Los ciudadanos que recibimos una formación en moral y cívica, asignatura obligatoria en el programa del sistema educativo dominicano de aquella época, cuando pensamos en los maestros que impartían dicha materia, recordaremos los perfiles morales y cívicos de aquellos hombres y mujeres dedicados con honradez al servicio público de la nación a través del magisterio.

Volver a la enseñanza y al aprendizaje de la asignatura en cuestión no es una tarea fácil, pues no se trata de diseñar un programa y resolver un problema de empleabilidad para que el sujeto social, necesitado de ingresos económicos o no, imparta -o mal imparta- docencia para ganarse un dinero para resolver problemas económicos personales.

Todos los dominicanos de buena voluntad nos alegraríamos con la reintroducción de esta asignatura que, como vieja deuda contraída con el país, aún no admitida públicamente, tiene el sistema educativo con toda la nación dominicana, por haberla sacado del currículo de formación docente de nuestras escuelas públicas y colegios privados, sin explicar razones frente a la sociedad dominicana.

Este importante programa educativo, delicado en su tratamiento o abordaje, no se puede despachar de prisa para resolver problemas de compromisos políticos y gremiales. De hacerlo, todos sabemos que sería un crimen moral contra el país.

La sociedad dominicana, como la mayoría de las sociedades del mundo, navega en una profunda crisis moral.

Por esa razón, volver a la enseñanza y al aprendizaje de la asignatura moral y cívica, tiene toda la pertinencia debida para estos tiempos de incertidumbre social y humana.

No debemos tener prisa en el diseño, elaboración y ejecución de un nuevo y necesario programa educativo de rescate moral de la sociedad. Sin embargo, pudiéramos empezar con un plan sistemático de eventos educativos, como charlas, conferencias, paneles o actividades culturales que impacten cívicamente en los niños y jóvenes.

En ese sentido, debemos abordar este delicado asunto desde la participación popular y sus actores principales.

Rafael Nino Féliz

Educador

Nacido en El Cachón, Barahona. Graduado de Licenciado en Educación con mención en Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD. Se desempeñó como técnico de varios departamentos del Ministerio de Educación. Director de Organización de la Oficina de Desarrollo de la Comunidad (ODC). Director de la Dirección de Bienestar Estudiantil; Tesorero General y dos veces Vicerrector de Extensión. Actualmente docente en las cátedras de Teorías y Crítica de la Literatura y Letras Básicas. Ha publicado más de diez libro de poesía.

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