El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, declaró a la televisión estatal que su país está listo para considerar una propuesta nuclear “razonable, equilibrada y justa” de Estados Unidos, pero descartó que haya intenciones de normalizar relaciones con Tel Aviv, mientras otro funcionario advertía sobre futuros focos de conflicto, luego del alto el fuego entre Israel y Hamás.

Irán podría escuchar una propuesta en materia nuclear por parte de Estados Unidos, siempre que sea “razonable, equilibrada y justa”, y respete su derecho a enriquecer uranio. Así lo dejó saber el canciller iraní Abbas Araqchi en declaraciones a la televisión estatal de su país.

Es un giro en la retórica del gobierno iraní, que podría responder a la nueva realidad de sus capacidades militares, aparentemente mermadas por la llamada “guerra de los 12 días” con Israel en junio pasado, a la que luego se sumó un ataque de Estados Unidos que habría comprometido seriamente su programa nuclear.

Araqchi también dijo que Irán está dispuesto a hacer esfuerzos para demostrar “la naturaleza pacífica de su programa nuclear”, pero para ello debe percibir señales de buena fe por parte de Washington, “levantando parte de las sanciones”.

A pesar de varias rondas de negociaciones, Irán y Estados Unidos no han alcanzado un punto de acuerdo en torno al programa nuclear de Teherán, que su gobierno sostiene que responde a fines pacíficos, puramente energéticos, y que tanto los norteamericanos como sus aliados europeos perciben como dirigido a fabricar armas.

El enriquecimiento de uranio es precisamente el punto de discordia, porque los gobiernos occidentales lo ven como una amenaza constante del desarrollo de bombas atómicas, y buscan suprimir el proceso.

Las concesiones de Araqchi se limitaron a las propuestas de Estados Unidos sobre su programa nuclear, una conversación que, por cierto, Washington no ha mostrado interés en reanudar. El canciller iraní descartó como una “ilusión” cualquier perspectiva de normalizar las relaciones con Israel.

"Irán nunca reconocerá a un régimen de ocupación que ha cometido genocidio y matado niños", aseguró Araqchi cuando fue consultado sobre los Acuerdos de Abraham, un texto propuesto durante el primer mandato de Donald Trump para buscar la conciliación entre Tel Aviv y varios países árabes y musulmanes.

Irán en horas bajas

Analistas creen que Irán nunca había estado tan solo a nivel regional desde la imposición del régimen de los ayatolás a finales de los años ’70, y la diplomacia de Teherán parece estar respondiendo a su nueva realidad.

Con el fin de las hostilidades en la Franja de Gaza, Israel puede ahora volver a centrar sus capacidades defensivas (y de ataque) en la amenaza que percibe desde Teherán, que ha alimentado el llamado Eje de la Resistencia, apoyando diversos movimientos hostiles a Tel Aviv.

"El alto el fuego refleja el colapso de la influencia regional de Teherán tras el desmoronamiento de su poderoso 'Eje de la Resistencia' desde 2024″, dijo a la agencia AP Ali Fathollah-Nejad, director del Centro para Oriente Medio y el Orden Global, con sede en Berlín.

Según el experto, el fin de las hostilidades en Gaza "liberará las capacidades militares israelíes, que ahora se utilizarían contra los intereses iraníes, ya sea en el Líbano contra Hezbolá o directamente contra Irán".

Otros países musulmanes de la región, como Turquía y las poderosas monarquías petroleras, han cerrado filas en torno al presidente Trump, luego de haber secundado sus esfuerzos para alcanzar un alto el fuego entre Israel y Hamás.

Sus otros aliados, Rusia y China, no parecen dispuestos a grandes gestos para retribuir los favores iraníes, como los drones para la guerra de Ucrania o los descuentos en los costos de suministro petrolero, aunque ambos votaron a favor de retrasar la reimposición de sanciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Varios de los focos alimentados por Irán, como el propio Hamás, Hezbolá, los grupos militantes iraquíes y el depuesto régimen sirio de Bashar al-Assad han sufrido importantes retrocesos o su liderazgo ha sido eliminado por completo.

De esta manera, el Eje de la Resistencia queda limitado a movimientos más frágiles, como el de los rebeldes hutíes en Yemen, que causan interrupciones al comercio marítimo en el Mar Rojo y efectúan ataques eventuales a Israel, pero cada día parecen más vulnerables a la respuesta de Tel Aviv.

"Sin duda, este no es un momento de orgullo para Irán", comentó Ali Vaez, director del proyecto de Irán en el International Crisis Group, en declaraciones a la agencia AP. "Su sistema de alianzas en la región está en ruinas, pero eso no significa que el 'Eje de la Resistencia' ya no exista".

El asesor del ayatolá Ali Jamenei, Ali Akbar Velayati, advirtió en X que "¡El inicio del alto el fuego en Gaza puede ser el final entre bastidores del alto el fuego en otro lugar!", aludiendo a las capacidades de los rebeldes hutíes para animar nuevos conflictos regionales.

Pero Irán ha dado aparentes muestras de debilidad en los últimos días, como la suspensión de los discursos semanales de Jamenei o de la tradicional conmemoración militar del fin de la guerra con Irak, que se realiza regularmente en septiembre, así como la flexibilización del estricto código de vestimenta femenino, que obliga el uso del velo o hiyab. Qué tan claras son esas señales, aún está por verse. 

Con Reuters y AP

France24

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