En ocasión del Día Mundial del Radioaficionado 2025, tuve el honor de pronunciar unas palabras en nombre de la Sociedad Dominicana de Radioaficionados durante un acto conmemorativo que unió historia, tecnología y visión de futuro. Varias personas que no pudieron acompañarnos me han solicitado acceder al contenido de esa intervención, lo que me anima a compartirla hoy, íntegramente, en esta columna. Lo hago con el mismo espíritu con el que fue escrita: celebrar lo que hemos sido como comunidad radioaficionada, reflexionar sobre lo que somos y proyectarnos hacia los próximos 100 años con esperanza y compromiso.
“Para la Sociedad Dominicana de Radio Aficionados y para mí en lo personal, es un honor inmenso estar aquí hoy, celebrando el Día Mundial del Radioaficionado 2025, que este año se une a la celebración del centenario de la Unión Internacional de Radioaficionados, la IARU, bajo el lema: “Entrando al próximo siglo de la comunicación e innovación en la radioafición.”
Desde su fundación en París en 1925, la IARU ha sido la voz de los radioaficionados ante organismos internacionales, promoviendo la innovación, defendiendo nuestras bandas y apoyando la expansión de este servicio en todo el mundo.
Si los pioneros de la experimentación en la radioafición, allá por los años 20, pudieran vernos hoy, quedarían maravillados. Lo que comenzó con la transmisión transatlántica de Marconi en 1901 y continuó con la experimentación con transmisores de chispa y antenas de diseño experimental, se ha transformado en una red global interconectada, con tecnologías digitales, satélites de comunicaciones, radios definidos por software (SDR), y hasta enlaces vía Internet.
En tan solo 100 años, hemos pasado de simples señales de voz a integrar inteligencia artificial, automatización y telemetría en nuestras estaciones. Y, sin embargo, el alma del radioaficionado sigue siendo la misma: una incansable curiosidad, un deseo de explorar lo desconocido, una voluntad de tender la mano en momentos de necesidad.
Ahora bien, la radioafición es mucho más que un pasatiempo. En los momentos en que los sistemas comerciales colapsan y cuando las emergencias paralizan ciudades, los radioaficionados permanecen en el aire. Lo vimos en Haití, en México, en Puerto Rico.
Como bien decimos en nuestro argot: "Cuando todo lo demás falla, la radioafición sigue en el aire." Somos parte del sistema de respuesta. No por obligación, sino por vocación. Y de esa vocación hay testigos hoy presentes con nosotros.
Además del componente técnico y de servicio, la radioafición tiene una dimensión humana y cultural profunda.
A través de nuestras estaciones, conocemos personas de todos los rincones del planeta, compartimos historias, aprendemos de otras culturas, y construimos amistades que traspasan fronteras.
La radioafición no discrimina por edad, sexo, origen, creencias religiosas, etc. Esta red de diversidad y respeto mutuo es lo que nos convierte en una verdadera comunidad global.
Y ahora, al mirar hacia adelante, nos preguntamos: ¿qué nos espera en los próximos 100 años?
Parafraseando a Julio Verne, en su obra De la Tierra a la Luna: “todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad."
Hace 100 años nadie imaginaba enlaces digitales, repetidores interconectados por internet o satélites operados por radioaficionados. Al entrar a su segundo siglo, la radioafición se enfrenta a nuevos desafíos: la automatización, la proliferación de tecnologías comerciales, la necesidad de espectro, la competencia con el entretenimiento digital, y la aparente desconexión de las nuevas generaciones.
Sin embargo, hoy, ya se discuten, en diferentes etapas de madurez, algunas de las características de la radioafición de los próximos 100 años. Algunas ya las estamos viendo, como son:
- La facilidad de operar estaciones de forma remota, desde un celular, una tableta o una computadora, a escasos metros o decenas, cientos o miles de kilómetros de distancia. Que, dicho sea de paso, una de las actualizaciones que se hicieron al Reglamento del Servicio de Radioaficionados, en su modificación del 2023, fue precisamente la inclusión de la definición de estación remota.
- La automatización de tareas dentro de una estación de radio, asistida por el uso de la inteligencia artificial, como, por ejemplo, el encendido y apagado de los equipos, la conexión y desconexión de las antenas, entre otras funcionalidades.
- El uso de la realidad aumentada para manejar estaciones de radioaficionados a través de lentes de realidad virtual.
- Inteligencia artificial para el procesamiento y manejo de señales.
- Cada vez más satélites para uso de radioaficionados. De hecho, nuestra entidad colabora con el Proyecto SatNOGS, que es una red de estaciones en tierra destinada al seguimiento de satélites y recepción de señales, especialmente de los satélites de órbita baja. En ese sentido, tenemos 2 estaciones receptoras que participan en la red, monitoreando el paso de satélites.
- Integración de la radioafición en misiones espaciales, y
- Radios y antenas autoajustables.
Pero también tenemos otras tendencias, que suenan tan insólitas que bien pudieran ser parte de una novela del mismo Julio Verne o quizás de H.G. Wells, como son:
- Repetidores en estaciones lunares
- Integración de la radioafición en redes interplanetarias, con estaciones ubicadas en la Luna, Marte o en bases orbitales.
- Uso de enlaces cuánticos para romper las barreras del tiempo y el espacio, para comunicar estaciones separadas por mundos enteros, de forma instantánea.
- Uso intensivo de Inteligencia Artificial para potencializar las comunicaciones, optimizando la gestión de frecuencias, predicción de propagación, e incluso el aprendizaje autónomo, donde cada operador podría contar con un "asistente de estación".
- Integración de interfaces neuronales para comunicación directa, permitiendo que los radioaficionados interactúen con sus estaciones de forma directa, simplemente con el pensamiento.
Debemos admitir que quien oye estas cosas, pudiera pensar que son imposibles. Pero cada una de estas proyecciones futuristas ya tiene semillas tecnológicas germinando en otras disciplinas:
- Repetidores en estaciones lunares: Proyecto LunaNet de la NASA
- Integración de la radioafición en redes interplanetarias: Internet Interplanetario usando el protocolo DTN (Delay Tolerant Networking) en desarrollo por la NASA
- Enlaces cuánticos: Satélite Micius de China (ya ha hecho enlaces cuánticos)
- Uso intensivo de Inteligencia Artificial
- Prophet (predicciones de propagaciones solares) y
- Red 5G que utiliza algoritmos para optimizar el uso del espectro en tiempo real)
- Integración de biointerfaces: Neuralink (de Elon Musk)
La radioafición solo espera su turno.
En este contexto, quisiéramos recordar las palabras de H.G. Wells, cito: "Adaptarse o perecer, ahora como siempre, es el mandato inexorable de la naturaleza." (fin de la cita). Por ello, debemos, como comunidad, asumir el compromiso de continuar educando, motivando e incluyendo a jóvenes talentos dentro de la radioafición.
Como clubes, debemos actualizar nuestros métodos sin perder nuestra esencia. Y debemos seguir siendo, como siempre, una reserva ética, técnica y humana para el bien común.
Siempre hemos dicho que, para atraer a la nueva generación de radioaficionados, es necesario llevarle a los jóvenes la radioafición a su entorno, a su día a día y enseñarles cómo este apasionante mundo aporta valor a sus intereses. Debemos enseñarles lo que puede llegar a ser su radioafición y no lo que sido la nuestra.
Por eso, hacemos un llamado tripartito:
A las nuevas generaciones para que descubran este mundo fascinante. La radioafición no es solo un hobby: es una forma de pensar, de servir y de construir un futuro mejor.
A los clubes de radioaficionados: promovamos la radioafición, seamos ejemplo, cambiemos al ritmo que cambia el mundo, siempre dentro de la institucionalidad y el cumplimiento de las normas, y
A nuestro regulador, para que continúen escuchando, apoyando y acompañando a los radioaficionados, como lo han venido haciendo hasta ahora y por lo cual hoy damos públicamente las gracias, en nombre de todos los radioaficionados.
Hoy, mientras algunos celebran el día del radioaficionado viviendo del pasado, nosotros lo celebramos mirando hacia el futuro, con esperanza y determinación, porque nuestra misión como radioaficionados está clara:
Comunicar. Conectar. Evolucionar.
¡Ese es nuestro compromiso para el próximo siglo de historia!"
¡Feliz Día Mundial del Radioaficionado!
Dios los bendiga a todos.
Muchas gracias.”
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