El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, fue condenado por la Audiencia Nacional a pagar 10.800 euros a la futbolista por propinarle el beso durante la entrega de medallas del Mundial femenino de Australia 2023 que ganó la selección española. Rubiales tampoco podrá acercarse a menos de 200 metros de la deportista, aunque fue absuelto del delito de coacción, junto con otros miembros del staff de la selección, y no tendrá pena de prisión. 

La Audiencia Nacional dictó sentencia en uno de los casos más polémicos de los últimos años: el beso que Luis Rubiales dio tras la final del Mundial femenino a la futbolista española Jenni Hermoso. El tribunal español, encargado de juzgar delitos en el exterior, confirmó que el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) cometió un delito al besar sin consentimiento a Hermoso, algo que es considerado agresión sexual, y por ello deberá pagar una multa de 10.800 euros. 

El fallo judicial también prohíbe que se acerque a la deportista a menos de 200, interponiendo entre ellos una orden de alejamiento. Sin embargo, Rubiales fue absuelto del delito de coacciones por el que también estaba siendo investigado junto con Albert Luque, exdirector de la selección masculina; Jorge Vilda, exentrenador de la selección femenina; y Rubén Rivera, ex responsable de marketing de la RFEF.  

Las investigaciones trataron de averiguar si estas tres personas coaccionaron a Jenni Hermoso y a sus compañeras para que salieran en público a restar importancia a la polémica que generaron las imágenes con este beso, durante la entrega de medallas del Mundial. Su absolución hace que las penas pedidas por la Fiscalía, de dos años y medio de prisión para Rubiales y de año y medio para el resto, no se produzcan. 

El magistrado José Manuel Clemente Fernández-Prieto, responsable del Juzgado Central de lo Penal, especificó en su auto que "Luis Manuel Rubiales, sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos, y de manera sorpresiva y sin consentimiento ni aceptación de la jugadora, le propinó un beso en los labios", un acto considerado como agresión sexual. 

La polémica saltó en medio de la celebración del que fue el primer Mundial femenino de fútbol ganado por la selección española. El conjunto ibérico hizo un torno espectacular en Australia en agosto de 2023, y cuando las jugadoras se disponían a recoger sus medallas el 20 de agosto de ese año, Rubiales —quien ya había sido protagonista por realizar gestos obscenos desde el palco previamente— propinó el beso a Hermoso, que fue grabado por las cámaras de todo el planeta. 

Luis Rubiales fue inhabilitado por la FIFA de su cargo el 26 de agosto, y aunque en un inicio la polémica aumentó por su negativa a dimitir como presidente, sucumbió ante la presión pública y dejó su cargo el 10 de septiembre de 2023. 

Un juicio mediático

El juicio en el que se recogieron los testimonios de varias de las principales figuras de la selección española fue ampliamente seguido por local e internacionalmente. Durante el juicio, el abogado de la futbolista, Ángel Chavarría, aseguró que se trataba de un “sometimiento” y que —contrariamente a lo que afirmó Rubiales— nunca hubo un consentimiento.  

Además, sentenció que el expresidente de la RFEF nunca debió haber besado a la jugadora, incluso si le hubiera pedido su consentimiento. Según el abogado, dado que existía una relación de poder o superioridad jerárquica por parte de Rubiales.  

"Nunca debía haber pedido el consentimiento, ni pasársele por la cabeza" pedírselo "a una persona que jerárquicamente estaba por debajo y bajo sus instrucciones", afirmó.

Durante la octava jornada del juicio, Chavarría argumentó que no hay “ninguna prueba que acredite” que Hermoso dio su consentimiento y que ocurrió "de manera sorpresiva". Añadió que "no había posibilidad de escaparse", dado que tenía sujeta la cabeza de Hermoso.

En cuanto a la abogada de Rubiales, Olga Tubau, reiteró el argumento de que sí hubo consentimiento, aludiendo a un video —presentada por la defensa— en el que supuestamente el expresidente de la RFEF le pide a la jugadora “un besito”. En la toma no se ve la respuesta de Hermoso. 

Por otro lado, hizo referencia a un video de las jugadoras españolas en las que les ve celebrando el triunfo en el vestuario, donde se las veía "buen humor, alegría y cierta euforia".

"Puede no haberle gustado el propio contacto físico en ese escenario o la repercusión inmediata que tuvo en España y en otras partes del mundo ese beso", pero eso "no invalida el consentimiento, ni convierte esa conducta en un delito", subrayó Tubau.

También durante el juicio, la propia jugadora aseguró que se sintió “poco respetada”. “Me estaba besando mi jefe y eso no debe ocurrir”, sentenció. Hermoso dijo que no estuvo de acuerdo con el beso y que manchó uno de los días que debió ser uno de los más felices de su vida.  

"Todo esto significó que no pude disfrutar en absoluto de ser campeona del mundo después de aterrizar de regreso en Madrid", detalló Hermoso. 

En cuanto al consentimiento, Hermoso aseguró que “nunca” aceptó el beso. "No escuché ni entendí nada (…) Lo siguiente que hizo fue agarrarme de las orejas y besarme en la boca (…) Me sentí irrespetada", aseveró Hermoso, mientras respondía preguntas durante más de dos horas.

Además, en su declaración aseguró que aseguró ese día se encontró con Rubiales, quien le abría pedido grabar un video juntos debido a la polémica que se había desatado en redes sociales.

"Le dije que no, que no iba a hacer nada, que yo no era la causa de esto", aseveró. 

Por su parte, Rubiales dijo estar "totalmente seguro" de que Hermoso le dio su consentimiento para que le diera el "besito" en los labios tras la victoria en el Mundial de 2023. Además, lo catalogó como un "un signo de cariño" o una "manifestación amistosa".

"Metí la pata (…) Pero de ahí a que haya delito… para nada", argumentó.

Rubiales también se defendió de la acusación de coacciones, al negar que presionase a la jugadora.

#SeAcabó, el movimiento derivado del caso

Poco después del hecho, las jugadoras de la selección se pronunciaron en redes sociales, mandando un mensaje de solidaridad con Hermoso y también alzando sus voces contra las violencias persistentes en el mundo del fútbol femenino. Entonces, escribieron múltiples tuits con el hashtag #SeAcabó. 

Lo que primero fue una muestra de respaldo por parte de sus compañeras a Hermoso, se convirtió en un movimiento mucho más amplio que inundó las redes sociales de múltiples países a lo largo del mundo. Muchos lo han catalogado como el #MeToo de la esfera deportiva. 

Esto desató una ola de protestas en contra del machismo en el deporte femenino, que tomó aún más amplias dimensiones tras la primera reacción del expresidente de la RFEF, quien dijo que no iba a dimitir del cargo.

En paralelo, Hermoso denunció el beso como un acto no consentido y la FIFA lo suspendió temporalmente y, en septiembre, terminó por dimitir. Entre las primeras consecuencias estuvo la reorganización de la Federación con la salida del exentrenador Jorge Vilda y otros directivos. Además, impulsó cambios en la Ley del Deporte en España, con el objetivo de reforzar la protección de las deportistas ante casos de acoso y abuso.

El movimiento también llegó a las pantallas, el año pasado Netflix estrenó un documental con el mismo nombre: Se acabó. En él se ve a las principales jugadoras de la selección y a la propia Hermoso ahondando sobre el caso. Además, se entrevistan a expertos en derecho deportivo, activistas por la igualdad de género y figuras clave que vivieron de cerca el conflicto.

Más allá de la esfera deportiva, el movimiento reabrió la discusión sobre el consentimiento en España y múltiples organizaciones feministas redoblaron su compromiso con luchar para acabar con estas dinámicas. 

Con EFE, Reuters y medios locales

France24

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