El destacado demógrafo y estadístico Julio César Mejía Santana, en su artículo titulado “El salario mínimo en RD seguirá siendo de pobreza” (publicado el 19 de julio de 2019), señaló:
"Parece necesario reiterar que, dado el rezago de casi una década en los salarios mínimos, su cercanía con la línea de pobreza y el alto porcentaje de trabajadores pobres, el criterio predominante en la fijación y revisión de las tarifas salariales debe basarse en el crecimiento de la productividad y el costo de la canasta básica. De no hacerlo, la República Dominicana seguirá entre los países de América Latina con salarios mínimos por debajo del nivel de subsistencia, pese a su crecimiento económico."
Seis años después, la situación sigue siendo crítica: los salarios mínimos del sector público continúan por debajo del costo de la canasta básica familiar. Mientras el Gobierno ha impulsado aumentos salariales en el sector privado, los servidores públicos han permanecido con el mismo salario mínimo desde 2019.
Un ejemplo ilustrativo lo brinda una viñeta publicada en el periódico El País, donde una doctora le dice a su paciente: “Lo que usted tiene es un salario bajo, la percepción de que todo va peor y la sensación de que se está quedando atrás.” Esta representación se asemeja a la realidad de los servidores públicos con ingresos mínimos y de los pensionados, quienes luchan por sobrevivir con un salario que no cubre ni la mitad de la canasta básica.
El último aumento del sueldo mínimo del sector público ocurrió en 2019, pasando de RD$5,019 a RD$10,000, lo que representó un incremento del 99.24%. Sin embargo, desde entonces, el sector privado ha recibido cinco ajustes salariales, mientras que el sector público sigue rezagado.
En 2019, el sueldo mínimo del sector público cubría el 50.08% del costo de la canasta básica familiar correspondiente al Quintil 1 (extrema pobreza). Para febrero de 2025, esa cobertura ha caído al 35.93%, evidenciando una pérdida del poder adquisitivo de 14.24 puntos porcentuales.
La situación de miles de empleados públicos refleja esta realidad. Por ejemplo, MJP trabaja como Conserje en una institución estatal y percibe un salario de RD$10,000 mensuales. Como madre soltera de tres hijos, ha tenido que conseguir un segundo empleo en una banca de apuestas para completar sus ingresos. Esta doble jornada le impide compartir tiempo con sus hijos, pues al llegar a casa debe cocinar para el día siguiente.
A esto se suma que los aumentos salariales en el sector privado generan inflación, lo que afecta directamente a los servidores públicos que deben comprar en los mismos mercados donde los precios suben, mientras sus salarios permanecen estancados.
El Movimiento por las Pensiones de los Servidores Públicos (MOPESEP) ha reiterado la urgencia de un incremento salarial significativo. Se propone que el sueldo mínimo del sector público cubra al menos el 50% del costo de la canasta básica del Quintil 2, lo que representaría un avance hacia una mayor justicia económica.
El Gobierno Dominicano debe implementar una política de ajuste progresivo que garantice un salario digno para los servidores públicos. Seguir ignorando esta realidad solo agrava la precariedad económica y social de miles de familias. Es momento de dignificar el trabajo de quienes dedican su esfuerzo al servicio del país.
Así mismo, el presidente Luis Abinader debe instruir para que se desarrolle una normativa que establezca la forma en la que debe revisarse y ajustarse el sueldo mínimo del sector público a los fines de que, así como periódicamente se aumentan los salarios mínimos del sector privado, también se realicen al sueldos mínimos del sector público.
El MOPEEP ha sugerido que se valore asumir como Sueldo mínimo del sector público el promedio simple de los sueldos mínimos del sector privado no sectorizado.
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