Las aspiraciones de Dios son infinitas.

Invitan a trascender,

a buscar bienes de lo alto

sin olvidar los de abajo;

reconstruyen la vida,

siempre enseñan las ciencias

y a valorar el trabajo.

Los deseos de Dios están entretejidos

con dones de camino nuevo,

luces de discernimiento,

con virtudes que anuncian santidad

y su Pasión, que regala libertad.

Hemos de acoger los deseos de Dios

a toda hora,

en tiempos convulsos,

y en los alegres;

en contextos vulnerables,

en momentos desafiantes,

y en experiencias plurales.

Dinorah García Romero

Educadora

Investigadora del Centro Cultural Poveda - Directora  del Proyecto: Instituto Superior de Estudios Educativos Pedro Poveda. - Titular de Formación continuada en el Centro Cultural Poveda. - Docente del  Máster en Psicología de la Educación y Desarrollo Humano en Contextos Multiculturales,  Universidad de Valencia-Universidad Autónoma de Santo Domingo. - Co-Directora de Tesis en el Programa de Doctorado en Educación, Universidad de Valencia-Universidad-Autónoma de Santo Domingo.  

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