Una de las contribuciones más importantes a la deriva fanatizada e intolerante de la extrema derecha en sus expresiones políticas, religiosas y culturales es la extinción progresiva de la formación en filosofía, literatura, historia y ética en nuestros programas académicos de educación media y superior. Previo a su desaparición, lo que existía en humanidades y ciencias sociales derivó hacia ejercicios memorísticos y postulados dogmáticos que contribuyeron a la inutilización de esos estudios. Hoy no hay lectura, diálogo ni reflexión compartida. Hoy todo es TikTok, breve, embrutecedor y apelando a emociones primitivas.
Sin capacidad reflexiva, la atención de quienes consumen adictivamente lo que brota en sus celulares los torna en homo estultos, regidos por pasiones elementales, siguiendo liderazgos fanatizados, aceptando cretinamente lo que se “ve” y se “dice” en sus pequeñas pantallas. Si ya sabíamos antes de Internet que las masas, es decir, las mayorías que solo buscan pacer, a la manera del ganado, en la sociedad (Ortega Gasset escribió un librito que marcó época), hoy lo vemos a diario en todos los ambientes.
Esta reflexión surge porque el sábado pasado, 15 de noviembre, fue la fiesta de Alberto Magno, considerado por la Iglesia Católica como santo y doctor, cuya tumba se encuentra a pocos pasos de la catedral de Colonia, en una hermosa iglesia servida por los dominicos. Es Alberto quien “recupera” a Aristóteles para el pensamiento filosófico y teológico del cristianismo, y lo hace gracias al gran servicio de los intelectuales musulmanes que los llevaron a Europa Occidental desde Bizancio.
Un hito de esa transferencia fue la Escuela de Toledo, que reunió a intelectuales cristianos, musulmanes y judíos entre los siglos XII y XIII, permitiendo la recepción y traducción de textos de cada una de las tres tradiciones a las otras dos. Sin la benéfica influencia musulmana no hubiese ocurrido la primavera intelectual del siglo XIII, con el principal discípulo de Alberto Magno, que fue Tomás de Aquino, y sus consecuencias más notables como el Renacimiento, el despertar de la ciencia moderna, incluso la Reforma protestante. Todos esos hitos alcanzados gracias a la influencia poderosa de Aristóteles y de quienes lo llevaron al occidente feudal: la intelectualidad musulmana.
Embebido estaba en la fiesta de Alberto Magno en medio de un Congreso de la Universitas Albertiana en Barcelona sobre las desigualdades en la actualidad y cómo superarlas, cuando me entero por un amigo que un grupo de estólidos usando recursos típicos de la extrema derecha religiosa MAGA (a lo Charlie Kirk o Kevin Roberts) en las redes sociales estaban promoviendo una manifestación contra una mezquita que se está construyendo en Punta Cana. La carga de violencia de los mensajes, con recursos subliminales, y la vinculación con el discurso antihaitiano, además de argumentos veterotestamentarios literalistas, mostraba las entrañas más obscenas del uso de recursos provenientes de grupos radicalizados e integristas de Estados Unidos.
La respuesta a la convocatoria fue raquítica, ya que para esos espectáculos usualmente se arrea gente de pocos recursos bajo algún tipo de pago, porque las clases medias no son tan tontas como para meterse en un lío donde posiblemente les den par de macanazos, pero la semilla de odio fue sembrada entre quienes consumen de manera anencefálica lo que dicen payasos que se llaman pastores o comunicadores preocupados por la “cultura dominicana”. Son esos mismos voceros los que se fotografían con la bandera de Israel de fondo y justifican el genocidio de Gaza. Son rostros un poco más “bonitos” que los de los lúmpenes de la llamada Antigua Orden, pero sus agendas y sus rencores son los mismos.
El vórtice del sumidero en que nos empujan esos grupos fue generado por varios factores.
a) El principal es el neoliberalismo como modelo económico que empobrece a grupos cada vez más grandes, mientras concentra la riqueza en menos manos. Es el neoliberalismo el vientre que alumbró a la extrema derecha para desarticular la democracia y disolver los derechos de mujeres, no blancos, grupos con opciones sexuales diferentes y pertenecientes a culturas no occidentales.
b) Su eje es volver a un modelo patriarcal, individualista, integrista y liderado por hombres blancos. Ese modelo tiene su expresión religiosa en grupos conservadores de la Iglesia católica, protestantes y judíos, con iguales valores.
c) A nivel educativo, el llamado modelo de competencias dinamitó la educación como formación de seres humanos y la ha convertido en un sistema de capacitación de operarios al servicio de la generación de plusvalía para los grandes capitales en el contexto del neoliberalismo.
d) Los partidos políticos mayoritarios, en el caso dominicano, abandonaron los ejes ideológicos de sus fundadores, sobre todo de Juan Bosch y Peña Gómez, reduciendo su accionar a servir como escalera de ascenso social para sus “activistas” con el erario y servir como herramienta para el incremento del enriquecimiento de los grandes capitales criollos. Por eso, a final de cuentas, son todos lo mismo.
e) De fondo, como herramienta efectiva, la adicción a los celulares y toda la basura que vomitan las redes sociales. Es la ocupación de la atención de todos y el vaciamiento de la capacidad reflexiva lo que están logrando que los más perversos, usando esa tecnología, domestiquen y controlen las mayorías.
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