El presidente Luiz Inácio Lula da Silva respondió este miércoles 6 de agosto a la entrada en vigencia de los aranceles del 50% de Estados Unidos, declarando que no es el momento para negociar personalmente con Donald Trump y que consultará los pasos a seguir con los BRICS. Además, Brasil insiste en su postura de no plegarse a las peticiones de Washington de exonerar al exmandatario Jair Bolsonaro.

Brasil  se prepara para contrarrestar los aranceles de Estados Unidos. 

Este miércoles, 6 de agosto de 2025, entraron en vigor los impuestos arancelarios del 50% ordenados por la Administración de Donald Trump a buena parte de los productos provenientes de Brasil que quieran entrar a territorio estadounidense.   

A raíz de esto, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva insinuó aranceles contra los artículos provenientes del país de América del Norte y asegura que planea una estrategia para minimizar los daños a su economía. 

Las medidas económicas de la Administración republicana golpean productos clave de la economía brasileña que son enviados hacia los puertos del norte, como el café y la carne de res. Sin embargo, también hay 694 bienes exentos de las tarifas como el petróleo y los fertilizantes, según la agencia estatal Brasil.   

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Lula asegura que no se plegará a los intereses de la Casa Blanca

En una entrevista con la agencia Reuters, el jefe de Estado de Brasil esbozó los pasos a seguir de su Administración para negociar con la Casa Blanca.   

Lula aseveró que actualmente no ve factibles unas conversaciones directas, debido a que probablemente serían “una humillación”.    

"El día que mi intuición me diga que Trump está listo para hablar, no dudaré en llamarlo", declaró el líder político del izquierdista Partido de los Trabajadores de Brasil en el diálogo concedido desde su residencia presidencial en Brasilia.   

"Pero hoy mi intuición me dice que no quiere hablar. Y no me humillaré", añadió el mandatario.  

Una postura que para el doctor en ciencias políticas de la Universidad de Campinas, Humberto Meza, quien fue consultado por France 24, hace parte de la “diplomacia activa y altiva”, una postura internacional ideada por el excanciller de Brasil y asesor del Gobierno Lula, Celso Amorim.  

“Brasil busca no desarrollar conflictos con otros países, pero tampoco va a aceptar una sumisión. Entonces Lula busca hablar de igual a igual con otros países sin someterse a caprichos internacionales”, explica el politólogo.

Por otra parte, la decisión de la Casa Blanca en contra de los bienes y servicios de la potencia sudamericana han despertado críticas vehementes por parte del Ejecutivo de Brasilia y parte del empresariado brasileño, quienes argumentan que Estados Unidos estaría buscando intervenir en la política de su país, violando su soberanía patria. 

En las últimas semanas, el mandatario del Partido Republicano ha cuestionado el proceder de la justicia brasileña con respecto al caso del expresidente, Jair Bolsonaro, quien es acusado de orquestar un golpe de Estado en 2022, contra el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva.       

“Esto no es una intervención menor. Es el presidente de Estados Unidos creyendo que puede dictar las reglas para un país soberano como Brasil. Es inaceptable", afirmó Lula este miércoles.

Además, las críticas de Washington se centran sobre el juez, Alexandre de Moraes, quien lleva el caso en el Tribunal Supremo y ha dictaminado que el líder político ultraderechista debe estar bajo arresto domiciliario. La semana pasada, el Ejecutivo estadounidense anunció sanciones económicas contra el togado, a raíz de su postura en el juicio contra Bolsonaro.

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Brasil asegura que consultará con los BRICS y acudirá a la OMC  

Durante su entrevista con la agencia de noticias británica, el jefe de Estado de Brasil también dio a conocer que planea llamar a los mandatarios de China e India, países que componen junto a la potencia sudamericana el grupo de los BRICS, para discutir una posible respuesta conjunta a la política arancelaria del presidente Trump. 

"Intentaré conversar con ellos sobre cómo se encuentra cada uno en esta situación, cuáles son las implicaciones para cada país, para que podamos tomar una decisión", declaró Lula.   

Un anuncio interpretado por Humberto Meza como “una búsqueda de Brasil por privilegiar otras centralidades diferentes a Estados Unidos, Lula quiere jugar con otras fichas diferentes a la diplomacia con Washington”.

 Este miércoles, la Casa Blanca se lanzó en ristre contra la Administración de Nueva Delhi, anunciando que impondrá aranceles adicionales del 25% contra los productos indios, argumentando que el país asiático se encuentra importando petróleo desde Rusia, otro miembro de los BRICS.  

Por otra parte, el Gobierno de Brasil anunció que presentó un pedido de consultas con Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para analizar la legalidad de las medidas arancelarias de Washington en relación con las políticas y normas del ente internacional.

Según el comunicado de la diplomacia de Brasilia, las decisiones económicas de la Casa Blanca "violan de forma flagrante los compromisos centrales asumidos por Estados Unidos en la OMC", al sobrepasar los techos arancelarios negociados ante esa entidad.  

Esta es la primera medida en firme del Palacio de Planalto para contrarrestar los aranceles del 50% contra buena parte de sus exportaciones a Estados Unidos. Ahora, la diplomacia de Washington tiene 10 días para iniciar a responder las demandas de Brasil ante la OMC.

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Jair Bolsonaro: en el centro de la disputa entre Lula y Trump  

Luego de semanas de tensiones políticas en el Legislativo de Brasil y protestas en las calles por parte de los seguidores del Partido Liberal, la agrupación a la cual pertenece el expresidente Bolsonaro, el horizonte del dirigente ultraderechista continúa en constante cambio. 

Este miércoles, el juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes flexibilizó las medidas de arresto domiciliario del jefe de Estado de Brasil entre 2019 y 2022. El togado dictaminó que los familiares más cercanos de Bolsonaro, pueden ingresar a su domicilio sin autorización previa.

El lunes, el miembro de la corte más importante del sistema judicial brasileño ordenó que se hiciera efectiva la retención del ultraderechista en su residencia. 

A pesar de la detención del líder político afín al Gobierno de Donald Trump, sus seguidores continúan alegando que se persiste en una “cacería de brujas” con relación a las acusaciones de golpe de Estado.     

Este martes, parte de la bancada del Partido Liberal boicoteó las sesiones legislativas llevadas a cabo en el Congreso, exhortando a los legisladores de otras corrientes políticas a llevar a cabo lo antes posible una votación sobre un proyecto de ley de amnistía para Jair Bolsonaro. 

A su vez, algunos de los miembros de esta formación política de extrema derecha han apoyado la presión ejercida desde Washington, a través de los aranceles para que el expresidente sea absuelto y liberado.    

“El pueblo sabe que la libertad vale más que las exportaciones. Y Moraes lo sabe. Por eso carece de apoyo incluso en el Supremo Tribunal Federal”, escribió en su cuenta de X, Eduardo Bolsonaro, diputado federal por Sao Paulo e hijo del antiguo mandatario.  

Postura duramente condenada por el Ejecutivo de Lula, que condena de forma vehemente “los intentos de intromisión” de Washington en sus actividades internas. 

“Lo que el Gobierno Lula ha dicho es que Trump no puede inmiscuirse en procesos judiciales de Brasil, porque eso compete al espacio nacional y a la soberanía de poderes. Y creo que hay que dejar claro que Lula no está inmiscuido en el proceso contra Bolsonaro”, explica Humberto Meza, quien también es investigador de la Universidad Federal de Río de Janeiro.  

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Aranceles y el caso Bolsonaro: ¿el preámbulo para las elecciones de 2026?

El 4 de octubre de 2026 se realizarán las nuevas elecciones generales de Brasil, en donde los ciudadanos deberán escoger al nuevo presidente del país y los miembros del Congreso Nacional. 

El escenario político es incierto pues Jair Bolsonaro se encontraría inhabilitado para aspirar al máximo cargo público del país, y Lula da Silva aún no confirma si será candidato, el líder político de izquierda tiene 79 años y ha tenido varios problemas de salud a lo largo de este año. 

Según la encuesta más reciente de Datafolha recogida por el diario brasileño Carta Capital, el Partido de los Trabajadores tendría la ventaja en los comicios del próximo año con o sin Lula en el tarjetón. La firma de estadística informó que la agrupación política de izquierda tendría alrededor del 40% de los votos en la primera vuelta.   

Sin embargo, para Humberto Meza, el desarrollo del caso Bolsonaro y la presión de Washington sobre Brasilia, tendrán un papel central en la carrera al Palacio de Planalto.  

“Las presiones de Trump también tienen que ver con las elecciones del próximo, Bolsonaro continúa fuera del juego a menos de que el Congreso apruebe una amnistía para él, y no es fácil que el expresidente logre recuperar sus derechos políticos”, asegura el doctor en Ciencias Políticas. 

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Con EFE, Reuters, AP y medios locales

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