No puedo guardar silencio, como se dije: “Se tiene que responder” y claro que lo hago, respetando el género de NOVELA LITERARIA, guardar silencio ante lo escrito en la novela, que considero una novela negra, llamada “Yo, Balaguer”, en donde su autor, relata la vida de un ser, que “llegando” a la presidencia de la República Dominicana, impuesto por un fraude orquestado por los USA, después de su tercera invasión a la RD, y después de que el presidente de USA Lyndon B. Johnson, dijera: “Hay que poner al pequeño como presidente, sea como sea”, ya que para USA, era el ideal para enfrentar a los jóvenes que se lanzaron a las calles para reclamar LA NUEVA CONSTITUCIÓN, que se había modificado en el gobierno electo legalmente del Profesor Juan Bosch y su partido, en ese entonces el PRD, en el 1963, y que derrocado bajo apoyo de USA.
Expongo eso, porque los hechos ocurridos durante sus 12 años fraudulentos años en el poder, no dan otra señal que no fuera, la eliminación de todos sus opositores, justificado bajo la acusación de que eran comunistas, una acusación que es idéntica a los años de la actualidad a que te digan “terroristas”. En su primer discurso, al tomar el poder en el 1966, lo dijo: “Solo puedo ofrecer sangre sudor y lágrimas”, y lo cumplió palabra por palabra.
A “Yo, Balaguer”, no la he leído en su totalidad, solo le he dado pinceladas, pero, del punto que les hablaré, es sobre la mención de mi hermano Henry Segarra, dando en la misma, hay sencillos detalles reales, y otras cosas indiscutiblemente falsas, o que no corresponden a la realidad, cosas que no fueron investigadas hasta el fondo, siendo el caso de Henry, un caso que duró en los titulares de los periódicos impresos, desde el mes de julio el día 25 que de manera abusiva lo secuestraron, hasta el día que desterraron a su esposa Gladys Gutiérrez. Sabemos que diariamente salían noticias en torno al tema, gracias a que su esposa nunca descansó en su lucha por que apareciera Henry, exclamando al final, “Que aparezca vivo o muerto”.
Yo tomo la libertad de exponer mi criterio en torno a LA NOVELA, considerando que hasta pudría tener un nombre más efectivo, pero, la novela no es mía, es de Pablo Gómez Borbón, el mismo creador de “Morir en Bruselas”, donde sin poder defenderse, ni ser defendido por algún familiar, se acusa a Manolo Plata de los horrendos hechos ocurridos: el de asesinar a Maximiliano Gómez, y descuartizar a Miriam Pinedo, viuda Morales, argumentando su autor, que con la misma hace justicia a la memoria de una mujer.
En esa novela (Morir en Bruselas), contempla a dos personajes creados, no reales, para darle los papeles o participación activa, de que son los investigadores del caso, y en lo que he leído de “Yo, Balaguer”, me parece que el novelista, encarna él “El espíritu” de Balaguer y acomoda muy bien, la realidad y las acciones de su vida, dibujando sus doce años en el poder, de manera tal, que al parecer, DESEA SANTIFICARLO, dije, desde un principio, respeto el genero de la novela, pero, lo que no puedo respetar es que en una novela, en donde se hable de un hecho tan cruel y real, no se diga: “Sacado o basado de una historia real”, y se respeten los hechos y, en este caso en particular, se diga la verdad sobre los últimos días de mi hermano Henry. El autor pudo crear personajes como en su novela anterior y hablar de acciones idénticas a la realidad ocurrida, como vemos en muchos casos, pero, usa un hecho real, y en otro puntos lo acomoda y no dice la realidad, presenta una falsa, diciendo en la misma, lo que no sucedió ni cómo sucedió.
En ella se dicen cosas que demostraré, no corresponden a lo ocurrido sobre el secuestro, la tortura, el asesinato y la posterior desaparición de los restos de Henry, como si el joven de la eterna sonrisa, “El pequeño”, como le decían, fuera una fiera que hasta a su cadáver, al parecer, era un peligro el darle sepultura como manda el respeto de la naturaleza y la fe.
Entraré en los detalles del capítulo LXXXII, que inicia en la página 343 a la 347, de la novela que, según creo, hace del señor de los malditos 12 años (1966-1978), un semi-Dios.
LXXXII
LIBRO:
“El viernes 25 de julio de 1969 llegó a Dajabón un joven dirigente del Movimiento Popular Dominicano. Su intención era la de realizar un periplo por las comarcas cercanas para coordinar la invasión por parte de campesinos de unos vastos terrenos propiedad de un rico terrateniente y, posteriormente, reclamar a mi Gobierno la expropiación y distribución entre los campesinos de dichos terrenos”.
YO:
Debo de señalar, y con firmeza, que Henry no llegó a Dajabón con esas intenciones, sencillamente fue a Dajabón, por pedido de su amigo y camarada Moisés Blanco Genao, invitación apoyada por una nota, de Rafael Belliard, para reunirse con los campesinos de EL PINO, indicando ellos, de que los campesinos querían escuchar de él sus consejos, porque en él confiaban. Henry ya no hacia trabajos político en Dajabón, su trabajo estaba ya enmarcado en Santiago de Los Caballeros, respetando la línea del MPD, de “Lo mejor al campo”. Henry solo fue, por un día, a una reunión con los campesinos del PINO, no a invadir terrenos.
LIBRO:
“Debo decir que, si bien el objetivo era justo, los medios no lo eran. La justicia social era —lo es todavía— imprescindible. Pero, tal como demostré con la reforma agraria, los medios debían ser, por fuerza, estrictamente legales. La violación del marco jurídico imperante no podía sino revertirse y, antes que beneficiar, perjudicar a todos los dominicanos. Antes de cumplir con su misión, debía encontrarse con otro revolucionario natural de la población fronteriza que le proporcionaría alojamiento y que facilitaría los contactos entre el recién llegado y los agricultores dispuestos a instalarse ilegalmente en el latifundio mencionado. Tal encuentro no se produciría jamás”
Yo:
Señor “Yo”, discúlpeme, pero eso es mentira, el encuentro se produjo, Henry fue recibido al llegar a Dajabón, por Rafael Belliard (el que le mandó la nota, que sus compañeros bautizaron como “Un papelito”), partieron para la región de EL PINO, donde lo esperaba un campesino, al parecer líder campesino del área, que le decían EL MOCHO, porque estaba en una silla de ruedas, se reunieron y, terminada la misma, se dirigieron a la casa de Rafael Belliard. “Señor Yo, lamentablemente tengo que repetirle que: “El encuentro, realmente se produjo”.
LIBRO:
“El joven comunista, que estaba siendo seguido de cerca por los servicios de seguridad, fue detenido en el cruce de las calles Beller y Francisco del Rosario Sánchez, por dos hombres que, según algunos testigos, portaban uniformes militares. Nunca más se supo de él”.
YO:
Señor “Yo”, su señalamiento tan agudo y firme del calificativo de COMUNISTA, no me es raro y tampoco me sorprende, porque, en esos tiempos, ese adjetivo calificativo, era y sigue siendo, lo que es hoy, el calificativo de ser UN TERRORISTA, y fue la razón número uno, para justificar las acciones del señor desde el 1966 al año 1978, un periodo de terror de largos 12 años. Discúlpeme, pero, debo decirle también que usted se equivoca o fue mal informado diciendo que fueron dos militares los que apresaron a Henry, a él lo apresaron inmediatamente Rafael Belliard se despide de él en la esquina mencionada, ya que no llegó con él a la parada de las guaguas, donde lo recibió. Una evidencia clara de que Rafael se lo vendió al ejército en complicidad con Moisés Blanco Genao, que lo terminó de convencer para que fuera a su muerte, y ya, según declaraciones de los del pueblo, su llegada la estaba esperando el ejército, Rafelito, como les decían, se le alejó en la intercepción mencionada e inmediatamente, el ejercito lo secuestró, no podía estar con él, para que no lo detuvieran también, Henry no fue detenido, porque fue SECUESTRADO y ocurrió a las 2:30 PM. La acción la hace un Jeep del ejército nacional, no dos militares y lo trasladaron inmediatamente a la fortaleza Beller, justo al final del lado este de la calle Beller, y según reales testigos, que aún hoy mantienen su versión, y no testigos de novela. El Jeep tenía entre los militares al sargento Estrella, que subió a Henry, a Chicho Ventura y se dice que al coronel Almonte Mayer, en persona. Digo secuestro porque siempre negaron que estaba en la fortaleza.
EL LIBRO:
“Su nombre era Henry Segarra Santos. A pesar de su corta edad — tenía apenas 25— contaba con una larga trayectoria revolucionaria. Segarra no me era desconocido. Su intensa actividad revolucionaria había provocado su encarcelamiento en más de una ocasión, una de las cuales amerita ser narrada”.
“El domingo 15 de enero de 1967, fue apresado en el aeropuerto de Punta Caucedo cuando, junto a otros revolucionarios, pretendía viajar en un avión de Pan American con destino a Nueva York, desde donde viajaría a Francia y de ahí a Cuba. El arresto se produjo en la misma aeronave. A Segarra y sus acompañantes se les incautaron documentos de índole subversiva, camuflados en su propia maleta. Estos documentos habían sido elaborados por técnicos chinos y rusos”.
YO:
Señor “Yo”, …¿Documentos elaborados por técnicos chinos y rusos?, linda declaración para reafirmar la injerencia del “comunismo en la RD”, cosa que ni en su discurso, donde presentó a Henry vía TV, el 4 de febrero del 1967, y al otro día, publicado en los medios, el señor habla del peligro del “Comunismo”, y dice también que sus acciones eran apoyadas por Fidel Castro.
El viaje era directo hacia Francia, para desde allí partir hacia Cuba, hasta donde entiendo, no tenía destino el estado de New York, de los USA. Sabiendo ellos que desde el 1965, estaban siendo vigilados por los asesinos que dejó la CIA en la RD. Ellos no se arriesgarían llegando a USA. Ni los que de manera clandestina se iban a estudiar a RUSIA, pasaban por USA.
EL LIBRO:
“Su finalidad era asegurar el éxito de una insurrección que permitiera establecer un régimen comunista en el país. La Policía encontró además pruebas que demostraban que el Movimiento Popular Dominicano recibía apoyo de organizaciones comunistas no solo de la Unión Soviética, la República Popular China, Vietnam, Corea del Norte y Cuba, sino también de otras establecidas en países como Italia y Francia. Peor aún, la Policía encontró, disimulados dentro de una lata de talco para hombres y un tubo de afeitar, 241 negativos de películas a color de 35 milímetros y varios rollos que serían revelados en el extranjero, comprobando que este material fotográfico contenía el levantamiento cartográfico completo de la República Dominicana y de sus aguas adyacentes”.
YO:
Señor “Yo”, El discurso del 4 febrero del 1967, del real Balaguer, no del “Yo Novelesco”, si no me falla la memoria, no habla de cantidad de negativos. Su discurso exactamente dice: “…En el puerto de Maiquetía, cuando regresaba a Santo Domingo, el 23 de diciembre, se halló, en los forros del abrigo de Fernando de la Rosa, un abundante material subversivo con todos los planes, elaborados en parte por técnicos chinos y rusos, para llevar a cabo una revolución comunista en la Republica Dominicana”, “las revelaciones de los documentos incautados a Fernando de la Rosa en Maiquetía coinciden sorprendentemente, con los que la policía nacional descubrió en el equipaje del joven Henry Segarra Santos, Pedro Cruz Sandoval y Jorge Soriano Puello, miembros del Movimiento Popular Dominicano, quienes se dirigían a Paris en un jet de la Pan American”. Señor “Yo”, aunque eso no es relevante, quizás, su novela, no da los detalles, usted habla en su novela, no de un personaje ficticio, usted hable de alguien que fue secuestrado, torturado y asesinado, debería sobre el punto, de ser algo más preciso, como lo es en los otros.
EL LIBRO:
“Era evidente que esta información, reservada por demás a los organismos de seguridad del Estado, sería utilizada en ocasión de una invasión del territorio nacional por parte de tropas subversivas nacionales y quizás extranjeras. El contexto era grave: es menester discurrir que estos hallazgos tuvieron lugar menos de un mes después de los que la policía venezolana realizó al revisar en Maiquetía al sindicalista Fernando de la Rosa, hallazgos a los que ya me he referido. Es decir que, a principios de 1967, las dos organizaciones revolucionarias dominicanas, el Movimiento Popular Dominicano y el Movimiento Revolucionario Catorce de Junio patrocinaban acciones subversivas dentro y fuera de las fronteras nacionales con el apoyo de organizaciones comunistas de los cuatro rincones del mundo, acciones cuyo fin último era el derrocamiento del Gobierno y la instauración de un régimen de corte socialista”.
YO:
Señor “Yo”, Solo le pregunto, ¿Cómo se le puede llamar a la acción que generó su gobierno fraudulento, cuando apenas a menos de un mes de llegar al poder, es asesinado por la espalda “Ramon Emilio Mejía del Castillo” (Pichirilo)?, ¿Es que ese tipo de acción si la ejecuta el gobierno, no es subversiva, ES NORMAL? Justificaciones le sobraban a usted, señor “Yo”, para no descansar con las persecuciones de los jóvenes opositores y sus abusos. Señor Pablo, encarnador de Balaguer, sin ofender, creo que usted debió escribir algunos detalles, de la brutal y asesina acción ejecutada por los del ejército nacional, que un día, la casa de la madre de Henry, en horas de la madrugada, cuando se percataron que él se encontraba en ella, y eso fue justo al otro año, en el 1968. Ametrallamento que se detuvo a la salida del sol, se salvaron milagrosamente.
EL LIBRO:
“Poco importaba si ambas organizaciones colaboraban o actuaban independientemente; poco importaba si el régimen que buscaban establecer era de corte leninista, castrista, maoísta, trotskista, o incluso hoxhista (Enver Hoxha, dictador comunista albanés tenía algunos simpatizantes entre los revolucionarios dominicanos): era menester poner al corriente al país del peligro que se cernía sobre él, lo cual hice al través de un discurso transmitido simultáneamente por todas las estaciones de radio y televisión, y reproducido al día siguiente por todos los periódicos. Los revolucionarios reaccionaron con indolencia. Continuaron sus planes subversivos sin tomar en cuenta las implicaciones de mi discurso. Muchas veces me he preguntado por el origen de tal desidia. ¿Surgía del optimismo que siempre ha caracterizado a la juventud? ¿Surgía de un sentimiento de invencibilidad ligado a su convencimiento de que su causa era justa? ¿O era simplemente, como ya lo he dicho, pura y simplemente, una ausencia de lucidez, una tendencia irresistible de confundir sus anhelos con la realidad? Nunca he podido responder estas preguntas”.
YO:
Señor “Yo”, Nunca le respondería esa pregunta, ya que el objetivo de su gobierno, y por lo que los USA, bajo fraude lo impusieron en la presidencia de la RD, porque era él, quien le garantizaba, eliminar a cualquiera que se oponga a los intereses de las multinacionales gringas y eliminar a los que con valor enfrentaron la invasión norteamericana del 1965. Por qué no se pregunta el por qué LOS INVASORES, dejaran en la RD, al asesino Dan Mitrione, para adoctrinar a sus fuerzas armadas en técnicas de torturas, secuestros y desapariciones eh?. Usted debió de preguntarse eso, porque como ya le dije a usted, señor “Yo”, que a menos de un mes de haber prometido “Sangre, sudor y lágrimas” al pueblo dominicano, el comandante Pichilito, fue asesinado de un disparo por la espalda, y no se señor Pablo, donde usted, como vemos en páginas anteriores santifica o quiere crear un ser inmaculado o semi dios de ese señor, usted hace mención de eso, aunque por ahora, es mi hermano Henry Segarra quien me preocupa, ante sus opiniones que en lo absoluto, muchas no corresponden con la realidad, Henry es real, un joven torturado y asesinado, no una creación de novela.
EL LIBRO:

“En todo caso, Henry Segarra actuó con la misma negligencia con la que actuó Orlando Mazara. Hizo caso omiso del hecho de que sus planes lo convertían en un blanco prioritario para las fuerzas del orden. En este sentido, su desaparición no tenía nada de extraordinario. Esta desaparición produjo no poca zozobra en el país. Muchos medios de comunicación se unieron a una campaña iniciada en Santiago de los Caballeros cuyo objetivo era reclamar al Gobierno una investigación sobre su paradero y su estado de salud. Muchos temían que Segarra hubiera corrido la suerte de muchos izquierdistas, de los cuales el más relevante era el doctor Guido Gil. Argumentaban que la supuesta persecución era consecuencia de la voluntad del Gobierno de contrarrestar las estrategias del Movimiento Popular Dominicano, a saber, la utilización del campesinado y no del proletariado —por demás casi inexistente en el país— para la instauración de un régimen comunista en el país, estrategia que fue bautizada como "lo mejor al campo".
YO:
Señor “Yo”, ¿Usted habla de negligencia y que la desaparición de Henry no tenía nada de extraordinario?, aunque usted no lo crea, lo entiendo, ya que en su discurso del 4 de febrero usted, señor Balaguer, lo deja a él, “Al margen de la ley”, es decir, y eso no tiene otra interpretación, lo deja a merced de sus mercenarios para que “lo asesinen”, lo asesinen los que supuestamente defienden la patria, lo asesinen sus incontrolables. “Zozobra” le dice usted, al reclamo de su esposa, su madre y nosotros sus hermanos que pedíamos, yo bien joven, a toda voz, que apareciera, ¿A eso le llama usted señor “Yo”, zozobra?, nada de extrañarme, sobre todo de un ser perverso, como lo era usted, de un indolente que embarazaba mujeres de bajos recursos económicos para luego, no reconocerle sus hijos, y buscar un testaferro para que los declare con otro apellido, a cambio de prebendas y estabilidad económica, usando indiscutiblemente los recursos del estado, y de eso, quiero que sepa, que tengo la historia completa de lo ocurrido con el mas famoso de sus bastardos. Al parecer, usted no sabe, señor “Yo”, lo que es el dolor de una madre, y por su irresponsabilidad de padre, y si se quiere ofender, hágalo señor “Yo, Balaguer”, aunque no es mi intención.
La estrategia del MPD, fue, “Lo mejor al campo”, tienes razón, y la de ASESINARLOS A TODOS, ¿Qué nombre le pone usted a esa cruel estrategia?
EL LIBRO:
“Por cierto, el hecho de que este partido revolucionario se definiera como marxista y se basara en una estrategia netamente maoísta decía mucho del desconocimiento de sus miembros sobre las teorías políticas de la izquierda revolucionaria”.
YO:
Señor “Yo”, sus teorías sobre el desconocimiento de los movimientos de la izquierda sobre si seguir a Lenin o a Mao, era normal en esos grupos, eso, sin lugar a dudas, les proporcionaba diferencias marcadas, que les hicieron cometer errores, pero, no eran de las dos ideologías mezcladas, eran de una o de la otra. A lo interno se discutía cuál adoptar, ahora, eso de tener ideales de izquierda, y no de derecha capitalista y explotadora, no era motivo para ser perseguidos, torturados y asesinados como animales o unas fieras salvajes. Sus diferencias las usó usted señor “Yo”, y todas sus lacras, para infiltrarle a esas organizaciones, a sus asesinos, o como se les decía, a sus “Calieses”, (Agentes encubiertos), y eso señor “Yo”, usted más que nadie lo sabe, porque me imagino que los agentes de la CIA, que se quedaron en el país, luego del 1965, que lo pusieron a usted en el poder con fraude, y que comandaban a sus asesinos, algo a usted tenían que informarle.
EL LIBRO:
“Concomitantemente, corrieron rumores contradictorios sobre el destino del joven revolucionario. Algunos alegaron que se encontraba prisionero en la fortaleza San Luis de Santiago de los Caballeros o en una cárcel "particular" de esa ciudad; otros, que en alguna ergástula de la Línea Noroeste; otros, que en el penal de La Victoria; otros, en fin, en el sótano del Palacio de la Policía, en la del país”.
“Corrieron también rumores sobre el estado del revolucionario. Algunos dijeron que había sido sometido a una paliza que le había causado la rotura de un tímpano, pero no la muerte; otros dijeron que había sido asesinado en el patio de la fortaleza de Dajabón; otros, en fin, de que Henry Segarra fue asesinado el 26 de julio en horas de la noche, en terrenos aledaños a una unidad militar de la Fuerza Aérea Dominicana de esa población fronteriza. Vista la situación, ordené a los miembros del Ministerio Público y de la Policía Nacional priorizar la ubicación de Segarra y facilitar a la señora Gladys Gutiérrez de Segarra, su esposa, los resultados íntegros de estas investigaciones”.
YO:
Señor “Yo”, tienen que surgir rumores del paradero de mi hermano Henry, ya que el irresponsable de lo ocurrido a Henry, el coronel José Demetrio Almonte Mayer, después de él secuestrarlo, y llevarlo a la fortaleza Beller, acción observada por muchos pero que él negaba constantemente, a su esposa, la presa y al fiscal encargado del caso, el Dr. Víctor C. Lemoine, ese irresponsable coronel hasta llegó a decir que en esa fortaleza no existía cárceles solitarias, demostrado más tarde que mentía como toda una lacra más de los organismos de seguridad de su terrorífico gobierno de largos 12 años, señor “Yo”, entre sus militares, de una fortaleza a otra, hasta se llegaban a enviar telegramas, pidiendo informaciones de Henry, acciones de un teatro dantesco solo para venderle a la prensa de que se preocupaban .
Todo fue un ridículo y vulgar teatro en el país.
EL LIBRO:
“Algunos días después, el jefe de la Policía Nacional hizo publicar un comunicado que atizó aún más el debate sobre la desaparición de Segarra. El alto oficial dijo tener pruebas irrefutables de que el Movimiento Popular Dominicano había decidido esconder al joven Segarra para culpar de su desaparición a las Fuerzas Armadas. A fin de acallar la ira popular, escribí al jefe de la Policía Nacional una carta que luego fue difundida al través de la prensa, en la que le advertí que, en su condición de militar de carrera, debía garantizar que un caso tan sonado como el de Segarra fuese esclarecido mediante una investigación exhaustiva. Ninguna hipótesis podía ser descartada: acto delictivo, exceso de autoridad militar o represalia de los terratenientes, todo debía ser considerado. No se descartó, incluso, la rivalidad entre los diversos grupos comunistas”.
YO:
Señor “Yo”, ¿cuáles eran las pruebas irrefutables que tenía el alto jefe militar de lo que dijo?. Dígame usted!, ¿Desde cuándo usted, señor “Yo”, le tenía que mandar una carta al jefe de la policía, para darle indicaciones o darle una orden?, si usted, señor “Yo”, sabía perfectamente que todos esos remanentes trujillistas de los que usted se rodeaba, y tenía a su lado como “su anillo”, que le decían igual que a Trujillo, “JEFE”, le tenían terror, justo por ser la continuación del asesino y violador de niñas Rafael Leonidas Trujillo, y sobre quien, usted, señor YO, sabia del complot para asesinarlo y no movió ni un solo dedo para evitarlo. Dígame, ¿Desde cuándo usted inició el método de dar órdenes vía unas comunicaciones escritas? Eso, semi-Dios “Yo”, lo de la comunicación al jefe de la policía, solo fue otro vulgar e irresponsable teatro más, y muy irresponsable, le añado ridículo, porque todo era para usted querer demostrar su preocupación NO REAL, sobre el destino de mi hermano. Eso señor “Yo”, ni usted se lo cree.
Señor “Yo”, usted sabía absolutamente todo, y claro, sabía perfectamente de la rivalidad entre sus opositores, porque tenía informes detallados de los movimientos que sus infiltrados hacían en contra de los de la izquierda opositora, y que yo, no les digo comunistas, como usted, porque sé, que, al usted decirlo, es para sellarlos como terroristas, nada extraño..
EL LIBRO:
“Con esta carta reiteraba, sutilmente, la culpabilidad de las organizaciones comunistas a la vez que me desligaba a mí mismo y a la oficialía policial y militar de la desaparición de dirigente comunista. De hecho, muchos años después, Sócrates Segarra y Gladys Gutiérrez, su hermano y su viuda, declararon que el revolucionario fue "vendido" al oficial del Ejército José Demetrio Almonte Mayer y al sicario Chicho Ventura por uno de los dirigentes del Movimiento Popular Dominicano, su propio partido. No diré su nombre”
YO:
Señor “Yo”, como usted ha dicho tantas cosas que no reales en torno a lo ocurrido a mi hermano. Debió dar el nombre, o los nombres, porque fueron dos, su esposa (ya fallecida), y yo mantenemos que a Henry se lo vendieron al acosador de mujeres jóvenes de Dajabón, el coronel José Demetrio Almonte Mayer, le digo acosador de mujeres, no para sumarle algo a su novela, lo digo porque “Lucia Solano” me declaró, que él le ofreció estudiar en Santo Domingo, pero que tenía que saber que tenía que ser su mujer. Cosa que evidentemente, no aceptó. Ella fue una joven que se reunió con él, ya que, recién graduada de maestra, solicitaba empleo en su pueblo y allá, en Dajabón, todos los empleos tenían que pasar por su sucio colador, y a ella, la quería usar como mujer, no es un invento incriminatorio contra ese señor, lo digo porque fue algo declarado por ella y descrito en el libro “Henry, Sin página en blanco, la perversidad de un crimen” de mi autoría, libro sobre la vida de Henry y no una novela santificadora. Por lo menos, se lee que usted, señor Pablo, encarnador de Balaguer, le dices sicario a quien lo era en el pueblo, a Chicho Ventura. Yo le repetiré los nombres, que usted dice que no mencionara. Le dije, fueron dos, ambos oriundos de Dajabón: Moisés Blanco Genao, quien más tarde también traicionó al Ingeniero Amin Abel Habún, algo declarado por su esposa. Al Ing. Amin lo asesinaron en la escalera de su casa de un disparo en la cabeza, y no por alguien de la izquierda, si no, por un sicario de los de ustedes, y debes de saber que antes, ellos habían asesinado a un joven de tan solo 16 años, porque lo confundieron con Amín, y el otro de los no mencionado, quien le enviara un “Papelito” a Henry, es el señor Rafael Belliard, quien lo vendiera de manera directa, y lo hizo por una visa para los USA. Desapareció de Dajabón, justo en el tiempo que sería interrogado por el fiscal, salió del país dándole uso a su PREMIO, le repito con firmeza, a Henry lo vendieron ellos, pero yo no puedo ocultar sus nombres. (Ambos ya están fallecidos).
EL LIBRO:
“Bastará, simplemente, a quien quiera saberlo consultar las páginas de la prensa nacional. En todo caso, la culpabilidad del oficial, del sicario y del revolucionario nunca ha podido ser probadas. Las gestiones encabezadas por el jefe de la Policía fueron obstruidas por la solidaridad entre conmilitones. A pesar de ser su subordinado, el comandante de la compañía del Ejército Nacional estacionada en Dajabón, sobre quien podían pesar sospechas legítimas de culpabilidad, se negó a ser interrogado. Solo cuando el fiscal local, dotado de más coraje y más ética fue asignado a la investigación, pudo esta avanzar”.
YO:
Señor “Yo”, usted dice, en su novela, que la solidaridad de lo conmilitones, “obstruyeron” las gestiones de la policía nacional, tengo que decirle que eso si es un comentario, no justo, y de poca responsabilidad, ¿Desde cuándo se le ha podido obstruir a la PN, sus investigaciones?, y más, bajo supuestas órdenes dadas por el número uno, dígame a ver.
Debes de saber que los supuestos investigadores inventaron de todo para ocultar al joven secuestrado por el coronel y que estaba siendo torturado, se inventaron un telegrama a otra fortaleza, dizque para que les informen de su paradero, se inventaron que había salido para Haiti, siendo todo falso, y sobre lo de Haiti, buscaron testigos para que lo confirmen, desmintiéndolo el valeroso fiscal, y cuando se planteó interrogar al responsable de su secuestro, algo que usted lo dice: “Se negó ser interrogado” y justo la comisión nombrada, de manera irresponsable dijo que: “Los militares no podían ser investigados”, y fue ante eso que el perverso “Yo”, o sea Balaguer, expreso que: “En este país, los guardias son los guardias”, cuando los periodistas ante las declaraciones de la supuesta comisión declararon lo arriba citado. Señor Pablo, discúlpeme, pero, santifique al señor, usando otras cosas y no una novela que lo que pretende es cambiar totalmente el curso de lo ocurrido a mi hermano, hágase, y usted tiene la capacidad para eso, un libro de historia y no una novela, y diga verdades, no se aproveche de ese género, que permite de todo para crear una historia irreal, para inventar cosas que no ocurrieron, por favor, los restos de Henry, que aún no aparecen, creo que deben de ser respetados, aún el gobierno diciendo de que era “Un terrorista”. Debe de saber, señor Novelista, algo que se no lo sabe, que Chicho Ventura, en el lecho de su muerte, le confesó a su amigo “Héctor Martínez”, en una fuerte descarga de culpabilidad, que él no asesinó a Henry, que lo hizo el teniente “Medina Sánchez”, lo asesino bajo golpes propinados con una manopla (instrumento de metal que se empuña), y que lo hizo bajo las órdenes del coronel José Demetrio Almonte Mayer, creo señor, que su novela santificadora, sobre el asesinato de mi hermano, debió investigar más, y me disculpa.
EL LIBRO:
“Acompañado de miembros de la prensa, el fiscal descubrió en las paredes de una de las celdas de la fortaleza de Dajabón varios letreros que rezaban: – Muero sin ser libre- Gladys, tú sabes por qué muero-Esto es para hombres- Donde hay lucha hay sacrificio. Debajo de estas inscripciones se veía claramente la firma de Henry Segarra y, en letras de molde, las siglas del Movimiento Popular Dominicano, del Partido Socialista Popular y del Movimiento Revolucionario 14 de junio”.
YO:
Señor “Yo”, le informo que el fiscal Dr. Victor C Lemoine, (Único responsable y fiel ante el asesinato de mi hermano), descubrió por si solo las inscripciones de Henry, cerro con candado la celda solitaria, dejando una advertencia de: “Cuidado si volaban el candado”, inmediatamente procedió a enviar sendos telegramas, uno a Gladys y otro al Procurador Dr. Carlos Rafael Goico Morales. Todos los detalles están en el libro, también contiene, sus declaraciones dejadas por escrito y que me entregó su hijo Felipe Lemoine, llamada: “Yo investigué el caso de Segarra”, en donde denuncia todos los abusos generados en su contra, declarando responsablemente de que fue amenazado de muerte, y para eso aporta el nombre de quien le ordenaron que lo asesinara, una muestra más de que su santo, NO ERA TAN SANTO.
Le debo de aclarar, que nunca he visto en los medios, siglas de partidos en las inscripciones de Henry, hasta donde he investigado, y mucho menos las siglas del Partido Socialista Popular, porque a la fecha, ese partido no existía, se había convertido, muchos años atrás, en el Partido Comunista Dominicano (PCD). Ah!, las inscripciones terminan: “La muerte es cosa común y corriente”, también estaba su firma.
Debes de notar, señor Yo, que no es posible que esas inscripciones las hiciera Henry del 25 de julio, al 26, día que usted narra fue asesinado, eso, de su asesinato ese día, es totalmente falso. Vemos en las inscripciones dejadas por mi Hermano, que ya Henry se había dado cuenta de que sería asesinado. Le apunto, que un testigo prisionero en la fortaleza de Dajabón, paralelo a Henry, de nombre “Adalberto Rivas”, me confesó, que Henry era sacado todas las madrugadas, para torturarlo fuera de la fortaleza, en sus alrededores, y lo regresaban a la salida del sol y no lo dejaban dormir, en ese torturador espacio donde no se podía recostar, por su estrechez. Hablemos las cosas como son, señor “Yo”.
EL LIBRO:
“El fiscal concluyó que, luego de ser detenido, Segarra fue encerrado en la celda en cuestión. Luego fue asesinado o bien en la fortaleza misma, o bien en terrenos aledaños, o bien en el cementerio local. El cadáver fue luego desaparecido”.
YO:
Señor “Yo”, las conclusiones del Fiscal Dr. Víctor C. Lemoine, están justo en sus palabras escritas, algo muy parecido a un testamento y que me entregó su hijo Felipe, como ya le dije. La conclusión no establece que fuera asesinado en terrenos aledaños ni en el cementerio, sí que, a sabiendas de todos, que en verdad fue asesinado y su cuerpo desaparecido, y quien lo asesinó, según declaraciones del sicario Chicho Ventura, cosa ya le he dicho, lo fue el teniente Medina Sánchez y lo hizo por órdenes del coronel funesto y acosador: José Demetrio Almonte Mayer, sabes usted señor “Yo”, ¿qué más confesó en su lecho de muerte el sicario Ventura?, confesó como Henry fue asesinado cosa que ya le he dicho. Quizás de ahí sale la versión de que le partieron a mi hermano un tímpano, lo más probable también eso pudo haber pasado en una de sus golpizas, en el proceso de sus torturas. Al procurador fiscal de la RD, cuando de seguro ya sabía que no era posible dar con el paradero de mi hermano, solo le quedó expresar, en latin: “Miseri mei domine”, y su significado, si no falla la traducción es: “apiádate de mi, oh dios”, la pregunta: ¿Por qué?, y esto, no es una novela.
EL LIBRO:
“La investigación, a pesar de haber sido valiente y metódicamente llevada a cabo, no tuvo ninguna consecuencia. La impunidad con que actuaban entonces los militares, impunidad que yo mismo promoví, lo impidió. Como yo, Segarra y sus compañeros hicieron suya la famosa sentencia de Emiliano Zapata, quien con Pancho Villa y Venustiano Carranza encabezó la Revolución mexicana: "La tierra es de quien la trabaja".
YO:
Sí señor “Yo”, las investigaciones del Fiscal Dr. Víctor C. Lemoine, no tuvieron consecuencias justo por lo que usted, señor “YO”, expresa, por la impunidad, pero más por la falta de responsabilidad del procurador Dr, Carlos Rafael Goico Morales, que viendo todas las evidencias que desde la fortaleza Beller de Dajabón ocultaba su perverso comandante, él no actuara a la altura que merecía su cargo, y sabes por qué no actuó, sin ser esto que diré, una novela, porque tenía que respetar la orden de su jefe, el santificado en su novela señor Pablo, él tenía que dominar el silencio, usted lo dice señor Pablo, el perverso, promovía la impunidad, no solo en el asesinato de mi hermano, si no, ante todos los asesinatos ocurridos antes y después, el procurador le obedeció fielmente y como premio, en las elecciones del año siguiente, lo pone como vice presidente.
Todo conducía a que el coronel que dio la orden de asesinarlo, tenía que ser detenido, porque su accionar a todo lo largo de la búsqueda de mi hermano, indiscutiblemente que lo señalan como el culpable número uno de su secuestro, sus torturas y su asesinato. Sabes que dijo el coronel, al momento de que salieran de la solitaria, al leer la Mancha indeleble, que dejó mi hermano en las paredes, ¿Sabe que dijo ese charlatán y nada se hizo en su contra?, al ver que no tenía ya mas argumentos para negar la presencia de Henry en su fortaleza de torturas, dijo: “A mi que me registren”, eso está en los medios a los cuales usted, señor Pablo hace mención, y eso, tampoco es una frase de novela.
Una preguntita, si como el señor santificado, hizo suya la sentencia de Emiliano Zapata, también, “La tierra es de quien la trabaja”, ¿Por qué a mi hermano, tuvieron que asesinarlo por hacer suya también esa frase?
EL LIBRO:
“Lastimosamente, el joven no encauzó sus legítimas aspiraciones al través de canales convenientes, y pagó este error con su vida”.
YO:
Señor “Yo”, dígame, ¿Cuáles caminos convenientes?, si a mi hermano Henry ya lo habían sentenciado a muerte, desde el 1967, cuando en el discurso del día 4 de febrero, y ya se lo he dicho, el propio señor ”Yo”, lo dejó “Al margen de la ley”, dígame, ¿Cuáles eran los caminos convenientes?, recordándole además, que la casa de su madre, fue ametrallada, al descubrir que ese día Henry había amanecido en ella. Ametrallada descaradamente, con ella y varios de sus hermanos dentro, además de niños que eran sus sobrinos, dígame usted, ¿Cuáles caminos convenientes?
Señor “Yo, Balaguer, le concluyo diciendo
No tengo, y creo que no tendría, el más mínimo deseo de tirar por el suelo la novela “Yo, Balaguer”, pero, al tocar el punto de mi Hermano Henry, con detalles de sus últimos días de vida, exactamente desde del 25 de julio al 19 de agosto del año 1969, y exponer en el escrito de la novela santificadora del señor de los 12 años, cosas que no sucedieron, omitiendo verdades y sustituyendo la realidad, a mí no me quedaba más remedio que responder, desmontando lo que se dice, y exponiendo la realidad de lo investigado por mi persona, para la publicación del libro “HENRY, sin página en blanco, la perversidad de un crimen”, y justo este punto, del que escribo ahora, en defensa de la verdad, será introducido en una próxima entrega, ya que el camino hacia localizar el destino de los restos de mi hermano Henry Segarra, lo he iniciado.
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