En 2003, Darfur se convirtió en un símbolo de horror. Miles de personas se refugiaron en los países vecinos, miles fueron asesinados (se calcula que unas 400.000 personas), unos hecho que fueron calificados por Estados Unidos como "genocidio". Una guerra inflamada por intereses y rivalidades étnicas que tras años de conflicto llevó a una frágil tregua.
20 años después, facciones rebeldes de aquellas milicias han vuelto a acorralar la zona (rica en minerales, sobre todo oro) para hacerse con el poder.
A finales de octubre, tras 18 meses de asedio, militares de las llamadas Fuerzas de Apoyo Rápido (antes aliados del actual gobierno de Jartum) ocuparon la ciudad de Al-Fashir, el último bastión que quedaba sin ocupar, y cometieron una masacre que la Corte Penal Internacional ya investiga, tras el asesinato de al menos 2.000 personas en apenas unas horas.
Leer tambiénGuerra en Sudán: la ONU ordena investigar las denuncias de atrocidades en Al-Fashir
No se conocen las cifras con exactitud: la región está sometida a un bloqueo en que apenas quedan organizaciones no gubernamentales o periodistas que puedan reportar sobre la situación.
Las estimaciones de la ONU calculan que al menos 150.000 personas han sido asesinadas en los últimos dos años, pero se teme que las cifras sean mucho más altas.
Salih Mahmood Osman, galardonado con el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo en 2007, alerta que la situación es grave y teme “un efecto contagio” que se propague más allá de las fronteras de Sudán.
Desde hace 20 años, este abogado sudanés defiende a las víctimas y sobrevivientes perseguidos desde que estalló el conflicto en Darfur a principios del siglo XXI.
Fue encarcelado numerosas veces por su labor, fue miembro de la Asamblea Nacional de Sudán entre 2005 y 2010. Tras temer por su vida y la de su familia, actualmente está refugiado en otro país del continente que France 24 prefiere no desvelar por la seguridad del entrevistado.
France 24: A finales de octubre, las Fuerzas de Apoyo Rápido tomaron la ciudad de Al-Fashir, en Darfur, algo que se temía desde hace tiempo…
Salih Mahmood Osman: Lo que ocurrió en Al-Fashir es solo un ejemplo de lo que lleva ocurriendo desde hace dos años en Darfur.
Lamentablemente, lo que ocurrió en Al-Fashir es una continuación del genocidio que se produjo en 2003.
Teníamos indicios de que esto iba a pasar porque se produjo un asedio de 18 meses, esto es casi dos años. El mundo lo estaba viendo. Hubo masacres y atrocidades que ocurrieron ante los ojos de todo el mundo.
Estos terribles crímenes son básicamente un genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. Se reportaron crímenes, violaciones contra mujeres y niñas, especialmente contra las tribus indígenas africanas.
France 24: ¿Qué está ocurriendo actualmente en Darfur?
S.M.O: Es un conflicto para obtener tierra y más tierra y recursos. Actualmente, la mitad de Sudán y todo Darfur está ocupada por las Fuerzas de Apoyo Rápido o por sus aliados, algunos de ellos incluso de fuera del país.
Si el mundo no para esta guerra, este conflicto va a tener un efecto contagio más allá de las fronteras de Sudán. Esto puede desestabilizar a toda la región.
France 24 ¿Ha tenido algún contacto con víctimas de Al-Fashir?
S.M.O: En mi calidad de abogado de Derechos Humanos estuve en contacto permanente con sobrevivientes de Al-Fashir durante el asedio de la ciudad. Pero perdí el contacto desde la caída de la ciudad a causa del bloqueo y me temo que han sido asesinados o siguen dentro de la ciudad ocupada, pero nadie sabe nada de ellos.
Leer tambiénGuerra en Sudán: el grupo paramilitar FAR acepta plan de tregua en medio de la catástrofe humanitaria
France 24: Volvieron a ocurrir de nuevo los mismos crímenes que hace 20 años. Darfur es el origen de un conflicto que no se resolvió, ¿qué falló?
S.M.O: Falló que en este tiempo la Justicia estuvo ausente. La rendición de cuentas no estuvo presente. Si el mundo fuera un lugar serio, la impunidad no seguiría, y se habría impedido que se cometieran nuevas violaciones.
Pero los perpetradores de entonces, que incluso fueron identificados por la Corte Penal Internacional, no han sido condenados, nadie está hablando de la necesidad de llevarlos ante la Justicia. Solo uno de ellos ha sido condenado (a principios de octubre, Ali Muhammad Ali Abd-Al-Rahman).
Ante ello, existe una cultura de impunidad que permite a los perpetradores actuales seguir cometiendo sus crímenes.
El papel internacional
Al menos seis países apoyan a uno u otro bando o tienen intereses que inflaman el conflicto. A pesar de que la Unión Europea ha hecho llamamientos para la paz y ha aplicado nuevas sanciones, el bloque mantuvo el silencio en condenar el papel de los países que están implicados, especialmente Emiratos Árabes Unidos.
Los Veintisiete negocian actualmente un acuerdo comercial con el país, que consideran clave para diversificar las relaciones comerciales, especialmente en combustibles fósiles.
France 24: Usted lo dijo anteriormente, lo que ocurre en Sudán se produjo ante los ojos del mundo, pero apenas se está hablando y Occidente está callado…
S.M.O: Es muy triste, frustrante y decepcionante, porque en la Unión Europea se habla siempre de los valores europeos. Hace años existió un apoyo por la causa en Darfur, pero ahora es inexistente, y la situación no solo empeoró en Darfur, sino en todo Sudán.
16 millones de personas fueron obligadas a abandonar sus casas, 26 millones de personas no tienen acceso a sus necesidades más básicas. La ayuda humanitaria está completamente bloqueada, la guerra impide cualquier acceso.
La prioridad tendría que ser el fin de la guerra porque el conflicto se extiende. Esto es una catástrofe humanitaria y Naciones Unidos no está, la Unión Africana no está.
No vemos ningún acto, solo comunicados de condena y ningún acto. Los comunicados no son lo que ayudan a la población civil de Sudán, son los actos.
France 24: A finales de noviembre se celebra una cumbre Unión Europea-Unión Africana en Angola. ¿Confía que durante esta reunión aumente la presión para un alto el fuego?
S.M.O: Durante las conversaciones que he tenido en el Parlamento Europeo estos días, tengo la sensación de que la Unión Europea quiere abordar el conflicto.
La Unión Europea y la Unión Africana pueden coordinarse junto a otros países de la región para que influyan en la situación en Sudán y encontrar formas de parar urgentemente el conflicto, porque puede afectar a toda la zona.
France 24: Precisamente, sobre el papel de la UE. Usted aseguró recientemente que existe la creencia en Sudán de que la Unión Europea apoya a las Fuerzas de Apoyo Rápido…
S.M.O: Sí, porque ha habido incidentes en que la UE ha tenido algún tipo de cooperación con las Fuerzas de Apoyo Rápido. Hace unos años (en 2014) la Unión Europea adoptó un acuerdo migratorio llamado Proceso de Jartum en el que decidió cooperar con la dictadura de Omar Al-Bashir y, por lo tanto, también con las RSF (entonces fuerzas paramilitares que apoyaban al gobierno) para que tomaran medidas contra la migración hacia Europa.
Por entonces, pedí explicaciones a la Unión Europea y aseguraron que no cooperaban con las RSF y que no se les había dado dinero, sino que ofrecieron “asistencia técnica” para el control de la migración.
Yo entonces les contesté: “La asistencia técnica también significa dinero”. También mantuvieron contactos con estas fuerzas después de las protestas (que derrocaron la dictadura en 2019), estos incidentes provocaron que un gran número de sudaneses rechacen ahora a la Unión Europea.
France 24: El conflicto en Sudán es muy complejo porque no solo se está produciendo una guerra civil, sino que existen muchos intereses de países extranjeros que alimentan el conflicto y apoyan a una u a otra facción.
S.M.O: Sí, el mundo lo sabe: Emiratos Árabes, Egipto, superpotencias como China y Rusia, Turquía. Todos ellos contribuyen y alimentan el conflicto e interfieren en la situación en Sudán, todo ello por sus propios intereses económicos. También por la geopolítica, y la situación geográfica de Sudán, hacen parte de las razones por las que compiten.
También está el Mar Rojo, un lugar de conflicto para grandes potencias como Rusia, Estados Unidos, China e Irán. Muchos de estos países están enviando armamento a las dos partes enfrentadas. Por eso pedimos sanciones y un embargo de armas a estos países.
Leer tambiénEl secretario general de la ONU advierte que la situación en Sudán se está "saliendo de control"
La importancia de la rendición de cuentas
France 24: Usted es un gran defensor del papel de la Corte Penal Internacional, ¿confía en que de una vez por todas se pueda empezar a hacer Justicia?
S.M.O: Sí, es algo que pedimos desde hace años, las víctimas, supervivientes, los defensores de Derechos Humanos. La Justicia es imprescindible, incluso antes de instaurar la paz, porque la Justicia puede proteger a futuras víctimas.
La Justicia puede tener un efecto disuasorio para que los potenciales perpetradores no continúen matando gente, evitar que cometan terribles violaciones contra mujeres y niñas. Conocemos casos de niñas de incluso siete años víctimas de violaciones, abusos que suelen ocurrir delante de sus familiares, como padres, hermanos o hijos.
El fin es humillar a la población y suele producirse contra las tribus africanas indígenas, que han sido un objetivo desde hace ya más de 20 años en Darfur. También hemos visto desde abril cómo cada vez más niñas son secuestradas y vendidas. Esta es ahora mismo la situación.
France 24: Usted mismo fue víctima de persecución en su país, encarcelado arbitrariamente varias veces, también miembros de su familia y denunció incluso torturas. ¿Tiene miedo por su integridad en este momento?
S.M.O: Sí, fui detenido cuatro veces, sobre todo entre 2018 y 2019 por mi labor como abogado de Derechos Humanos y defensor de las víctimas de Darfur. Puedo decir que la situación actualmente en Sudán es un lugar hostil para mí y para otros defensores de los Derechos Humanos, por parte de las FAR y del Gobierno porque nos ven como enemigos, porque hablamos de violaciones, de Justicia. Tienen, directamente, pánico a la Justicia.
Compartir esta nota