La llegada este domingo a Ginebra del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, marcó el inicio de una nueva ronda de conversaciones sobre el plan de paz de 28 puntos que Washington propone para poner fin a casi cuatro años de guerra en Ucrania.
Rubio y el jefe de la delegación ucraniana, Andriy Yermak, destacaron el domingo los “buenos avances” que se desarrollan en Ginebra.
“Tenemos muy buenos avances y estamos avanzando hacia la paz justa y duradera que merece el pueblo ucraniano”, dijo Yermak a los periodistas, mientras que Rubio señaló, sobre las negociaciones que continuaban entrada la noche, que habían sido “probablemente las más productivas y significativas… de todo este proceso hasta ahora”.
El negociador Rustem Umerov afirmó que “el documento actual, aunque aún se encuentra en sus últimas etapas de aprobación, ya refleja la mayoría de las prioridades clave de Ucrania”, y añadió: “Esperamos nuevos avances a lo largo del día”.
El plan de paz de Trump en ucrania fue presentado por sorpresa y bajo una fuerte presión de calendario, ya que el presidente estadounidense fijó el 27 de noviembre como fecha límite para que su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, lo aceptara.
La propuesta despertó inquietud en Kiev y en las principales capitales europeas, debido a su aparente sintonía con las principales exigencias planteadas por Rusia desde el inicio de la invasión.
Delegaciones opuestas
La delegación ucraniana, encabezada por Andrii Yermak, jefe de gabinete del presidente Volodímir Zelenski, y el negociador principal Rustem Umerov, llegó a Ginebra acompañada por asesores de Francia, Alemania, Reino Unido e Italia, así como representantes de la Comisión y el Consejo Europeo.
La presencia reforzada de los aliados europeos busca contrarrestar un texto que consideran desequilibrado y carente de garantías para Kiev.
El plan estadounidense contempla la entrega de partes del Donbass a Rusia, el reconocimiento de Crimea como territorio ruso y una drástica reducción del ejército ucraniano, de los actuales 900.000 efectivos a 600.000, además de renunciar de forma permanente a ingresar en la OTAN.
A cambio, el plan prevé garantías de seguridad y un levantamiento gradual de las sanciones, así como el uso de activos rusos congelados para inversiones en Ucrania, lo que en Kiev y en varias capitales europeas se percibe como una consolidación de las ganancias territoriales de Moscú.
Para Kiev, estas cláusulas equivalen a una capitulación. Zelenski, que reiteró en innumerables ocasiones que Ucrania no cederá territorio, advirtió esta semana que su nación enfrenta una elección “entre mantener su dignidad y soberanía o conservar el apoyo estadounidense”.
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Estados Unidos envió a Ginebra un equipo de alto nivel compuesto por Marco Rubio, el secretario del Ejército, Dan Driscoll, y el enviado especial Steve Witkoff.
Según un funcionario estadounidense, las conversaciones del domingo buscan “pulir los detalles finales” antes de un eventual encuentro directo entre Donald Trump y Zelenski. Washington insiste en que “nada se acordará hasta que ambos presidentes lo aprueben”.
Nueva propuesta europea
Las potencias europeas modificaron el plan de paz estadounidense para Ucrania durante las conversaciones en Ginebra, rechazando los límites propuestos a las fuerzas armadas ucranianas y las concesiones territoriales.
El nuevo texto propone fijar en 800.000 el máximo de efectivos de las fuerzas armadas ucranianas “en tiempos de paz”, frente al tope de 600.000 que contemplaba el plan inicial de Estados Unidos.
Además, indica que las “negociaciones sobre eventuales cesiones de territorio partirán de la Línea de Contacto”, en lugar de dar por hecho, como hacía la propuesta de Washington, que determinadas áreas deban considerarse “de facto rusas”.
Según una fuente conocedora del documento, esta versión alternativa fue elaborada por el llamado grupo E3 europeo: Reino Unido, Francia y Alemania.
“El documento actual, aunque sigue en las etapas finales de aprobación, ya refleja la mayoría de las prioridades clave de Ucrania”, dijo el negociador Rustem Umerov, y añadió: “Esperamos seguir avanzando a lo largo del día”.
¿Posible respuesta europea?
La propuesta de Trump causó inquietud entre líderes de la Unión Europea, Canadá y Japón, que el sábado emitieron una declaración conjunta en la que reconocen los esfuerzos diplomáticos de Washington, pero rechazan cualquier intento de alterar fronteras por la fuerza o de imponer límites que dejen a Ucrania vulnerable a futuros ataques rusos.
París, Berlín y Londres aseguran que no fueron consultados para la elaboración del borrador y que cualquier acuerdo de paz que afecte su seguridad, incluida la gestión de activos rusos congelados o la eventual adhesión de Ucrania a la Unión Europea, debe contar con su participación directa.
El presidente francés Emmanuel Macron afirmó que el plan estadounidense “requiere consultas más amplias” y que Europa busca una “paz robusta y duradera”, no un acuerdo impuesto por la urgencia política.
Los aliados europeos coinciden en que un acuerdo apresurado podría consolidar las conquistas militares de Moscú y dejar a Ucrania expuesta a nuevas ofensivas, un temor alimentado por décadas de promesas incumplidas por parte del Kremlin.
El canciller alemán Friedrich Merz recordó que “el fin de la guerra solo puede lograrse con el consentimiento incondicional de Ucrania”, mientras que el primer ministro británico Keir Starmer fue aún más directo al señalar que “una y otra vez, Rusia finge tomarse en serio la paz, pero sus acciones nunca coinciden con sus palabras".
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En este contexto, los líderes de la E3, Francia, Alemania y Reino Unido, enviaron a sus asesores de seguridad nacional a Ginebra para acompañar a la delegación ucraniana. Una fuente del Gobierno alemán confirmó que ya remitieron a Kiev y a Washington un borrador alternativo, basado en el texto estadounidense pero modificado para incluir garantías más firmes y eliminar los elementos considerados concesiones excesivas a Moscú.
Con AP, Reuters y EFE
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