Este es el sexto artículo de esta serie dedicada a los grandes movimientos planetarios que están marcando estos nuevos tiempos.

Hemos explorado los tránsitos de los tres planetas transpersonales —Plutón en Acuario, Neptuno en Aries y Urano en Géminis— que, por su lentitud (tardan entre 7 y 20 años en cambiar de signo), son los que en astrología marcan generaciones y movimientos sociales. Saturno no es planeta transpersonal, pero como vimos en artículos anteriores, los encuentros importantes entre planetas transpersonales y planetas sociales como Saturno y Júpiter, suelen coincidir con eventos colectivos significativos.

Lo que más llama la atención de este momento es que Saturno y Neptuno entraron en Aries casi al mismo tiempo y estarán en conjunción durante diez meses (mayo 2025 – marzo 2026). Una conjunción ocurre cuando dos planetas se encuentran en el mismo punto del cielo, lo que lleva a que sus energías se fusionen. Y cuando un planeta entra en Aries marca el final de un ciclo y el inicio de otro, ya que el grado cero de Aries es el punto donde comienza el zodíaco, un momento de reseteo donde se abre un nuevo capítulo.

Saturno entró en Aries el 25 de mayo, pero actualmente se encuentra retrógrado en Piscis, signo al que regresó el 1 de septiembre y donde permanecerá hasta el 13 de febrero, fecha en que se asentará definitivamente en Aries por los próximos dos años y medio. Como mencioné en artículos anteriores, los planetas que están protagonizando este gran cambio están en fase de transición durante 2025 hasta inicios del 2026. Es como si el universo nos estuviera dando tiempo para saborear, procesar y prepararnos para las nuevas energías antes de que se instalen definitivamente.

El encuentro entre la estructura de Saturno y el impulso de Aries

Saturno es el planeta de la estructura, la disciplina y el tiempo cronológico. Su energía actúa como un filtro que separa lo duradero de lo pasajero, lo que tiene sustancia de lo superficial. Es el arquitecto del zodíaco, su talento está en tomar las visiones y darles forma tangible, convirtiendo ideas en realidades que pueden sostenerse en el tiempo.

Saturno tarda aproximadamente dos años y medio en cada signo, y 29 años en completar su recorrido por el zodíaco. Marca etapas importantes, como el famoso retorno de Saturno entre los 28 y 30 años de edad, que trae un paso importante a la adultez, enfrentándonos a situaciones que nos piden asumir la responsabilidad de nuestras decisiones con mayores consecuencias a las que habíamos estado acostumbrados anteriormente.

Donde pasa Saturno, todo se vuelve más serio. Trae disciplina, límites y finales, pero nunca sin un propósito. Busca fortalecer, enseñarnos madurez, responsabilidad y paciencia, y lo hace a través de lecciones y desafíos.

Saturno valora más el compromiso constante que las ideas brillantes. Es estructura y autoridad, pero no quiere que te sometas a la estructura y la autoridad de los sistemas que te rodean, sino que encuentres la tuya propia. Quiere que construyas algo real y con sentido, que perdure. Quiere que seas quién eres de verdad, no quién pensaste que debías ser, y esto requiere esfuerzo y compromiso. En este mundo acelerado, Saturno nos recuerda que lo valioso toma tiempo, paciencia y trabajo constante.

Aries es el primer signo del zodíaco, el punto de inicio. Es pura energía de arranque, el impulso que pone todo en marcha sin pensar en las consecuencias. Es cardinal y de fuego, lo que significa que es el iniciador, el que rompe la inercia y pone las cosas en movimiento. Su talento está en esa capacidad de cortar con lo estancado y abrir nuevos caminos. Como un machete abriendo paso, Aries confía en su instinto y en su capacidad de improvisar.

La tensión entre Saturno y Aries es clara: Aries quiere avanzar rápido, mientras que Saturno quiere ir con calma. Aries dice ahora y Saturno pregunta ¿es el momento correcto? Mientras Aries se enfoca en el comienzo, Saturno piensa en la continuidad. Pero cuando estas dos energías logran cooperar, el fuego de Aries canalizado a través de la estructura de Saturno puede crear algo duradero y poderoso.

Desde la globalización hacia el cuestionamiento

Cuando un planeta entra en Aries, empieza un nuevo ciclo en el zodíaco. Para entender hacia dónde vamos, necesitamos mirar el ciclo que termina.

El último ciclo de Saturno comenzó en 1996 y abarcó casi tres décadas que transformaron radicalmente la experiencia humana. En ese tiempo, el internet pasó de ser una herramienta académica y militar a estar presente en la mayoría de los hogares, volviéndose parte esencial de la sociedad. Este ciclo incluyó el auge tecnológico de los 90, el 11 de septiembre, la guerra “contra el terror”, la crisis financiera de 2008, el nacimiento de las redes sociales, la pandemia y las tensiones geopolíticas actuales.

Ahora, al final de este ciclo y el inicio de uno nuevo, vemos cómo el internet, esta herramienta que inicialmente nos empoderó —dándonos acceso a personas e información de todo el mundo—, se ha convertido en algo totalmente mercantil, que ha cooptado nuestra atención hasta transformarla en un producto que genera ganancias. Lo que prometía democratizar el conocimiento ahora funciona más como un sistema para extraer datos y manipular nuestro comportamiento.

Es evidente que estamos avanzando hacia un punto de inflexión crítico, si no es que ya hemos llegado ahí. No solo porque hoy resulta casi imposible escapar de la publicidad, con redes sociales cada vez más saturadas, también porque estamos ante los que algunos llaman la “muerte del internet”, donde la inteligencia artificial está generando contenido basado en lo que ella misma produjo antes, en un bucle que solo conduce a un aumento y a una degradación progresivos.

Este escenario no es solo tecnológico y económico, también es simbólico. La astrología nos recuerda que cuando llegamos a estos puntos de quiebre, es porque hay un trasfondo mucho más amplio. Y es aquí donde estamos iniciando este nuevo ciclo de Saturno.

Los cuestionamientos que trae este nuevo ciclo van por aquí: ¿qué estamos haciendo? ¿hacia dónde vamos? ¿cómo seguimos desde aquí? ¿cuál es mi rol en todo esto? ¿a qué estructuras quiero entregar mi tiempo, espacio, poder, atención y recursos, y a cuáles no? ¿cómo quiero reestructurar mi vida para aportar al tipo de futuro que deseo ver manifestarse? Saturno en Aries nos pide volver a escuchar y actuar desde nuestro propio impulso en lugar de dejarnos llevar por algoritmos que nos dicen qué pensar, sentir y comprar. Además, este ciclo viene acompañado de la conjunción con Neptuno en Aries, que suma una dimensión espiritual y visionaria a todo este proceso.

El papel de Saturno en el triángulo menor

Durante los primeros diez meses de formación del triángulo menor, de mayo 2025 a marzo 2026, Saturno se suma como el cuarto elemento en esta configuración cósmica. Su papel es importante porque tiene la capacidad de transformar la energía transpersonal en algo concreto.

Los planetas transpersonales —Urano, Neptuno y Plutón— operan en dimensiones que están más allá de la experiencia individual inmediata. Sus transformaciones suelen sentirse como fuerzas que nos atraviesan, movimientos colectivos que parecen tener vida propia, procesos que a menudo resultan difíciles de asir o dirigir conscientemente. Urano trae intuiciones disruptivas que pueden parecer demasiado avanzadas para su tiempo; Neptuno inspira visiones que pueden sentirse etéreas o inalcanzables; Plutón remueve lo profundo con una intensidad que puede resultar abrumadora.

Saturno, en cambio, da forma y estructura. Y su participación en este triángulo habla de una capacidad de tomar esa magia transpersonal y darle huesos, estructura, forma concreta. Nos invita a preguntarnos cómo traer a la realidad lo que parece imposible y cómo sostenerlo en el tiempo. Su presencia en estos meses nos da la oportunidad de empezar a imaginar y desarrollar las herramientas para construir el futuro que imaginamos.

Es importante notar que Saturno participa en este triángulo menor desde Piscis durante la mitad de su recorrido. Al retrogradar, nos invita a volver sobre nuestros pasos, a revisar qué sí y qué no, y a discernir cómo seguimos adelante en la construcción de nuestros sueños colectivos —una dimensión profundamente pisciana, en la que Saturno nos recuerda que la imaginación necesita de estructura y cuidado si queremos traerla a la realidad.

En este tiempo de transición, Saturno en Piscis nos enseña a cerrar ciclos de manera sagrada y con sentido, a dar estructura a los procesos de cambio, duelo, transformación y renacimiento, y a prepararnos para lo nuevo, aprendiendo a sostener la incertidumbre sin caer en la parálisis y a preparar el terreno interno para lo que está naciendo.

Saturno te pregunta cuál es tu responsabilidad en todo esto. Saturno es serio, pero no serio desde un lugar conservador ni moralista, Saturno también quiere que te tomes tu gozo, tu ocio, tus deseos, tu expansión en serio. Como dije antes, no se trata de suscribirse a las leyes establecidas —esas están hechas para cambiar—, sino de encontrar lo que es realmente de valor para ti, lo que es vital para el mundo en el que queremos seguir viviendo con dignidad.

Adela Dore

Artista visual y Astróloga

Artista visual y astróloga. Desde 2016 ofrece consultas, encuentros y espacios de formación en astrología como herramienta de autoconocimiento y reconexión interior. Forma parte del equipo de KnowTheZodiac como escritora y astróloga consultora.

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