La capital de Yemen volvió a ser escenario de fuertes ataques aéreos este domingo, en una nueva escalada entre Israel y los rebeldes hutíes, grupo armado respaldado por Irán que en los últimos meses ha intensificado el lanzamiento de misiles y drones contra territorio israelí. Por los ataques israelíes, fuentes oficiales reportaron muertos y heridos.
Los bombardeos perpetrados por Israel durante este domingo 24 de agosto impactaron instalaciones estratégicas y zonas residenciales de Saná, capital de Yemen, dejando al menos cuatro personas muertas y decenas heridas.
El ejército israelí confirmó que sus aviones de combate llevaron a cabo una serie de bombardeos contra lo que calificó como objetivos militares de alto valor en la capital yemení. Entre los puntos atacados se incluyó el complejo donde se ubica el palacio presidencial hutí, además de dos plantas eléctricas y un almacén de combustible. Según un comunicado castrense, las operaciones se realizaron "en respuesta a los continuos ataques del régimen terrorista hutí contra el Estado de Israel y sus civiles".
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, aseguró que las Fuerzas de Defensa de su país "han destruido el palacio presidencial hutí en Yemen y atacado depósitos de combustible y plantas eléctricas". En el mismo mensaje, emitido junto al primer ministro Benjamín Netanyahu, subrayó que las operaciones se enmarcan en la política de responder con contundencia a cualquier ataque.
Netanyahu, en declaraciones televisadas, reiteró que el grupo que tiene el apoyo de Irán "está aprendiendo a las malas" las consecuencias de atacar a Israel. "A quien nos ataca, lo atacamos. A quienquiera que planea atacarnos, lo atacamos. Creo que toda la región se está enterando de lo fuertes que son las manos y la determinación del Estado de Israel", dijo el mandatario.
Las consecuencias del ataque
El Ministerio de Salud controlado por los hutíes informó inicialmente de dos muertos y 35 heridos, aunque la agencia Reuters elevó posteriormente la cifra a cuatro fallecidos y 67 lesionados. Imágenes difundidas en redes sociales mostraron una bola de fuego sobre una instalación petrolera alcanzada, mientras residentes de Saná relataron la magnitud de las explosiones.
"Los sonidos de las explosiones fueron muy fuertes", narró Hussein Mohamed, vecino de la zona cercana al palacio presidencial. Otro residente, Ahmed al-Mekhlafy, relató por teléfono a AP que "la casa se tambaleó y las ventanas se hicieron añicos".
Los bombardeos también provocaron columnas de humo visibles desde la plaza Sabeen, uno de los principales puntos de encuentro de la capital yemení, donde algunos edificios sufrieron daños estructurales.
Hutíes e Israel enfrentados hace casi dos años
Los hutíes, movimiento insurgente que controla buena parte del territorio yemení, han mantenido durante casi dos años una ofensiva con misiles balísticos y drones contra Israel y embarcaciones en el mar Rojo. Estas acciones, aseguran, se realizan "en solidaridad con los palestinos en medio de la guerra en Gaza".
El viernes previo a los ataques israelíes, los rebeldes afirmaron haber disparado un misil balístico de nueva tecnología contra Israel, dirigido al aeropuerto Ben Gurión, el principal del país. Aunque no se registraron víctimas ni daños, militares israelíes confirmaron que se trataba de un proyectil con submuniciones, lo que lo convierte en la primera bomba de racimo lanzada desde Yemen hacia territorio israelí desde 2023.
Un alto oficial de la Fuerza Aérea israelí, bajo condición de anonimato, explicó que este tipo de armamento representa una amenaza mayor porque "está destinado a detonarse en múltiples explosivos al impactar", lo que dificulta su interceptación.
En tanto, los bombardeos de este domingo forman parte de una serie de operaciones lanzadas por Israel contra objetivos en Yemen desde el inicio de 2024. En mayo, un inusual ataque diurno destruyó la terminal del aeropuerto de Saná, causando graves daños en la pista y afectando a seis aviones comerciales.
Según fuentes militares, más de 10 aviones de combate participaron en la última operación. Todos regresaron sin incidentes a sus bases en Israel, confirmaron las autoridades.
Aliados de los hutíes rechazan la ofensiva de Israel
El ataque provocó una ola de reacciones en la región. Irán, principal aliado y respaldo de los hutíes, condenó enérgicamente los bombardeos y los calificó de “crimen de guerra y crimen contra la humanidad”. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, aseguró que la agresión "demuestra la hostilidad del régimen sionista hacia el desarrollo y la prosperidad de los países de la región".
Baghaei añadió que la ofensiva israelí contra instalaciones civiles y de servicios básicos, como aeropuertos, puertos, centrales eléctricas y almacenes de alimentos, refuerza la urgencia de que los países islámicos actúen de inmediato para detener el “genocidio en curso” en Gaza. También instó a la Organización de Cooperación Islámica (OCI) a dar una "atención especial" a estos acontecimientos en su reunión extraordinaria en Yeda.
Por su parte, el grupo palestino Hamás calificó los ataques en Yemen de "agresión terrorista" y aseguró que constituyen una violación de la soberanía árabe y del derecho internacional. En un comunicado, la organización islamista afirmó que Israel busca "disuadir" a Yemen de apoyar al pueblo palestino y llamó a "todas las fuerzas libres" a unirse contra Tel Aviv.
Hutíes atacan en solidaridad con Gaza
A pesar de los bombardeos, los hutíes reafirmaron su compromiso con las operaciones contra Israel. Abdul Qader al-Murtada, alto funcionario rebelde, aseguró que su movimiento continuará actuando en solidaridad con Gaza. "(Israel) debe saber que no abandonaremos a nuestros hermanos en Gaza, cualesquiera que sean los sacrificios", afirmó.
Nasruddin Amer, subdirector de la oficina de prensa hutí, coincidió en ese mensaje, al señalar en redes sociales que las “operaciones militares en apoyo de Gaza no se detendrán, si Dios quiere, a menos que se detenga la agresión y se levante el asedio”.
Este discurso se enmarca en la narrativa del llamado "Eje de la Resistencia", una alianza informal liderada por Irán que incluye a Hamás, Hizbulá en Líbano, milicias iraquíes y los propios hutíes, todos en confrontación directa con Israel.
Con EFE, AP y Reuters
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