Es altamente conocido que en materia de conflictos, el mundo del siglo XXI se caracteriza por su multiplicidad y su ocurrencia simultánea en los distintos espacios de la sociedad global y en algunos casos regionales.

De hecho, en materia de creencias nos dirigimos a un consenso global de manera creciente acerca de la tendencia evolutiva de los conflictos internacionales, los cuales se dimensiones de distintas formas: Bélicos, Económicos-Financieros, Cibernéticos, Tecnológicos con una influencia creciente sobre la competencia en la Inteligencia Artificial, Geoestratégico, Sociales, Migratorios, Ambientales y otros.

Los conflictos bélicos convencional tienen sus escenarios en Ucrania, por ejemplo la invasión Rusa (Donbás, Crimea, frontera oriental), pero también en Medio Oriente tenemos la situación de Palestina e Israel (Gaza, Cisjordania y frontera con Líbano (Hezbollah),  Sudán (Guerra civil entre fuerzas armadas y paramilitares), Yemen: en el caso del conflicto entre hutíes e intervención saudí-emiratí y Myanmar como son los enfrentamientos entre junta militar y resistencia civil armada.

En el plano económico financiero sus escenarios centrales son el Sistema financiero internacional (Wall Street, Londres, Fráncfort, Hong Kong). En el plano de la guerra comercial se destacan la de China y EE.UU., los vinculados al canal de Suez y las rutas energéticas, además, el estrecho Ormuz que es un escenario geopolítico pero que toca directamente el comercio de Irán, Omán y los Emiratos Árabes Unidos los cuales se conectan al Golfo Pérsico con el Mar Arábigo.

En el contexto cibernético, se identifica la guerra de ciber espionaje e interferencia electoral con escenario en Estados Unidos, Rusia, China, Irán y Corea del Norte. Además, los  Ciberataques a Ucrania, Polonia y países bálticos, con escenario central en Europa Oriental, así como los sabotajes y ataques a redes industrial entre Israel e Irán y las llamadas escaramuzas digitales y de vigilancia masiva que tienen como epicentro en India y China entre otros.

El conflicto tecnológico y de la inteligencia artificial en la lucha por el liderazgo mundial se identifican escenario como Silicon Valley (EE.UU.) con su dominio en innovación en IA, ciberseguridad, hips, Shenzhen y Shanghái (China) en todo lo referente al desarrollo de hardware y algoritmos autónomos, Taiwán que se enfoca a la producción de semiconductores (TSMC como actor clave), la Unión Europea en el plano de la regulación de IA y soberanía tecnológica (AI Act) e Israel quien ha demostrado avances notables en plano militar basado en IA incluyendo la vigilancia algorítmica.

El conflicto en materia geoestratégicas se expresa mediane varios escenarios, dentro de los cuales se pueden citar el Indo-Pacífico, la disputa por Taiwán, el panorama en el Mar Meridional de China, el Ártico en el cual la competencia se vincula por rutas y recursos bajo deshielo (Rusia, EE.UU., Noruega, China), los Balcanes Occidentales, Sahel Africano y América Latina, cuyos conflictos son las tensiones en Kosovo y Bosnia-Herzegovina, intervención militar y lucha por recursos, influencia rusa y occidental y la disputa de influencia entre EE.UU., China y Rusia.

Los conflictos sociopolíticos son más poderosos entre grandes potencias y al interior de varios países, expresándose a su vez en confrontaciones armados convencionales, hibridas, estallidos sociales y protestas masivas, conflictos fronterizos, migratorios, humanitarios, racial, entre otros. Países que son escenarios se pueden señalar a Estados Unidos de América, Ucrania y Rusia, Sudán, Siria, Etiopía, Medio Oriente, Turquía, India, frontera México y de USA y otros. Un tipo de conflicto que también tiene dimensiones sociopolíticas es la que tiene que ver con la incertidumbre migratoria internacional, en la que se destacan frontera sur de EE.UU. en el Mediterráneo (Libia, Italia y Grecia), así como  en  Bangladesh y Myanmar,  Venezuela y Colombia, África subsahariana, Europa y entre otros República Dominicana y Haití.

Otro conflicto lo encontramos en el plano medioambiental, dimensionado en las deforestaciones, incendios y desplazamiento indígenas en el Amazonia, (Brasil, Perú y Bolivia), las tensiones por represa entre Etiopía, Sudán y Egipto, la Crisis existencial por aumento del nivel del mar, megasequías e inundaciones en Asia del Sur y todo el gran problema ambiental de la desertificación, los conflictos por el agua y el pastoreo en África Oriental y Sahel.

Cada uno de estos conflictos implicarán un artículo por separado, por lo cual solo profundizaré en lo que tiene que ver con la Guerra Financiera Global y el nuevo orden, con una vista parcial de planes no documentados que se integran como parte de un mismo tema, me refiero al caso del Plan Filadelfia en Estados Unidos de América.

La guerra financiera es una especie de conflicto de guerra no convencional en el cual los  países utilizan herramientas económicas (sanciones, bloqueos comerciales, manipulación de monedas, tasas de interés y control de sistemas de pagos), para debilitar a sus adversarios sin necesidad de confrontación militar directa. Recordemos que las Guerras no convencionales son las que se basan en medios no regulares para atacar a un enemigo. Estas incluyen sabotaje, insurgencia, terrorismo, operaciones psicológicas, manipulación informativa, guerras económicas, cibernética o apoyo encubierto a actores internos.

Con relación a la guerra financiera es trascendente separar las guerras financieras propiamente dichas, las cuales están vinculadas al ámbito geopolítico o geoeconómico que son estrategias estatales contra otro estado, frente a las estrategias que son partes del compromiso internacional en la lucha contra el terrorismo organizado financiero.

Estados Unidos de América es una de las naciones que más armas de estos tipos ha utilizado. Sus expresiones específicas se verifican en la imposición de sanciones, las cuales han sido muy intensas en el período 2020-2025, en las que se destacan los casos siguientes: aplicaron sanciones contra Irán, Venezuela, Rusia y funcionarios chinos. Fortalecimiento la Ley CAATSA (por su sigla en ingles Countering America’s Adversaries Through Sanctions Act),  intensas presiones financieras a Myanmar tras golpe militar,  congelación de activos del Banco Central de Rusia tras la invasión de Ucrania. Exclusión parcial de Rusia del sistema SWIFT, restricción de inversiones de china y  presiones sobre bancos internacionales por sus relaciones con Irán, presiones sobre aliados para contener el uso de yuanes en reservas y en pagos por petróleo, entre otros, .

En el año 2023 Estados Unidos por medio de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) impuso más de 1 500 millones USD en multas, distribuidas en 17 resoluciones, el monto más alto registrado hasta la fecha de la preparación de este trabajo, incluyendo sanciones a Binance y British American Tobacco. Además, se adicionaron  2 500 designaciones al listado SDN, Specially Designated Nationals and Blocked Persons List por su sigla en inglés  (incluyendo 1 621 entidades y 879 individuos), un aumento del 10 % respecto al año anterior. Antes de esto, el promedio entre 2017–2021 era de aproximadamente 815 designaciones al año. Las designaciones en listas especiales se puede alimentar de inclusión en las listas especiales de funcionarios de naciones que están en conflictos con EE.UU, sin que necesariamente sean parte del crimen organizado financiero y aquellas inclusiones que se originan en el crimen organizado.

Las informaciones existentes indican que, desde febrero de 2022, EE.UU. ha sancionado a más de 200 personas/entidades vinculadas a evasión de sanciones rusas, además de 60 familiares de élites rusas y además, en mayo de 2023, se aplicaron más de 300 sanciones adicionales destinadas a bloquear la cadena militar-industrial rusa.

En el plano de la guerra financiera propiamente dicha están el endurecimiento legal de las sanciones a sectores claves rusos en mayo 2025, bloqueo a la flota fantasma deperóleo ruso, sanciones por injerencia electoral de Rusia e Irán y sanciones mediante congelación de activos por crímenes contra la humanidad en Sudán.

Ejemplo de la guerra financiera contra el crimen organizado son sanciones por hackers norcoreanos, donde se registro robos por más de 620 milles de dólares utilizando cripto para financiar misiles, la Red iraní de lavado mediante Shadow banking y las redes de contrbando de oro en Sudán.

Rusia de su lado, ha ejecutado sus propias acciones, buscando desdolarizar al mundo para disminuir la importancia global del dólar estadounidense, se destacan: acumulación de reservas en oro y yuanes. Venta de bonos estadounidenses, nacionalización de activos de empresas occidentales, pagos de gas en rublos y alianza con China, promover el SPFS (sistema alternativo a SWIFT) y comercio bilateral en yuanes y rupias, incentivos a bancos aliados en Eurasia para usar monedas locales. Presión indirecta a Europa vía suministro energético, entre otros.

Como partes de la guerra financiera propiamente dicha, Rusia estableció aranceles de 35% a bienes de consumo importado de las economías occidentales y entre otros prohibió exportaciones de bienes estratégicos a países no amistoso, incluyendo energía, fertilizantes y metales

Según informaciones procedentes de diferentes fuentes, las medidas de Rusia han generado caída en USD 1,000 millones en las importaciones agroalimentarias y un menor nivel de importaciones desde la Unión Europea valorado en 420 millones de euros.

Rusia también ha desarrollado estrategias contra el crimen organizado financiero. Se destacan limpiezas de bancos involucrados en lavado, sanciones y control a capital offshore ruso, ley de agentes extranjeros que incluye a ONG y personas físicas financiada desde el exterior, operativos contras esquemas piramidales y creación de listas de evasores.

China no se ha quedado atrás, ya sus enfoques se han orientado a responder a la guerra comercial, a la consolidación del yuan digital (proyecto piloto en 4 ciudades), a la promoción de acuerdos de pago en yuanes con Rusia, Irán y Asia Central, reducción continua de tenencia de bonos del Tesoro estadounidense, y entre otros, a liderar nuevo sistema de pagos BRICS+, promociona uso de e-CNY en comercio con el Sur Global.

En la Unión Europea Francia, Alemania han aplicados sanciones, uso de mecanismos fiscales y medidas ambientales con impacto financiero, entre otros. Varios países están interviniendo o han intervenido en este tipo guerra como Irán y Arabia Saudita, Turquía, India, Brasil, Egipto, Hungría, entre otros.

En AL existe una alta dependencia del dólar estadounidense, y además, existe una alta dolarización informal. A esto se le suma la alta deuda externa y los bajos niveles de reservas internacionales, haciendo a la región altamente vulnerable frente a la guerra financiera y aunque República Dominicana está más estable que muchos países, también enfrenta riesgos importantes relacionados con la repatriación de capitales y la inflación importada.

Latinoamericana ha participado indirectamente en la guerra financiera actual. Se incluyen desarrollo de relaciones económicas con países sancionados como Rusia, Irán y Venezuela, recepción de capitales rusos y venezolanos buscando refugios financieros, entre otros. Además, en la lucha contra el crimen financiero organizado ALC han desarrollado estrategias orientadas para mitigar este riesgo, solo que no se tratan de estrategias articuladas de manera integral en la región, si no de manera fragmentada. Los países poseen marcos legales e institucionales, pero la efectividad requiere de profundas mejoras.

Sobre el Nuevo Orden Mundial

Vivimos momentos que suele esperar la pregunta, ¿quién dispara primero sin balas?. En este sentido, EE.UU. ha convertido el dólar, el sistema de mensajería SWFT y la hegemonía del tesoro en arma de disuasión planetaria.

Rusia, Venezuela e Irán han reaccionado con redes financieras paralelas, por ejemplo criptomonedas, bancos alternativos y comercio con monedas occidentales.

China aceleró su ofensiva silenciosa  promoviendo el yuan digital como alternativa al dólar, creación de CIPS (siglas en inglés de Cross-Border Interbank Payment System) es el sistema de pagos interbancarios transfronterizos desarrollado por China como alternativa al sistema SWIFT.

Este nuevo orden que empezó en el 2020 y se continúa desarrollando tiene como centro de poder al BRICS+, liderado por China, diferente al que prevalecía desde la segunda guerra mundial dominado por el G7, FMI y Banco Mundial, bajo el liderazgo de EE.UU. Vamos desde una moneda líder a un liderazgo compartido con otras monedas, es decir, a la diversificación. Vamos de un sistema de pago monopólico (SWIFT) a uno alternativo; además, desde instituciones claves como el FMI, BM y el tesoro al Banco de China. Y entre otros nos dirigimos desde una relación norte sur dependiente en términos crediticios y alineados a una mayor autonomía para países del sur global.

Plan Filadelfia y Guerra Financiera

Quiero concluir con los párrafos siguientes:

En el marco de las transformaciones que siguen evolucionando del sistema financiero global, el llamado “Plan Filadelfia” ha sido interpretado por analistas como una estrategia de reconfiguración financiera silenciosa implementada desde centros de poder económico en Estados Unidos, particularmente desde la Reserva Federal de Filadelfia. Aunque no es un plan oficial ni publicado, el término alude a un conjunto de políticas monetarias y financieras de alta sofisticación, diseñadas para reducir el valor real de la deuda pública estadounidense mediante la manipulación de tasas de interés reales negativas y mecanismos de represión financiera. Este enfoque busca preservar la solvencia del Estado sin recurrir a ajustes fiscales directos, lo que implica trasladar los costos del ajuste al resto del mundo.

Desde la perspectiva de la geoeconomía y las finanzas internacionales, el “Plan Filadelfia” puede ser visto como un instrumento encubierto de guerra financiera, en tanto utiliza el poder sistémico del dólar y del sistema financiero global para redistribuir los costos del sobreendeudamiento estructural de EE.UU. hacia otras economías. Al mantener tasas de interés reales negativas, al mismo tiempo que promueve una sobreliquidez global en dólares, se inducen movimientos masivos de capitales hacia EE.UU., provocando escasez de liquidez en países emergentes, devaluación de monedas y mayor dependencia del financiamiento externo. Esta estrategia se combina con el uso extraterritorial de sanciones financieras y controles sobre sistemas de pagos como SWIFT, reforzando su naturaleza no convencional.

Finalmente, destacamos que estos cambios tienden a consolidarse, pero que de manera creciente la inteligencia artificial incrementará su carácter disruptivos que impactará en las guerras financieras.

Ramón Nicolás Jiménez Díaz

Ramón Nicolás Jiménez Díaz. Doctorado en Negocios Internacionales.. Maestría en Política Económica, con énfasis en Relaciones Internacionales. Maestría en Cumplimiento y Regulación Financiera. Economista, Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Profesor Titular y Director de la Escuela de Economía. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales – UASD. Conductor del programa de televisión: Retos y Desafíos, día a día con Nicolás Jiménez (Cine Visión Canal 19). Conferencista y consultor en temas de política económica, prevención del crimen financiero, integridad institucional y desarrollo. Áreas de Especialización: Negocios internacionales y comercio exterior. Cumplimiento normativo, gobernanza y prevención del lavado de activos. Macroeconomía aplicada y análisis de políticas públicas. Geoeconomía, riesgos globales y relaciones internacionales. rnjimenezdiaz55@Gmail.com

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