Recientemente, hice un comentario para esclarecer y reforzar un llamado inicial (post) en mi perfil de Facebook. Los mismos llamaron la atención a mi amigo y camarada Manuel Salazar, secretario general del Partido Comunista del Trabajo (PCT). Con la sensibilidad y consideración que lo distingue, me propuso eliminar una expresión al parecer inadecuada en el contexto. Consideró que no es la forma habitual en que hago mis críticas a la izquierda. Y creo que la propuesta y sugerencia son acertadas. Procedí a corregirla con un breve mensaje de agradecimiento por la atención. Estos son los comentarios que impulsan este relato breve y, por supuesto, las razones que producen esa polémica expresión.

*Dinámica utilizada: Escribir un enunciado inicial con un objetivo específico. Después se hace una reflexión breve para esclarecer el contenido; incentivar comentarios, conversaciones y debates.

Vamos, pues, al breve diálogo, la corrección y las razones.

Buenos días… La izquierda avanza en la región, tropezando, pero avanza. La nuestra, intentando salir del “charco”. Ayudémosla.

Fortune Modeste Valerio. El silencio cómplice y las críticas destructivas son dos manifestaciones negativas de los revolucionarios cuando se refieren a nuestra izquierda. Y no debe ser. Desde el punto de vista de la teoría revolucionaria, en nada benefician a la revolución. Hay que mantener la frente en alto, con la firme convicción de enfrentar los obstáculos, superarlos para recuperar terreno perdido y ocupar el lugar reservado por la historia. Pero, para esto, hay que salir del "charco". El hoyo cubierto de agua putrefacta que impide avanzar a otros escenarios donde, con independencia, se pueda incorporar al carril correcto, adecuado y llegar a la meta propuesta.

Manuel Salazar. Mi hermano querido. Esos términos no son propios de usted. “Agua putrefacta”. Siga con la crítica, pero como usted sabe hacerla. Un abrazo, hermano.

Fortune Modeste Valerio. Correcto, hermano. Corregido. No es mi intención contaminar mis observaciones.

Corrección de la expresión crítica.. Del hoyo cubierto de “agua putrefacta por agua turbia”. Porque, al fin y al cabo, el hoyo tiene agua.

La atinada observación crítica del camarada Manuel es entendida de inmediato. Es inapropiado exhortar a la unidad para incursionar en la democracia señalando al “silencio cómplice y las críticas destructivas” como manifestaciones dañinas y, de buena a primera, salir con lo de “agua putrefacta”. La utilización de expresiones prudentes, evitando las declaraciones agresivas y lacerantes que contribuyen a adecentar en un espacio muy frágil, un ambiente de respeto, responsabilidad y camaradería. Es necesario proteger el escenario donde se explican conceptos y se sensibiliza el comportamiento para poder fortalecer el proceso, en marcha, de unidad y lucha.

La izquierda busca avanzar junto a otros grupos progresistas en el proceso democrático. A pesar de que algunos se han ido adelante mostrando un comportamiento cuestionable. La participación debe ser “única en su clase” para presentar una alternativa política y electoral transparente y coherente. Con objetivos programáticos de la “nueva democracia”, claros y precisos, que permitan diferenciarla en lo que se refiere a profundizar la democracia para crear un nuevo escenario y producir el gran salto rumbo hacia una nueva sociedad.

Sin embargo, no es correcto permitir que el pensamiento de la burguesía y de la pequeña burguesía oriente la acción de los revolucionarios en lo que respecta a “hacer política” con el fin de obtener nombramientos presidenciales, privilegios y otras desviaciones personales y particulares con marcado sello de clase corrupto y decadente. A pesar de que se avanza en la era moderna, las convicciones políticas e ideológicas, así como los principios éticos y morales, no tienen fechas de vencimiento. No debemos consentir, en silencio, que la izquierda deshonre a nuestros héroes y mártires arriando la bandera de lucha, convirtiendo la “política en un negocio” muy parecido al comportamiento de la derecha y ultraderecha. Por lo tanto, surge lo de “agua putrefacta”.

El derecho al trabajo está consagrado en la Constitución de la República y en la Declaración de los Derechos Humanos. Una prerrogativa que incluye, también, a los revolucionarios. Pero no negociando con la derecha. Concertar acuerdos con el gobierno de turno y al margen de la población para conseguir empleo es inaceptable. Y evita ser incluido en la expresión popular “todos son iguales”. Hay dirigentes y “cuadros profesionales” que han trabajado en todos los gobiernos en los últimos treinta años. Su cédula de identidad personal, en el renglón de oficio, ha cambiado por la de funcionario o empleado público. El cuidado, mucho cuidado, hay que tenerlo. Esa pendiente enjabonada es muy peligrosa.

¡La vuelta no es por ahí!

Los revolucionarios tienen una visión del mundo muy distinta a la de la derecha y la ultraderecha. Participar en democracia capitalista implica aprovechar, sin perder la dignidad, el escenario ideológico y político, con todas las contaminaciones y desventajas estructurales, para ampliar las conquistas democráticas obtenidas, entre otras, en materias de libertades y derechos humanos. Y acompañar a la población en su lucha por mejores condiciones materiales de existencia. Utilizar el proceso electoral para avanzar y “allanar el camino" para alcanzar el poder.

Al terminar, quiero agradecer su atención y el trato decente, cordial y solidario al dirigente revolucionario Manuel Salazar. Es correcto poner interés y cuidado con el lenguaje y expresiones que puedan, sin necesidad, herir, confundir y alejar a nuestros compañeros y camaradas. De “agua putrefacta” a agua turbia, he aprendido a manejar la brújula sin perder el norte.

Fortune Modeste Valerio

Economista

Estoy de regreso a la patria después de permanecer más de 35 años en el exterior. Estudié Contabilidad Superior, Auditoria Interna y Economía en la O y M.

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