Las tensiones en torno al programa nuclear iraní volvieron a ocupar el centro de la escena diplomática internacional en los últimos días. A menos de dos semanas de que venza el plazo fijado por Francia, Alemania y el Reino Unido para activar el mecanismo de “reversión rápida” de sanciones de la ONU contra Irán, Teherán intensificó contactos de alto nivel para frenar decisiones de este tipo.

El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, sostuvo conversaciones telefónicas con sus homólogos de Francia, Alemania y el Reino Unido con el objetivo de evitar la aplicación de sanciones internacionales. La llamada tuvo lugar tras la guerra de 12 días entre Irán e Israel en junio, conflicto que dejó importantes secuelas en el desarrollo del programa nuclear iraní, bombardeado en varias de sus instalaciones atómicas.

El acuerdo nuclear alcanzado en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (EE. UU., Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania) contempla una cláusula conocida como “snapback” o “reinicio rápido”, que permite a cualquiera de sus signatarios restablecer automáticamente las sanciones de la ONU en caso de incumplimiento por parte de Teherán.

Las tres potencias europeas enviaron una carta el 8 de agosto advirtiendo a Irán que procederían a aplicar esta disposición si no alcanzaba una “solución satisfactoria” a los problemas vinculados con su programa nuclear. La fecha límite es el 31 de agosto, lo que deja un margen estrecho para que Irán y las potencias logren un entendimiento.

En ese contexto, los ministros europeos de Exteriores reiteraron públicamente sus advertencias. El francés Jean-Noël Barrot confirmó que mantuvo un contacto directo con Araghchi y escribió en la red social X: “Acabamos de hacer un llamado importante a nuestro homólogo iraní con respecto al programa nuclear y las sanciones contra Irán que nos disponemos a aplicar de nuevo. El tiempo se agota”.

En la misma línea, el ministro alemán Johann Wadephul señaló que “el tiempo apremia” y agregó: “Irán necesita comprometerse de forma sustancial para evitar la activación del restablecimiento de las sanciones. Hemos sido claros en que no permitiremos que expire el restablecimiento de las sanciones a menos que haya un acuerdo verificable y duradero”.

El británico David Lammy y la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, coincidieron en ese diagnóstico, reforzando el mensaje de unidad en torno a una posible reimposición de sanciones.

Irán asegura que nunca abandonó la diplomacia

Desde Teherán, Araghchi respondió con críticas hacia lo que denominó la falta de “calificaciones legales y morales” de los europeos para amenazar con el restablecimiento de sanciones.

En un comunicado difundido a través de Telegram tras las conversaciones, insistió en que su país seguirá apostando por la diplomacia: “La República Islámica de Irán, al tiempo que actúa con autoridad en defensa propia, nunca ha abandonado el camino de la diplomacia y está lista para cualquier solución diplomática que garantice los derechos e intereses del pueblo iraní”.

Irán sostiene desde hace años que su programa nuclear tiene fines pacíficos y que se encuentra amparado por el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Sin embargo, países occidentales mantienen dudas respecto a sus intenciones, sobre todo tras la decisión de enriquecer uranio al 60% de pureza, un nivel cercano al necesario para producir armamento atómico.

La situación se tornó aún más compleja después de que Teherán interrumpió toda cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tras el enfrentamiento militar con Israel en junio. Desde entonces, el organismo de la ONU carece de información actualizada sobre el estado de las reservas de uranio iraníes.

El papel del OIEA y las tensiones con Grossi

Restablecer el acceso del OIEA es uno de los puntos centrales de las conversaciones. La Junta de Gobernadores del organismo ya había votado, antes de la guerra, declarar a Irán en incumplimiento de sus compromisos. Posteriormente, Teherán acusó al OIEA de haber sido responsable, en parte, de la ofensiva israelí contra sus instalaciones nucleares, sin presentar pruebas de esa acusación.

Las tensiones alcanzaron un nuevo nivel cuando Irán amenazó con detener al director general del organismo, Rafael Mariano Grossi, en caso de que viajara al país. Grossi, de nacionalidad argentina, evalúa además postularse como secretario general de la ONU, una aspiración que también fue criticada por Teherán.

En paralelo, funcionarios iraníes y del OIEA mantuvieron reuniones en Viena para intentar destrabar el diálogo. Según un diplomático citado por AP bajo condición de anonimato, se trató de un encuentro de seguimiento tras la visita a Teherán del adjunto de Grossi, Massimo Aparo, el 11 de agosto.

Araghchi busca el apoyo de sus aliados

El canciller iraní ha intentado restar importancia a la posibilidad de un “snapback”. Según dijo, Irán discutirá esta amenaza con sus aliados internacionales, probablemente en alusión a China y Rusia, países que han respaldado a Teherán en el pasado en foros multilaterales y que podrían vetar cualquier intento posterior de imponer sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU.

El poder de “reinicio rápido” caduca en octubre, lo que coloca a los europeos bajo presión para utilizarlo antes de perder esa herramienta. Después de ese mes, cualquier intento de sanción podría ser bloqueado en el Consejo de Seguridad por Pekín o Moscú.

Jameneí rechaza la negociación directa con Estados Unidos

En paralelo a las negociaciones con Europa, el líder supremo de Irán, Alí Jameneí, marcó los límites de la posición de Teherán frente a Washington. En una ceremonia en Teherán, denunció que Estados Unidos busca un Irán “obediente” y descartó que la negociación directa con ese país pueda resolver las tensiones.

“Este señor que hoy gobierna en Estados Unidos (Donald Trump) reveló su verdadero objetivo: dijo que ‘nuestro enfrentamiento con Irán es porque queremos que obedezca a Estados Unidos’”, afirmó. Y agregó: “Con su historia, dignidad y grandeza, Irán nunca será sometido”.

Jameneí insistió en que la nación se enfrentará “con toda su fuerza” a quienes pretendan imponerle condiciones y advirtió contra las voces internas que piden un acercamiento directo con Washington. “Quienes nos dicen por qué no negocian directamente con Estados Unidos y no resuelven los problemas solo ven las apariencias. A la luz del verdadero objetivo de la hostilidad de Estados Unidos hacia Irán, estas cuestiones son insolubles”, dijo.

El líder supremo también hizo referencia a la guerra de 12 días con Israel, en la que, según sostuvo, “la resistencia y la unión poderosa del pueblo, los responsables y las fuerzas armadas” mostraron que no es posible “doblegar a la nación iraní con la guerra ni obligarla a obedecer”.

Recordó que, tras ese conflicto, Estados Unidos intervino directamente con bombardeos contra tres instalaciones nucleares iraníes, lo que Teherán calificó como una “traición a la diplomacia”. En opinión de Jameneí, Israel y Estados Unidos intentan ahora alcanzar sus objetivos mediante la “creación de divisiones dentro del país”.

Con EFE y AP

France24

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