coincidir con el número de homicidios de mujeres, aunque no siempre existe congruencia entre ambas mediciones, hecho que debe atenderse.

A modo de reflexión general, surge la pregunta: ¿Cómo explicar las diferencias por sexo en el comportamiento de estas categorías y variables analizadas sobre las estadísticas de seguridad humana? ¿Qué utilidad tendrían estos conocimientos para mejorar las respuestas de prevención, atención, sanción y reparación?

Cientistas sociales han avanzado hipótesis sobre la necesidad de intervenciones que promuevan cambios en el imaginario cultural vigente en el país que fomentan identidades género masculinas y femeninas diferenciadas.

En los varones se promueven más conductas riesgosas y violentas en su socialización, como parte de la construcción de la virilidad, y se las evitan en las hembras, a la par de que se limita más que a los varones su movilidad fuera del hogar y, por consiguiente, el aprendizaje de cómo protegerse, a la par de que se  promueve la sujeción a la autoridad masculina como parte de la feminidad.

h) Disciplina violenta en la niñez de ambos sexos en los hogares, también contribuye a la transmisión intergeneracional de comportamientos violentos en la sociedad

Por último, hay que recordar que esta situación ocurre en un contexto nacional, donde la disciplina por medios violentos en la niñez es practicada de manera regular en más del 60%  de los hogares del país, según la última medición de la ONE del 2019 (gráfico 7). Esto sucede a pesar de que la igualdad y la equidad entre los sexos, durante todo su ciclo de vida, constituye una política del Estado dominicano consagrado en sus marcos jurídicos y programáticos.

Esta problemática social requiere ser abordada, pues en el espacio familiar se están modelando conductas intrafamiliares conyugales y no conyugales violentas que luego se reproducen intergeneracionalmente y permean las comunidades y las instituciones, encementadas por una cultura nacional caracterizada por la vigencia de estereotipos de género que legitiman la violencia intra-género e inter-género a nivel societal.

Clara Baez

Demógrafa

Estadística-Demógrafa. Experta en investigaciones con enfoque de género.

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