Mi relación de más de cuarenta años con el Poeta Mateo Morrison ha sido cíclica, pero constante. Nuestra amistad se renueva con cada encuentro circunstancial o formalmente convocado. En nuestra relación nunca he sentido el peso cultural, social, intelectual y profesional que el representa en la sociedad dominicana, y con sobrada dimensión, en el desarrollo literario de todo el país.

Como casi toda la generalidad de escritores y emprendedores culturales que llegaron ayer al fenómeno cultural de la isla, como aquellos que poseen más de cuarenta años haciendo vida activa en el, saben que el Poeta es un hombre sencillo, con un alto sentido de la amistad y la solidaridad. Definitivamente, no anida Mateo en su subconsciente asumir las poses que dan los cargos estatales, y por lo común hace uso de la parafernalia mediática cuando su presencia así lo amerita.

Good morning Mr. Morrison.

De modo que estamos ante un ser humano de fino trato con sus amigos de siempre y con los que puede conocer en una tertulia literaria, o en la puesta en circulación de uno de sus libros, o de otro autor. Su personalidad irradia accesibilidad constante, aprovechando cada relación con la gente para enseñar, pero de manera humilde, para también aprender de estos.

Con Mateo Morrison, el incansable trabajador sociocultural compartí en el fecundo campus de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), diversas jornadas por la formación cultural del país, y fui testigo de excepción cuando la Dirección de Extensión Cultural Universitaria bajo sus orientaciones ejecutivas, aperturo la segunda etapa del Cine Cultural Universitario.

Un amigo entrañable del Poeta, el intelectual y reputado crítico de cine, profesor de la Escuela de Cine de la Universidad, Humberto Frías Morillo, tuvo la responsabilidad de asumir ese reto gigante de volver a mostrar buen cine a la Familia Universitaria.

Entre ambos se consolidó un fuerte compromiso profesional, y una amistad entrañable que posibilitó la exhibición de ciclos especializados de cine, así como la realización de conferencias, talleres y seminarios sobre la cuestión audiovisual en tiempos en que la industria cinematográfica criolla aún no asomaba su frente al horizonte cultural del país.

Esa relación afectiva e intelectual que Mateo y Humberto llevaron a la práctica durante más de veinte años desde el cine cultural universitario, me hace suponer, que ha dejado latente en el subconsciente del notable escritor la posibilidad de ver convertida en obra cinematográfica una de sus tantas producciones literarias.

Ese deseo vital y necesario del escritor de la novela Good Morning Mr. Morrison, es común a todo escritor local e internacional. Todos desean que sus relatos, obras de teatro, novelas y cuentos sean conocidos por la mayor cantidad posible de público. El cine fue y continúa siendo esa plataforma lúdica que la gente adora porque le permite aislarse durante dos o tres horas de sus compromisos habituales para empezar a vivir momentos trascendentes en otro espacio recreado plasticamente.

En la misma medida en que cinematografías consolidadas como la Brasileña, la Argentina, la Cubana, la Mexicana, La Española, Francesa, La Estadounidense, La China, La Alemana, La Indu, La Rusa, entre otras tantas, respaldan la calidad de sus argumentos en obras literarias, en esa misma dimensión debe hacerlo de manera constante la cinematografía dominicana.

El momento resulta apropiado para que de la novela Good Morning Mr Morrison, surja un buen producto cinematográfico local que impacte en el país, y en los exigentes circuitos internacionales de exhibición, de forma que esa propuesta concite el interés de productores externos por llevar a la pantalla obras literarias de autores nacionales.

Así como los espectadores han podido disfrutar de la adaptación al cine de una novela de autores tan reconocidos como Gabriel García Márquez, Isabel Allende, Mario Vargas Llosa, Laura Esquivel, Juan Rulfo, entre otros autores y autoras notables, también debe nuestro cine asumir esa metodología que en la industria cinematográfica mundial representa más del 50 % de la argumentación creativa de las obras audiovisuales en estos momentos.

Good Morning Mr Morrison, la novela escrita por el recocido y bien estimado Poeta Mateo Morrison, ejemplifica el argumento característico de un grupo familiar nacido al calor de la comunidad barrial para convertirse a puro esfuerzo en un viril conjunto humano tras su independencia educativa, cultural y política.

Cómo podemos leer en la novela basada en la prominente familia Morrison, no sólo en Jamaica y República Dominicana existen familias de su estirpe y coraje. Ese indomable ejemplo familiar se extiende a todo lo largo y ancho del continente americano, dejando a la posteridad rasgos fundamentales mediante los cuales se enfrentan y superan las adversidades de la existencia humana.

Adaptar la novela Good Morning Mr Morrison al cine es una propuesta de gran envergadura Plastica, porque la multidisciplinariedad de contextos creativos que en ella conviven, la podrían convertir en la llave narrativa que tanto requiere el cine dominicano en estos momentos.

Ojalá el Poeta Morrison, el Premio Nacional de Literatura, el Enssyista, el Novelista, el eterno animador sociocultural del país, recuerde los perfiles cinematográficos de su hermano Humberto Frías Morillo, cuando decida con total voluntad conceder los derechos Autorales para la adaptación y posterior realización de la película largometraje de ficción: Good Morning Mr Morrison.

Los espero en la entrega número 4 de esta serie, estimados lectores.-

Agustín Cortés

Cineasta

Agustín Cortés Robles, nace en Santo Domingo, Capital de la República Dominicana el 23 de julio de 1957. Se graduó de Cineasta el 28 de octubre de 1983 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, formando parte de la primera promoción universitaria de cineastas del país. Posee una maestría y una especialidad en Educación Superior (2003-2005) de la misma Alma Mater. Es miembro fundador del Colectivo Cultural ¨Generación 80¨ del país. Ocupó la Dirección de la Escuela de Cine, Televisión y Fotografía de la Facultad de Artes (UASD), durante dos periodos: 2008-2011 y 2011-2014. En esa unidad docente, además de Director, fue coordinador de las cátedras Teoría e Investigación Cinematográfica y Técnica Cinematográfica. Actualmente es profesor jubilado de la indicada Institución de Educación Superior.

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