Los profesores e historiadores Miguel Angel Díaz y Willery Domínguez, han publicado recientemente la interesante obra: Evolución de la dominicanidad desde una perspectiva histórica, étnica y cultural. Ensayo histórico-social sin lugar a dudas de sumo interés, dado lo polémico que todavía es dicho tema en torno a nuestras raíces primigenias.

Además de su indudable interés histórico, la obra tiene trascendencia en la actualidad, retoma la formación de la dominicanidad en medio de las tempestades ideopolíticas que siempre nos han asediado, inclusive con ciertos sectores proclives tratando de negarnos el derecho de ser una nación.
El historiador Alvaro Caamaño en el prólogo nos dice que la obra va más allá de una simple descripción del fenómeno en estudio, desarrollando un análisis crítico reflexivo con un alto nivel de objetividad, […] reduciendo los sesgos que el propio proceso de investigación genera por el efecto de halo”.
Los autores parten desde el sometimiento y exterminio de la raza aborigen taina, y el rol hegemónico del hispano español y los reemplazos indígenas por los negros africanos oprimidos. Acentuando que el dominicano es el resultado de este triángulo geo-antropológico. Resaltando que sus características no se conformaron al mismo tiempo, sino de modo paulatino, es el aspecto básico que persiguen.
Recuerdan la identidad social no es estática ni univoca, si en constante proceso de cambio y diferenciación, manifestada en las experiencias compartidas de las personas que conforman una sociedad.
Enfatizan se trata de un asunto muy complejo determinar la dominicanidad, donde hay que definir los valores que la componen, comunidad étnica, patrones psicosociales, lengua y tradiciones comunes, espacio histórico-geográfico y consolidación sociopolítica de un Estado nacional.
Explican el modelo de la factoría colombina, implementado por Colón y sus huestes de aventureros, como una forma de explotación transitoria y circunstancial que produjo múltiples inconvenientes entre los propios españoles. Resaltando las diferencias entre los modelos de explotación de las factorías colombinas y las encomiendas de Ovando. Ambas en detrimento de los antiguos pobladores de la isla. De acuerdo a los investigadores: “Las medidas de Ovando contribuyeron al retraso de la fusión étnico racial que se gestaba en las administraciones anteriores a la de su gobierno de modo tal, que Ovando propicio una verdadera separación entre el aborigen y el español”.
¿Me preguntó si Colón y Bobadilla no llegarían al mismo pérfido objetivo que alcanzó Ovando dejando en vías de extinción la raza aborigen? No obstante, los autores se acogen a un importante indicio a través del relevo de Ovando por Diego Colón y los enfrentamientos de este tratando de desplazar la oligarquía encomendera que heredó de Ovando. Aunque tendríamos que averiguar si Diego Colón se comportó como un filántropo o lo que todo apunta: otro vulgar explotador de la raza aborigen.
Discurren sobre algo fundamental, los mecanismos de transculturación utilizados por los conquistadores, la imposición de sus costumbres y la evangelización.
Analizan las diversas contribuciones culturales en la genealogía dominicana, afirmando, se […] ha levantado una cultura auténticamente dominicana, cuya ancestral herencia hispánica, africana y aborigen se ha enriquecido por las muchas influencias externas de las que ha sido objeto en el transcurso de su larga historia”.
Describen los aportes de la cultura africana, en nuestro medio y el antillano. Su música, sus bailes, sus hábitos. Coinciden con la explicación que ofreció el historiador dominico-cubano Carlos Dobal, cuando señalaba. “El factor más sólido en el basamento de la nacionalidad dominicana es el idioma español”.
Se adentran en el estudio de nuestros antepasados africanos, destacando la designación de bozales a los importados directamente del Africa y ladinos a los que previamente habían sido conducidos a Portugal o Sevilla. Explicando como eran distribuidos en las Antillas.
Tras un largo recorrido que conduce hasta las devastaciones de Osorio, proceso básico para comprender la división de la isla en dos culturas totalmente diferentes. Poniendo de relieve que esta división insular fue el fruto de las acciones coloniales, de potencias como España, Francia Inglaterra y Portugal en la competencia por el control de territorios americanos.
Los autores se introducen en el tránsito hacia lo dominicano, la influencia del hato ganadero, el minifundio, la plantación azucarera y la finca cafetalera.
Le dedican un espacio al desarrollo del ideal emancipatorio de los criollos o dominicanos-españoles, en cuatro procesos que ubican como la identidad territorial que ha caracterizado a los dominicanos desde las devastaciones de Osorio, los tratados de las potencias coloniales como el de Basilea, la invasión de Dessalines y la guerra de la reconquista o España Boba, hasta forjar el ideal dominicano.
Entre sus conclusiones sobre la consolidación del dominicano y lo dominicano, comentan que se debe tener presente la pertenencia territorial, el desarrollo de una lengua común, los elementos culturales unificadoras y la estructuración étnica que conforman los dominicanos, que se encuentra aún en proceso de evolución.
Sin dudas, Evolución de la dominicanidad desde una perspectiva histórica, étnica y cultural, de la autoría de Miguel Angel Díaz y Willery Domínguez, es un libro que se inscribe en la historiografía dominicana para no pasar desapercibido. Es el enfoque de un tema central, poco valorado y que merece el análisis crítico de todos los amantes del estudio de la historia local.
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