El jurista y profesor universitario Angel Veras Aybar, especialista en política exterior, de nuevo aporta a la sociedad una obra sobre el particular, su muy interesante libro La no intervención y el reacomodo mundial, puesto a circular recientemente en la Biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. No intervención y reacomodo mundial sin dudas un problema real, muy complicado, que Angel Veras nos lo presenta de manera didáctica y objetiva. Una problemática de alto interés en el ámbito geopolítico, zarandeado no solo de tensiones, sino de peligrosos dilemas guerreristas en varios continentes.

Pese a los cambios en el ámbito geopolítico, la intervención político militar en los países dependientes como el nuestro se mantiene incólume, adaptándose a las coyunturas actuales. Por eso, su contrario la no intervención, tampoco pierde vigencia. ¿Se han producido cambios en estos aspectos estratégicos? Claro, se han presentado sustanciales modificaciones en el panorama internacional. Hace cinco lustros se había derrumbado la Unión Soviética y los países que giraban en su entorno, parecía se imponía un dominio monopolar del mundo.
En el ambiente mundial solo quedaba la República Popular China como un desafío aparentemente aislado, pero la práctica ha determinado que su desarrollo económico y social de inmediato se evidenció que era un contrapeso contra el poder hegemónico que a todas luces irradiaban los sectores dominante en los Estados Unidos, de igual modo Rusia como antigua vanguardia de la Unión Soviética, aunque no con sus añejos principios ideológicos emergió de nuevo como una sustancial contraparte política, al igual que importantes países petroleros entre ellos Irán y Turquía, y otros de gran desarrollo económico como la India. En ese ambiente sombrío se albergan esperanzas.
Los grandes potencias vuelven a negociar sus cuotas territoriales. En medio de estos los países del llamado tercer mundo, aturdidos tienen que evaluar el reacomodo del poder ecuménico, porque este nunca estará exento de la intervención en los asuntos políticos, económicos y sociales de sus pueblos. Analizadas todas estas vertientes se impone un reajuste de la resistencia del tercer mundo al hegemonismo de las potencias, principalmente de aquellas que asumen pretensiones de gendarmes globales.
En la obra se describe este proceso desde su génesis hasta el momento presente. El intervencionismo político y militar, el mundo bipolar, la unipolaridad, el ocaso de las políticas globales y sus instituciones como la ONU, OTAN y la OEA, el advenimiento de nuevas alternativas más abiertas a la democratización de la política internacional como el BRICS, sus opciones para el intercambio económico y social sin ínfulas hegemónicas .
Se pasa revista a casos patéticos como el de Afganistán, que se tergiversó hasta que ese pueblo impuso su decisión contra poderes foráneos que intentaban sojuzgarlos, también el cruel genocidio contra el pueblo palestino, que mantiene al mundo en vilo, postrado desde las gradas, cómplice con su silencio ante este crimen de lesa humanidad hasta el extremo que de modo impune han decidido expulsarlos de sus propias tierras, ante la mirada atónita del mundo impotente.
Estupefactos contemplamos el derroche armamentista en Ucrania, donde se invierten miles y miles de millones para favorecer la voracidad de las grandes empresas armamentistas occidentales, que están felices desocupando sus almacenes saturados de armas modernas como misiles, drones, aviones, tanques y demás material bélico moderno que se oxidaban en espera de uso contra los humanos, sin importar las consecuencias.
El autor hace una disección de los organismos creados para viabilizar la paz y pone evidencia las causas de su fracaso en esta labor, empezando por la ONU. Desde su génesis hasta el presente nos describe el rol político, social y económico de este organismo, sus alcances y limitaciones como el poder de veto que detentan las grandes naciones.
Nos ilustra sobre conceptos estratégicos que siempre se han mantenido en la palestra, muchos manipulados como el significado de coexistencia pacífica, que debe ser el eje esencial del respeto a la autodeterminación de los pueblos.
En lo referente a la Organización de Estados Americanos (O.E.A.) bautizada como Ministerio de colonias por un distinguido líder de América, como respuesta a sus desaciertos en la solución de graves problemas regionales. Angel Veras en sus análisis exhaustivos insiste en la necesidad que los pueblos de América se agrupen con un verdadero sentido solidario, a través de una entidad regional que los represente con verdadera sinceridad política.
Con claridad aborda uno de los puntos básicos del intervencionismo, el económico, los aspectos crediticios. Los grandes emporios financieros, no disimulan para cegar líneas de créditos a aquellos países dominados que adopten posturas contestarias contra el nuevo orden económico impuesto por el hegemonismo, mientras a los sumisos les dictan enormes cargas tributarias para mantenerlos atados a su designios.
Como es pertinente Veras Aybar le dedica mucha atención al intervencionismo militar, desarrollado el tema hasta nuestros días con la modalidad de ejércitos mercenarios como las experiencias vigentes, analizando entre otros los casos de Afganistán y Ucrania.

Desglosa de manera objetiva que ha ocurrido con países que han pretendido desembarazarse del dominio hegemónico, han sido neutralizados, tal es el caso del movimiento de países no alineados, que surgió con gran ímpetu pero que ha sido contrarrestado por los poderosos, que se resisten a que los estados dominados asuman su autodefensa.
Estos organismos progresistas sencillamente se retiran cabizbajos del escenario político internacional, sin ruidos, como lo deciden los mandantes para evitar insurgencias contra el “orden”. Una beligerancia más higiénica que la de las cañoneras, pero con el mismo sentido de agresividad contra la autodeterminación de los pueblos.
Otro aspecto clave abordado es el referente a los enclaves militares diseminados en lugares vitales, el ejemplo primordial es Israel, enclavada con los métodos compulsivos más criminales para dominar esa zona trascendental para la economía mundial. En América Central el caso de Honduras y la presencia de bases militares de Estados Unidos, que no presagian nada positivo para la zona.
También se describen los aspectos intervencionistas en relación a los ámbitos culturales y de costumbres, que tienen el objetivo expreso de desvirtuar las esencias nacionales de los pueblos oprimidos.
Nos explica con lujo de detalles el conflicto provocado en la península de los Balcanes, donde la OTAN decidió aprovechar conflictos internos para imponer un enclave siguiendo el viejo modelo de Israel y seccionaron a Kosovo, en perjuicio de serbios y kosovares, imponiendo una supuesta intervención humanitaria, para “salvar vidas”. Tema este de “salvar vidas”, que los dominicanos padecimos de modo crudo primero en 1916-1924 y luego en 1965.
Las grandes potencias y su obsesión de dominio global, están en pleno auge de reacomodar su dominio ecuménico, en todos los frentes, aprovechando en gran medida la inexistencia de una organización de los pueblos dominados que frene de cuajo las ambiciones desmedidas de acumulación de capital, aunque sea a costa de millares de muertos con balas o con hambre aportados por los pobres del mundo.
Angel Veras de nuevo incursiona en un tema de primer orden, vedado en sus proyecciones ideopolíticas, porque es más fácil inhibirlo en sus efectos educativos que en las trincheras liberadoras. Por lo tanto es una obra atrevida, nos refiere un panorama que no solo nos afecta, sino que coarta toda posibilidad de avance social de los pueblos. Sin apelación, es muy placentera la lectura de: El principio de no intervención y el reacomodo mundial.
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