La historia, como registro y memoria de los hechos que ocurren en un espacio geográfico y en un tiempo determinados, nos permite visualizar las acciones que, por encima de los intereses políticos y de poder que representan sus actores, nos han servido de plataforma para comprender el accionar de nuestros líderes políticos desde sus diferentes ángulos vivenciales.
Eso es lo que ocurre en esta investigación histórica sobre el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina (“Chapita”, 1930-1961).
Una parte importante de nuestra historia contemporánea queda aquí planteada como un evento significativo, relevante y de irrefutable valor en la dinámica del devenir histórico nacional.
La obra "Trujillo & Peña Batlle: El tirano y el sabio" – Tomo I, es de la autoría del investigador y académico Orlando Objío. Fue editada por la Dirección de Publicaciones y la Editora Universitaria de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en 2019 y contiene 288 páginas.
Este libro forma parte de un bloque de dos tomos que incluyen una presentación general. El primer tomo recoge una extensa presentación (págs. 9-44, obra citada), seguida de los temas:
I. La etapa pretrujillista (1921-1930) – págs. 45-81
1.1 Primera fase (1921-1925) – págs. 45-81
1.2 Segunda fase (1926-1930) – págs. 81-158
El Tomo II contiene los temas:
1. La etapa de transición del trujillista al trujillismo (1935-1941) – págs. 123-158.
En esta ocasión, nos quedamos con los contenidos del Tomo I, hasta que aparezca la edición del Tomo II. Aunque el sujeto-autor adelanta los temas trabajados para ese segundo tomo, no los presentaré por ahora. Todos ellos forman parte de una investigación sobre nuestro devenir histórico contemporáneo y la tiranía trujillista.
La objetividad y la mirada ética del sujeto-autor es lo primero que debo resaltar en esta investigación histórica. Esto reviste gran importancia en un país donde los intereses ideológicos, personales y de grupos pretenden imponerse incluso en libros destinados a la formación del sistema educativo nacional y en nuestras academias.

El sujeto-autor asume, con preclara responsabilidad ética, un estudio equilibrado en sus enfoques sobre los hechos históricos contemporáneos relacionados con la dictadura de Trujillo y sus secuaces.
Por eso, la lectura de esta obra por parte de la juventud dominicana debe constituir un compromiso social e intelectual, para conocerse y conocer su país y gran parte de su devenir histórico.
Estamos ante un estudio razonado, presentado desde una perspectiva humanística, objetiva y transparente. Referirse a la dictadura trujillista puede generar tendencias y pasiones, pues los enfoques sobre esa realidad de persecuciones y asesinatos contra el pueblo dominicano, durante treinta años, aún encuentran defensores.
"Trujillo & Peña Batlle: El tirano y el sabio" (2019) representa también un estudio sobre la función de nuestros intelectuales frente al poder. Desde esa vertiente, este trabajo nos aproxima a un cuestionamiento sobre nuestros intelectuales y su apego al poder y a sus privilegios inmediatos.
De ahí su valor sociocultural y político, pues hemos sido testigos del apoyo que algunos de nuestros intelectuales ofrecieron a la dictadura de Trujillo: Ramón Marrero Aristy, Joaquín Balaguer, Manuel Arturo Peña Batlle, entre otros.
Según los juicios del sujeto-autor:
“El intelectual dominicano ha estado permeado por una ideología/cultura política que lo inclina a ver en las dictaduras un mal históricamente necesario, inevitable y hasta preferido por el propio pueblo dominicano. Esta ideología descansa en la tesis central del llamado gran pesimismo dominicano: que aquí no hay sociedad ni nación ni Estado, y que el pueblo dominicano carece de las virtudes políticas y la capacidad cívica necesarias para vivir en democracia y para la civilización, para la cohesión social.” (pág. 10, obra citada).
Aunque no estoy de acuerdo con el sujeto-autor y otros teóricos académicos al referirse a “la dictadura como un mal necesario”, atribuyéndolo al pesimismo tradicional del pueblo dominicano, es cierto que ese pesimismo ha sido estudiado por historiadores como José R. López, considerado el primer sociólogo en afirmar que “aquí no hay sociedad”, refiriéndose a nosotros como “la agrupación gregaria dominicana”, y sosteniendo que vivimos en un Estado gregario (pág. 10, obra citada).
También Federico García Godoy, en su obra "El Derrumbe" (1920), recoge esa visión del pesimismo dominicano al estudiar “la psicología social o colectiva del dominicano”, “la mentalidad nacional”, “la manera de ser social” y “nuestro organismo espiritual” (pág. 11, obra citada).
García Godoy evidencia asimismo la falta de criterio solidario del pueblo dominicano y plantea que, en cierto sentido, “no somos un verdadero pueblo capaz de evolucionar consciente y progresivamente”.
Estoy de acuerdo con Américo Lugo quien, según el sujeto-autor, “es, sin duda, una figura cumbre de la primera sociología dominicana. A partir de él se institucionaliza el pensamiento social y político predominante en las élites pensantes del país.”
Su pensamiento descansa en varios conceptos: pueblo, conciencia nacional, nación, Estado y nacionalismo (pág. 13, obra citada).
Volviendo al actuar cognoscitivo y estratégico de Peña Batlle frente a la dictadura de Trujillo —o mejor dicho, dentro de la Trujillología— podemos afirmar, junto con el sujeto-autor, que Peña Batlle cumplió su función de ideólogo del régimen basado en los siguientes conceptos: nación, necesidad histórica de la dictadura, personalidad y obra de Trujillo, antihaitianismo y concepción del pueblo dominicano (pág. 22, obra citada).
Según Jesús de Galíndez, el año 1935 fue decisivo en la historia política de Peña Batlle, pues marcó su acercamiento, claudicación e integración al trujillismo. El propio Pena Batlle confiesa: “Me inscribí hace apenas quince días en las nutridas filas del Partido Dominicano”. Galíndez sostiene que Peña Batlle, en sus primeros tiempos, era enemigo de Trujillo, e ingresó al Partido Dominicano en marzo de 1935, mientras que Bernardo Vega sitúa la fecha el 25 de marzo de ese mismo año (pág. 152, obra citada).
Este estudio sobre un acontecimiento imborrable en la conciencia del pueblo dominicano —la dictadura de Trujillo— nos convoca a su lectura inmediata y a su discusión en talleres y seminarios académicos, tanto en nuestras universidades como en entidades culturales y organismos estatales, como el Archivo General de la Nación.
Aquí se presentan teorías y enfoques con un claro criterio de objetividad analítica.
Se trata de un estudio sobre un hecho central de nuestra historia dominicana contemporánea, que debe ser leído y discutido en todas las instancias de la sociedad dominicana actual. Ahí les dejo la impronta. No aceptamos más discursividad panfletera: actuemos ya.
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