Importancia de la educación

La pedagogía de Rousseau propone una educación sistemática, considerando las diversas etapas del desarrollo de la persona, desde el nacimiento hasta la adultez, en su relación con la familia, la naturaleza, los valores ciudadanos y la sociedad.

Nació en Ginebra, de una familia protestante de inclinación calvinista, se vio en la necesidad de independizarse muy joven. Su madre muere en el proceso del parto de su nacimiento y su padre tuvo que abandonar su país natal, debido a un altercado con un militar. Terminó en manos de sus tíos y pronto acabaría caminando como un aventurero de un lugar a otro.

La obra que lo da a conocer es el “Discurso sobre las ciencias y las artes”, donde ganó el premio de la Academia de Dijon en 1750. Es uno de los representantes de la Ilustración francesa y participó en la Enciclopedia dirigida por Diderot y D’alambert, estableciendo una fuerte amistad con el primero. Escribió sobre la sociedad, política, antropología, música, educación, teatro, biología, entre muchos otros campos. Su obra cumbre por la que más se le conoce en la historia universal es “El contrato social”.

Su escrito más importante en la Educación lo fue “Emilio, o de la educación”. Es un tratado educativo cuya elaboración constituyó un aporte revolucionario al conocimiento del área pedagógica, y sobre todo el descubrimiento de la importancia de la infancia en el proceso de formación. Antes que él otros habían hecho aportes en las ideas educativas, siendo Rousseau quien compone un marco de juicios críticos sobre la enseñanza del niño y las etapas por la que pasa el ser humano.

Sus juicios educativos en pleno siglo XVIII lo convierten en un predecesor del movimiento de la Escuela Nueva, que más de un siglo después toma muchos de sus principios. Por lo que su teoría educativa marca un antes y un después en la educación. Para Jouvenet es el precursor de la psicología moderna.

Para Rousseau la educación juega un papel de primer orden en la formación de la persona. Su fin principal en principio no es la de preparar en un oficio o profesión al alumno, sino la .de formarlo como hombre o ser humano. Afirmaba que todo ser humano abandonado a su suerte desde su nacimiento crece desfigurado, lleno de prejuicios, malos hábitos y carente de valores.

La síntesis de todo su pensamiento está en su tratado educativo. En el Contrato Social, en las Cartas Escritas Desde la Montaña, en el Origen de la Desigualdad, entre muchas otras de sus obras, se articulan elementos fundamentales de toda su concepción; pero es en Emilio donde encontramos la unión perfecta de todas estas variables. Su concepción acerca de la educación rescata la relación vital, históricamente requerida, entre la persona, sus etapas de evolución, la relación con la familia, la sociedad y la naturaleza.

Le llamó a su sistema educación negativa, caracterizado porque previene los vicios, preserva del error y promueve en los infantes la búsqueda de la verdad cuando es capaz de entenderla, proponiendo una enseñanza que tuviera como centro la actividad del niño y el desarrollo de sus facultades naturales.

En la pedagogía de Rousseau el niño debe ir descubriendo por sí mismo la verdad de las cosas, esfuerzo que desarrolla las facultades que le permitan vivir la vida con mayor grado de autonomía. El objetivo de la instrucción es formar al sujeto para que sea una persona capaz de saber vivir, que para nuestro autor es lo mismo que saber sufrir. Existe una unidad indisoluble entre sufrimiento y conservación. El que forma para enfrentar los sufrimientos de la vida, aprenderá a vivir mejor, sabrá los límites de sus fuerzas y será un ser más feliz. Por lo que hay en su filosofía educativa una relación estrecha entre educación, vida y felicidad.

Plantea un método para cada etapa del desarrollo de las personas, pero en el caso de los niños, se opone a los procedimientos usados en su tiempo, basados en la disciplina rígida, la falta de libertad infantil, los preceptos antes de que el niño pueda razonarlos, así como el castigo. Afirmaba que no era posible empezar la enseñanza del niño por el final como si fuera un adulto.

El castigo le debe llegar al niño como una consecuencia natural de su mal comportamiento.  Crítica severa al método pedagógico que fomenta el autoritarismo y la imposición. En este sentido la manera de disciplinar al educando determinará en qué grado se abre a escuchar las orientaciones del docente. El método de dirigir y su influencia en la conducta posterior del aprendiz.

En su postura educativa la naturaleza es un factor capital. Es la gran fuente de donde el niño debe beber para generar su conocimiento. En ese sentido hay que ofrecerle las condiciones para que se ponga en contacto permanente con ésta y sus vastos recursos, haciendo posible que ese encuentro se establezca en base a sus necesidades. Así sus conocimientos los irá creando en un lapso de acciones indispensables para su persona, y en proporción a las relaciones conocidas de los fenómenos que se suceden a su alrededor. Las ideas del alumno van en la medida en que pueda producirlas por sí mismo. Hay que mantener alejado al alumno de toda realidad que no pueda entender ni enjuiciar.

En esta etapa prevalece la llamada educación de la naturaleza. Aquí en el alumno se va produciendo la maduración biológica, debido a su comunión con su medio ambiente, en el marco de espacios de libertad necesarios. En este interín pedagógico el niño debe poner en ejecución sus sentidos y órganos, en actividades de observación de las plantas, ríos, montañas, animales; así como correr distancias, manipular objetos, etc. Todo esto antes del uso de recursos artificiales, o en su defecto, emplear estos en la medida de lo necesario.

Las etapas del desarrollo y los tres tipos de educación

El conocimiento de las etapas del desarrollo físico, emocional e intelectual del sujeto se hace imprescindible, para saber cuáles métodos pedagógicos aplicar en el transcurso del avance de cada una. Asunto del cual algunos pensadores del Renacimiento habían manifestado su preocupación. Pero es Juan Jacobo quien se detiene a explicar el proceso de enseñanza sobre esas bases. Demostrando con ello su aguda observación y conocimiento relativo a la psicología infantil. El tratamiento del alumno se haría de acuerdo con su edad. Sugiere una educación que inicia con el nacimiento hacia los diversos momentos de la infancia, pasando por la pubertad, la adolescencia y la adultez. Más de siglo y medio después, Jean Piaget establece cuatro etapas del desarrollo cognitivo por las que los niños pasan a medida que van creciendo, sobre bases experimentales.

Consideraba que el período de la vida que iba desde el nacimiento hasta los doce años como el más peligroso, porque es donde surgen los errores y vicios. En esta etapa es cuando se da la llamada educación de la naturaleza

A partir de los doce años hasta los quince tenemos un jovencito que sale de la infancia mostrando gran tamaño y fuerza. En este lapso hay que evitar la pasividad y aprovechar el movimiento de sus músculos y mente. Con el progreso alcanzado por sus sentidos, razón y cuerpo es preciso dedicarlo a actividades manuales y de cierta fuerza, en el caso del hombre y la mujer acorde lo que mande la naturaleza de cada uno.

El filósofo ginebrino afirmaba que, en lugar de ofrecerles el uso de máquinas, se hacía necesario tratar de que ellos las elaboren por sí mismos. No es posible hoy que esto pueda ocurrir con los dispositivos que los jóvenes manejan, debido al grado de complejidad científico-técnica con que son elaborados, pero el mensaje vale para su manejo racional, óptimo, acorde las necesidades del mismo y de esta manera evitar la conversión del alumno en un autómata.

Aquí es donde empieza la fase que llama de las cosas. Es el momento de enseñarle acerca de los fenómenos de la naturaleza, y es cuando entran las ciencias particulares como la geografía, biología, química, etc. En el curso del conocimiento de las cosas de la naturaleza ya el sujeto lee de manera fluida y comprensiva. Lo ideal es que todo lo que pueda hacer por sí mismo sea su tarea, y recurra a los dispositivos cuando sea absolutamente imperioso.

Por ello decía el autor de Emilio, que ya un jovencito sobre los doce años puede perfectamente dibujar su casa y hacer un plano de ella. En esta etapa al joven hay que mantenerlo activo, con la mente ocupada, ya que mientras el cuerpo laboraba la imaginación reposaba. Es muy importante lograr que los muchachos de esta edad se alejen de las influencias externas, lo más que se pudiese. Aquí se refería a los prejuicios predominantes en las relaciones de los adultos y la propagación de los mismos por todos los medios, mensaje que cobra una gran actualidad. debido al uso continuo de dispositivos digitales, donde las opiniones de todo el mundo llegan a cada a sujeto con una diversidad y una velocidad extraordinaria.

En el ideal educativo de Rousseau se debe formar al hombre antes que al carpintero, ingeniero, químico o de cualquier otra área profesional. La misión es preparar a la persona para la vida, que es lo que llama educarlo para aprender a enfrentar exitosamente los pesares que acarrea la misma existencia. Así ya a los dieciséis años el joven sabe lo que es soportar los problemas que se le presentan, pero no sabe del sufrimiento de sus semejantes.

Ya el alumno o alumna en la edad de la adolescencia socializando con amigos, con cuerpo parecido al del hombre o mujer, debe conocer cómo piensan los adultos. Para ello propone profundizar en el estudio de la historia, analizándolos desde la distancia del tiempo, viendo la escena “sin que le fuese posible actuar en ella”. La asignatura no tiene aquí un propósito de asimilar contenidos, sino de lograr aprendizajes éticos, factor vital para la composición gradual de un pensamiento acabado del ser humano en sus vidas. No es el estudio todavía del hombre de una época determinada, particular en su complejidad, sino del hombre en general.

Ya con un alumno con progreso de la razón y con la madurez biológica requerida, se hace ineludible que elabore ideas, que le de respuestas a las diversas situaciones que observa de su historia y del mundo político, económico, religioso, entre otros. Para ello se hace pertinente formularle preguntas que le obliguen a relacionar y construir nuevos pensamientos. El recorrido educativo que se ha agotado tiene como fin llegar a la adultes con una percepción certera de la vida, tener familia y participar como ciudadano en la sociedad,

El educador

El maestro que va a formar hombres primero tiene que estar formado como tal. Recomienda al educador conocer las diversas etapas del desarrollo del sujeto y aplicar métodos en cada una de ellas, que no violenten el avance natural del niño o joven, es decir, que respeten sus demandas desarrollo.

Su afirmación de que el maestro debe ser más conductor que instructor, donde se dirige “sin preceptos y hacerlo todo no haciendo nada”. Expresa la profundidad de su concepción educativa. Hoy en día esto sigue siendo una problemática en debate. Opuesto a los discursos y explicaciones innecesarias de los formadores, que sustituyen el espacio de construcción de los alumnos. Será un guía, como tal pendiente de cada acto de sus alumnos, interpelándolo a cada momento para condicionar su proceso interno de elaboración cognitiva.

Hoy más que nunca la presencia del maestro es fundamental, contrario a lo que se pensaba con el desarrollo de las redes (Google, WhatsApp, Instagram, IA, etc.). ¿Qué sucede cuando dejamos al niño a su suerte, pegado a una pantalla, navegando en el mundo de la virtualidad actual? El peligro es inminente. La libertad es vital para el progreso del alumno, pero regulada.

La autonomía verdadera no es aquella que consiste en complacer en todo al niño o joven, supone ponerle límites, porque permitirle que haga todo lo que quiere, cuando sus deseos superan las facultades que ha desarrollado para poder satisfacer los mismos, el desequilibrio predomina en su formación.

Los recursos didácticos y las tecnologías

Con el predominio de los celulares y otros aparatos digitales en la vida de niños, jóvenes y adultos, en pleno siglo XXI, las afirmaciones de Rousseau sobre los medios o vías de información tienen más vigencia que nunca. Promovió la idea de que los aparatos se usaran cuando fuese absolutamente exigido por las circunstancias. No se rechazan tajantemente estos recursos, más bien prevé sobre su uso y crítica su inadecuada elaboración para ser aplicados como medios de enseñanza.

Ya en la mitad del siglo XVIII le hacía críticas demoledoras a los textos utilizados, y aportaba muy buenas recomendaciones. Llegó a afirmar que la lectura era la plaga de la infancia, no porque no creyera en los textos, sino porque no estaban elaborados acorde la capacidad de asimilación y conocimientos previos de los alumnos, y la manera inadecuada de su uso. No contamos en el país con equipos de especialistas capacitados para elaborar libros de texto acorde las edades de los estudiantes. Es un problema que todavía preocupa en el país

Pero la crítica no solo va al uso excesivo, distorsionante de los recursos o medios en el trabajo de formación, sino a la capacidad de estos medios para contribuir eficazmente a la educación de los niños y jóvenes. La concepción que analizamos pretende superar al hombre que se somete a la tecnología. Es la superación del autómata. La postura ética y responsable que lo hace libre frente al instrumento. La tecnología, por más sofisticada que sea se maneja acorde las necesidades de la persona. No es el uso superficial, complaciente con el recurso, sino su manejo para resolver problemas cuya satisfacción representan un momento de progreso para el individuo.

Sus reflexiones sobre el libro de texto la vemos en sus apuntes sobre las fábulas de La Fontaine, observando que se le hacía leerlas al niño y que éste no las entendía, advirtiendo acerca de las imágenes, los términos y el momento en que se utilizaban eran inadecuados a la edad en que se les aplicaba. En estas circunstancias en que un alumno toma un recurso no apto, la instrucción que fomenta afecta la creatividad por un sistema en el cual nos servimos de la razón de los demás. Para Rousseau es preferible que el alumno tenga pocas ideas, pero que sean de él, elaboradas por sí mismo, que es lo que da autonomía y seguridad.

La vida ciudadana y el contrato social

Todo este plan pedagógico desde el origen del sujeto, tenía que concluir en la parte referente a la vida del humano como ciudadano. Pero antes que ser ciudadano y verse en el deber de convivir en sociedad, era necesario que conociera a los otros en sus necesidades, comportamientos, sentimientos y pensamientos. El joven que aprende a compararse con los demás para conocerse a sí mismo, conseguirá entender cuál es el rol social que le corresponde.

La autonomía de pensamiento de la persona ya adulta es capaz de someterse al mercado de la opinión, de las influencias del medio y salir victorioso. Conoce al mundo y con soportes éticos sólidos está preparado para establecer los acuerdos sociales que sean pertinentes, en vías a construir los modelos sociales que aseguren la libertad de los ciudadanos. Ahí conecta nuestro autor su ideal educativo con el político referente a su Contrato Social.

Víctor Salazar Medina

Licenciado en Educación

Licenciado en Educación Mención Ciencias Sociales, con Especialidad en Educación Superior. Obtuvo el Certificado de Estudios Avanzados con la Universidad Complutense de Madrid y Maestría en Filosofía en un Mundo Global con la Universidad del País Vasco, en el marco del curso doctoral del mismo nombre. Ha recibido diversos certificados de participación sobre temas pedagógicos y de investigación, así como reconocimientos a su labor magisterial de más de 40 años. Docente de la UASD desde hace 28 años. En la actualidad se dedica a la investigación de temas sociales de interés nacional.

Ver más