Las empresas de Elon Musk, el hombre más rico del mundo, están en dificultades. Las razones son de carácter político. El sudafricano nacionalizado canadiense y norteamericano, dirige ahora una unidad del gobierno americano para eficientizar las oficinas públicas y reducir los gastos presupuestarios.

Musk también es un activista de la ultraderecha, y ha adquirido fama por su fascinación por el fascismo y los extremos políticos. Fue parte de una reunión internacional de los extremistas de la derecha, en donde el presidente argentino Javier Milei le regaló una sierra para seguir cortando cabezas y empleos en los Estados Unidos.

Trump ha tenido que intervenir para defender a Elon Musk de los ataques de funcionarios norteamericanos, incluyendo al propio secretario de Estado, Marco Rubio, que no coinciden con las posturas extremas del empresario, y por los choques de intereses que ahora existen entre oficinas gubernamentales que investigaban actuaciones de las empresas de Musk y que al llegar al gobierno él les ha despedido.

El valor de las acciones de las empresas de Elon Musk ha caído en más de un 40% de acuerdo con los análisis publicados en las últimas horas. Las ventas globales de automóviles eléctricos de la marca Tesla, también en caído en alrededor de un 45%, en diferentes lugares del mundo, pero muy especialmente en Alemania y en China, mientras las empresas competidoras han aumentado significativamente sus ventas.

Trump intervino y anunció que compraría un Tesla para demostrar que ese vehículo es de lo mejor. Y apareció públicamente promoviendo el vehículo de la empresa del multimillonario más rico del mundo. Varias empresas más de Musk están en observación, como Starlink, de telecomunicaciones, NeuraLink, de investigación tecnológica, SpaceX, XAI, y X (antes Twitter). La red social X adquirida por 43 mil millones de dólares se considera que en este momento ha bajado de valor a la mitad del precio al que fue adquirida. Es la red social más contaminada y promotora de bulos y ataques racistas y xenofóbicos.

En un mensaje de protección de Elon Musk, dado a conocer por el beneficiario en su propia red este miércoles, dice que el presidente Trump pronunció las siguientes palabras en su favor:

Para republicanos, conservadores y todos los grandes estadounidenses, Elon Musk se está jugando la vida para ayudar a nuestra nación, ¡y está haciendo un trabajo fantástico! Pero los lunáticos de la izquierda radical, como suelen hacer, intentan boicotear ilegal y colusoriamente a Tesla, uno de los grandes fabricantes de automóviles del mundo y el "bebé" de Elon, para atacar y perjudicar a Elon y todo lo que representa…”

La incursión de Elon Musk en la política ha sido abrupta y chocante. Tesla parecía ser su gran empresa. X fue atacada fuertemente esta semana, y estuvo fuera de línea por un período en algunos lugares del mundo. La red social hace que la cuenta de Musk aparece en la parte de arriba de los millones de usuarios, en donde lanza mensajes radicales de derecha, ataques, provocaciones e insultos.

Los modernos vehículos Tesla, una gran parte de ellos adquiridos por gente moderna y progresista, parecen haber caído en desgracia. Muy fuertemente vinculados con la imagen de Musk, ahora son la representación política de la ultraderecha. Y adquirentes de esos vehículos los han puesto en venta. Los otros potenciales adquirientes prefieren las propuestas chinas y de la industria automovilística tradicional, que están migrando hacia la locomoción electrónica.

¿Qué tan grave es la situación de las empresas de Musk? Se sabe que hay crisis, y que la señal resulta más que preocupante. Si Trump salió a mostrarse con un Tesla, para animar a sus seguidores, la radicalización podría ser aún peor. El mercado norteamericano se reducirá a la mitad, que se identifican con los republicanos. Y dentro de los republicanos hay una porción que no está de acuerdo con Musk, aunque apoye a Donald Trump. El negocio comienza a dejar de ser negocio.

En Canadá no quieren saber de Musk. Miles de ciudadanos han firmado un reclamo al gobierno para despojarlo de su pasaporte canadiense por actuar contra los intereses de ese país. Trump insiste en aplicar aranceles a Canadá y en pedir que Canadá sea el Estado 51 de la Unión Americana. Una agresión para los canadienses. No habrá muchos compradores. En Europa se comienza a entender a Trump como enemigo, y a Musk como su gran niño mimado. No pareciera que deseen comprar sus productos automovilísticos.

Tal vez llegó el momento para que Musk piense en dejar la política y salvar sus empresas. Tal vez el plan de Musk sea continuar con Trump en la presidencia de los Estados Unidos. La posibilidad de la monarquía no está descartada. Lo exitoso de ambos ha sido ser radicales de la derecha con el consentimiento del pueblo norteamericano. Nadie puede dudar sobre la posibilidad de que este no sea el último mandato del empresario inmobiliario. Esa alianza de Trump con Musk podría ser fructífera y duradera. Tal vez no, y es posible que pudiera estar llegando a su fin. Las medidas arancelarias de Trump golpean a la industria automovilística de Musk. Ellos son ricos y se entienden. Ambos juegan a la política, una cosa que se pensaba tan seria.