Más de 50 países afectados por la política arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump, buscan hablar con el mandatario para negociar los gravámenes, afirmó este domingo 6 de abril el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Kevin Hassett.
La Administración de Donald Trump afirmó este domingo 6 de abril que más de 50 países se habían comunicado con la Casa Blanca para negociar sobre los aranceles impuestos por Washington.
"Más de 50 países se han acercado al Gobierno para reducir sus barreras comerciales y aranceles", dijo el secretario del Tesoro, Scott Bessent, en la cadena NBC el domingo 6 de abril.
"Anoche recibí un informe del Representante de Comercio según el cual más de 50 países se han puesto en contacto con el presidente para iniciar una negociación", expresó en el mismo sentido el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Kevin Hassett.
Donald Trump, cuyos anuncios han hecho caer los mercados y provocado conmoción en el resto del planeta, acusa a los socios económicos de Estados Unidos de "saquearlos".
Como resultado, decidió imponer un arancel universal del 10% a todos los productos importados a Estados Unidos, que entró en vigor el sábado.
El gravamen se incrementará a partir del miércoles 9 de abril para varias decenas de socios comerciales importantes, en particular la Unión Europea (20%) y China (34%).
"Vamos a ver si lo que nos ofrecen es creíble", explicó Bessent, "porque después de 20, 30, 40, 50 años de mal comportamiento, no se puede empezar de cero".
China respondió inmediatamente a los nuevos gravámenes estadounidenses anunciando sus propios cobros aduaneros, mientras los líderes europeos intensificaron los contactos durante el fin de semana antes de una reunión de ministros de Comercio Exterior de la Unión Europea en Luxemburgo el lunes para preparar "la respuesta europea a Estados Unidos".
"El mundo tal como lo conocíamos ha desaparecido", resumió el primer ministro británico, Keir Starmer, respecto a este desafío al orden comercial global.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tiene previsto reunirse el lunes con Donald Trump en Washington para discutir, entre otras cosas, el nuevo arancel del 17% que Estados Unidos planea imponer a Israel.
Por su parte, el máximo líder de Vietnam, el secretario general del Partido Comunista, To Lam, ha pedido un retraso de "al menos 45 días" antes de que entren en vigor los aranceles del 46% sobre la producción vietnamita exportada a Estados Unidos.
Este aplazamiento, según él, daría tiempo a los dos países para "llegar a un acuerdo lo más rápidamente posible".
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"Sin aplazamientos"
Pero el secretario de Comercio de Estados Unidos , Howard Lutnick, advirtió el domingo que "los aranceles están llegando" y no estarán sujetos a exenciones negociadas inmediatamente.
"No habrá ningún aplazamiento", insistió el ex director de la casa de bolsa Cantor Fitzgerald.
"Este no es el tipo de cosas que se puedan negociar en unos pocos días o semanas", advirtió Scott Bessent, sugiriendo que estos impuestos podrían permanecer vigentes al menos durante varios meses.
La Administración Trump también está dejando de lado el viento de pánico que sopla en los mercados financieros: Wall Street vio desaparecer más de 6 billones de dólares en capitalización de mercado en dos días, según el índice Dow Jones US Total Stock Market.
Los mercados mundiales no se salvaron: el mercado bursátil saudí abrió la semana con una pérdida del 6,78%, su mayor pérdida diaria en cinco años.
"Solo se puede perder dinero si se vende. Y ahora mismo, la estrategia inteligente es no entrar en pánico", declaró a Fox News Peter Navarro, asesor empresarial del multimillonario republicano.
Los países que han propuesto iniciar conversaciones "lo hacen porque entienden que estarán sujetos a una porción significativa de estos aranceles", dijo el asesor económico jefe de la Casa Blanca, Kevin Hassett.
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Se opuso así a la tesis según la cual estos nuevos impuestos penalizarían principalmente a la economía estadounidense, aunque admitió que podría haber "aumentos de precios".
"No creo que vayamos a ver un gran impacto en los consumidores de Estados Unidos", insistió.
Sin embargo, la mayoría de los economistas prevé que los nuevos aranceles a los bienes importados a Estados Unidos provoquen una aceleración de la inflación y una desaceleración del consumo.
Cuando se le preguntó por qué Rusia no estaba en la lista de países gravados, el asesor económico señaló las negociaciones en curso con Moscú y Kiev sobre la guerra en Ucrania.
"Creo que el presidente tomó la decisión de no mezclar los dos temas", dijo.
La Casa Blanca explicó este miércoles que países como Corea del Norte y Rusia no se vieron afectados porque están sujetos a sanciones estadounidenses, que ya bloquean cualquier comercio significativo.
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Con AFP
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