Cuba siguió siendo la capital global del salto triple, Jakob Ingebrigtsen se apuntó las únicas coronas que le faltaban y, por primera vez en la historia de los campeonatos globales bajo techo, dos hombres estuvieron por encima de los seis metros en la garrocha. En un año donde habrá tres mundiales de pista y campo, estas son las actuaciones más sobresalientes del primero de esos eventos.
El Mundial Indoor de Nanjing debía disputarse en 2020, pero la pandemia obligó a aplazamientos para 2021 y luego para 2023. Para esta última fecha, el confinamiento en China todavía no se había flexibilizado lo suficiente como para que fuera viable, y se reprogramó para 2025.
Este año prevé de nuevo campeonatos globales bajo techo y al aire libre el mismo año, como ocurrió en 2022 con Belgrado y Eugene, y como sucedía hasta 2003, antes de que pasaran a celebrarse de forma alternada. Además, se sumará el Mundial de Relevos de Guangzhou, también en China, en mayo.
Cuba capital global del salto triple
Dos atletas nacidos en Cuba, uno de ellos representando a Italia, se quedaron con las coronas de salto triple en Nanjing, lo que marca un dominio cada día más acentuado de la isla.
Esa hegemonía alcanzó su pico máximo en los Juegos de París 2024, donde los tres ocupantes del podio masculino fueron cubanos (Jordán Díaz Fortún, Pedro Pablo Pichardo y Andy Díaz), pero ninguna de las preseas fue para la cuenta de la isla, porque todos defendían para el momento otras banderas.
En Nanjing, Leyanis Pérez se impuso en femenino y Andy Díaz (campeón europeo unas semanas antes con Italia) en masculino, ella formada por Ricardo Ponce, él por el excampeón mundial Yoelbi Quesada, pero ambos parte de una escuela que ha sido protagonista en el salto triple mundial desde hace más de 25 años.
Pérez hizo su tercera mejor marca de por vida, un 14,93 m en su único intento válido de la competencia, que la puso al frente en la lista de los mejores saltos del año a nivel mundial, mientras que Díaz hizo el quinto mejor registro de la historia en pista cubierta, récord personal y la mejor marca bajo techo en 15 años, 17,80 m, para reinar entre los hombres.
No solo eso, sino que otra cubana, Liadagmis Povea, se quedó con el segundo lugar, y esa coincidencia de dos atletas de la isla en el podio no se había dado ni siquiera en los tiempos en que Yargelis Savigne y Yamile Aldama compartían el dominio del salto triple mundial.
La campeona defensora y monarca olímpica, Thea Lafond de Dominica, se quedó fuera del podio y la ama y señora del triple, la venezolana Yulimar Rojas, no regresó a tiempo de su lesión para buscar la marca de clasificación.
Entre los hombres, fue el tercer título mundial en pista cubierta para un cubano, luego de Yoel García en 1997 y Lázaro Martínez en 2022, pero el primero para uno que no representa a la isla, como Díaz.
El resultado, que implicó superar sus propios límites personales, lo deja en inmejorable posición para retar a sus excompatriotas Díaz Fortún y Pichardo cuando vuelvan a encontrarse en septiembre en Tokio, o incluso antes, en la Liga Diamante.
Fin de la sequía para Ingebrigtsen
El noruego Jakob Ingebrigtsen ya tenía dos oros olímpicos, dos mundiales al aire libre y 13 coronas europeas (entre torneos bajo indoor y outdoor), cuando comenzó su participación en Nanjing.
No había ganado nunca los 1500 m de un campeonato global, y venía de la humillación en esta prueba en París 2024, donde quedó fuera del podio en un remate para el que no tuvo fuelle.
En China, todo eso cambió. Por primera vez se quedó con una corona de 1500 en un evento grande, y logró dos doradas en total, gracias a su victoria en los 3000 m.
De esta forma, se convirtió apenas en el segundo hombre de la historia que conseguía dos títulos en la misma edición del Mundial bajo techo, luego de una leyenda del fondo, el etíope Haile Gebrselassie, que consiguió el mismo doblete en 1999.
Y todo esto ocurrió horas antes del inicio del juicio en Noruega contra su padre Gjert, a quien él y su hermana Ingrid acusan de haber ejercido violencia física y psicológica contra ellos durante el tiempo que fue entrenador de ambos, un verdadero desafío a la solidez mental en la que Ingebrigtsen ha basado sus éxitos.
Ninguno de los tres hombres que lo antecedieron en los 1500 m de París 2024 estuvo presente en Nanjing, y en los 5000 m de los Juegos Olímpicos, la prueba olímpica equivalente a los 3000 m que dominó en pista cubierta, tampoco estuvo ninguno de los rivales a los que luego venció en China, de modo que el torneo dio pocas luces de los que puede suceder en Tokio.
Un inusitado susto para Duplantis
Armand Duplantis está acostumbrado a ganar sin mayor oposición. Suele comenzar a buscar sus cada vez más frecuentes récords mundiales cuando ya todos sus rivales están eliminados. No esperaba que en Nanjing terminara sin opción de intentar la plusmarca, demasiado agotado por la pelea que le dio el griego Emmanouil Karalis.
Apenas tres semanas después de haber impuesto su undécimo hito universal, el 6,27 del festival Estrellas de la Pértiga de Clermont-Ferrand, Duplantis se encontró inusitadamente acorralado por un jovencito al que dominaba desde sus tiempos de atleta menor.
El sueco y el griego compartieron el podio del Mundial Sub17 de Cali 2015, una de las primeras veces que se encontraron. En París 2024 volvieron a medirse, repitiendo las posiciones de Colombia: oro el primero y bronce el segundo, pero con 35 centímetros de diferencia.
En Nanjing 2025, fueron solo 10 los centímetros que los separaron. Duplantis llegó a fallar su primer intento en 6,10 m, con Karalis ya dispuesto a intentar esa altura, pero se recompuso y terminó imponiéndose en 6,15.
Dieciocho de los 20 mundiales bajo techo que se han realizado fueron ganados con marcas iguales o por debajo del 6,05 que marcó Karalis, campeón europeo unas semanas antes en Apeldoorn, Países Bajos.
Por primera vez en la historia de los campeonatos del orbe en pista cubierta, dos hombres estuvieron por encima de los seis metros, algo que solo ocurrió en una ocasión en mundiales al aire libre y jamás en Juegos Olímpicos.
Al final, el triunfo sobre Karalis representó para Duplantis convertirse, junto al vallista estadounidense Grant Holloway, en uno de los apenas dos hombres que han sumado tres títulos consecutivos en torneos globales bajo techo.
Pistas para la temporada al aire libre
Muy pocas de las grandes figuras del atletismo decidieron abrir la temporada tan pronto. Casi todas prefirieron preservarse del desgaste de la competencia indoor y concentrarse en prepararse para el verano en Tokio.
De allí que se viera a la campeona olímpica y plusmarquista mundial de salto alto, la ucraniana Yaroslava Mahuchikh, en un inusual tercer lugar, a 15 centímetros de su récord de 2,10, o a un protagonista inesperado en los 60 m planos, el ganador de oro Jeremiah Azu de Gran Bretaña.
Sin embargo, sí se pudieron sacar algunas conclusiones de cara a los próximos mundiales de 2025, como el dominio de las postas estadounidenses 4×400, llamadas a brillar también en los relevos de Guangzhou.
Otra pista para lo que resta de la campaña vino del cerrado duelo en el salto largo entre el juvenil italiano Mattia Furlani y el jamaiquino Wayne Pinnock, que deben ser los grandes rivales de Miltiadis Tentoglou, o incluso sus herederos, si el griego cumple la amenaza de pasar al triple.
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