Sí, insisto en el proceso electoral, porque la vía para alcanzar el poder de gobernar, en estos momentos, está en esa dirección. Y las elecciones, con todas sus anormalidades, son los escenarios ideales. Las oportunidades presentadas dentro del capitalismo pueden ser aprovechadas para hacer avanzar la revolución dominicana.
Aprovecharla con el debido cuidado, como en todo. En política, la lucha de clases lo define todo. Puede caer rendido ante el sistema ideológico y político de la burguesía. Con pretextos, equívocos, etc. Hoy es un equívoco, mañana será una traición al socialismo**. Prudentes lecciones acerca del peligro que significa el capitalismo, de Rosa Luxemburgo.
Nuestra sociedad vive en la actualidad en una etapa histórica de reformas y solo los revolucionarios y progresistas pueden profundizarlas. Los sectores conservadores que han gobernado el país lo han convertido en empresa privada que incrementa sus capitales, enriquece a los políticos corruptos y empobrece a la población.
El momento es ahora, no después. El tiempo es oro. Aprovecharlo con eficiencia y productividad que permita recuperar el tiempo perdido y colocar el litoral revolucionario en el carril correcto para emerger de nuevo, competir electoralmente y variar los pronósticos mediáticos acerca de las próximas elecciones nacionales, presidenciales, congresuales y municipales.
Las debilidades estructurales del montaje de los comicios se pueden enfrentar con soluciones posibles por las instancias pertinentes. Y acompañadas con denuncias públicas y movilizaciones para corregir las desigualdades e iniquidades que favorecen a los partidos mayoritarios. Eso sí, al final no se “escondan a propósito” detrás de las fallas, para a última hora anunciar una abstención electoral, pura y simple, sin sentido.
La izquierda revolucionaria tiene que despojarse del aislamiento y la división que no le permite salir del charco en que se encuentra. Para eso, debe continuar la profundización (protestas, paros, huelgas, etc.) de la unidad de acción (Grupo de los Seis) y ponerse de acuerdo en cuanto al próximo proceso electoral que se aproxima.
Ponderar, con argumentos, sin fanatismo y con objetividad, la situación política, económica y social de la coyuntura en desarrollo. Y de las volubilidades de la geopolítica mundial y en particular de América Latina y el Caribe. Estos son aspectos a considerar que permiten colocar en agendas los puntos de coincidencia y articular una opción política y electoral.
El momento es ahora, no después. El tiempo es oro. Aprovecharlo con eficiencia y productividad que permita recuperar el tiempo perdido y colocar el litoral revolucionario en el carril correcto para emerger de nuevo, competir electoralmente y variar los pronósticos mediáticos acerca de las próximas elecciones nacionales, presidenciales, congresuales y municipales.
El programa debe ser de un gobierno democrático y un progresismo que se corresponda con nuestra realidad. Debe ser resumida en puntos claves con las principales necesidades del país y la población. Descartando pliegos prolongados irrealizables e incomprensibles por la gente. Que las consignas sean dinámicas, oportunas y objetivas. Es decir, el reflejo directo del programa democrático y progresista.
¿Quiénes van a encabezar e integrar la propuesta electoral? Aquí no caben los corruptos. Los progresistas, revolucionarios y sectores democráticos, sociales y populares deben ser la columna vertebral de la opción política y electoral. Nuevos rostros, intelectuales, dirigentes y militantes sindicales, sociales y populares, con ideas claras y comprometidas con una nueva democracia. Es la única manera de ensanchar las reformas democráticas y colocar el país hacia una nueva sociedad.
Por último, la clave del asunto: Que la opción política y electoral sea democrática y progresista: con identidad propia, independiente y con la determinación de ir creando las condiciones que acumulen fuerza y voluntad del voto de la población para desenmascarar y vencer a los políticos corruptos y serviles al poder extranjero.
*Castillo Julio. La izquierda y la revolución. Uruguay: El Chasque 169, octubre 2025.
**Luxemburgo Rosa, artículo Asamblea Nacional: MIA.org francés. Noviembre 1918.
Compartir esta nota