
Este domingo en el que despedimos el caluroso mes de agosto en este Caribe Insular, compartimos como siempre desde esta columna una reflexión sobre la maravillosa obra, "Changó, el gran putas" del laureado escritor colombiano Manuel Zapata Olivella, a partir de un recorrido por sus capítulos, su conexión con los territorios y saberes negros en América Latina y mis propias vivencias culturales durante mi segundo viaje a Colombia en este año 2025.
La experiencia en el III Encuentro de Pueblos Originarios en Bogotá, la Cuarta Cumbre Panafricanista, el Festival Petronio Álvarez y los trabajos etnográficos en las rogativas afrocolombianas en la manifestación dedicada a la Asunción en la ciudad de Cali, me permitió constatar que las narrativas del escritor Zapata Olivella no son solo memoria escrita, sino parte de un tejido vivo que sigue latiendo en la música, la oralidad, la espiritualidad y la lucha territorial de las comunidades afrodescendientes e indígenas.
Una obra que envuelve y emociona
Comencé a leer la obra, Changó, el gran putas por primera vez una noche calurosa del año 2012 por recomendación de un profesor mexicano, sintiendo que cada página era un tambor lejano. Años después, ese tambor dejó de ser una imagen para convertirse en una vibración real bajo mis pies. Fue en 2025, mientras caminaba por las calles de Cali y Bogotá, entre la voz de los tambores del Pacífico, las palabras de las mayoras comunitarias y los aromas de la gastronomía afrocolombiana. Allí comprendí que Zapata Olivella no escribió solo una novela: compuso una epopeya de la diáspora africana que sigue viva, latiendo en la memoria y en el cuerpo colectivo de nuestros pueblos.
Mi participación en el III Encuentro de Pueblos Originarios en Bogotá, la Cuarta Cumbre Panafricanista en Cali y el Festival Petronio Álvarez me permitió confirmar que los relatos del libro no son fósiles literarios. Son ríos que aún corren, que cruzan fronteras y desembocan en luchas actuales por territorio, cultura y dignidad. Y en el centro de todo, como en la novela, Haití brilla como un faro de libertad negra que nunca dejó de iluminar, tal como refiere el propio autor en su obra, cuando pone a la nación y la resistencia del territorio haitiano en el centro de la obra.
La novela como cartografía de la diáspora
Changó, el gran putas se compone de cinco cantos que funcionan como estaciones de un viaje ritual:
- La diáspora y la trata esclavista: Zapata Olivella describe el Atlántico como “la tumba sin cruces de millones de mis hermanos” (1983, p. 42). Este primer canto es un cementerio y un acto de resistencia: los tambores, las lenguas y los dioses viajan encadenados, pero sobreviven.
- Las rebeliones cimarronas y el sincretismo: La narración evoca palenques, quilombos y maroon communities, donde la espiritualidad africana se reconfigura en el candomblé, la santería y el vudú, transformando la fe en arma cultural.
- La revolución haitiana: Núcleo de la obra, recrea el Bois Caïman como ceremonia y pacto. “Ogún, Changó y Erzulie caminaron con nosotros hacia el fuego” (p. 217). Haití emerge como el primer territorio libre de América moderna, ejemplo de dignidad inquebrantable.
- Las guerras de independencia latinoamericanas: Haití no solo inspira: entrega armas, barcos y principios a Bolívar y otros libertadores, reclamando que la emancipación incluya a los pueblos negros.
- Siglo XX y panafricanismo: Zapata enlaza a Marcus Garvey, Aimé Césaire, Malcolm X y la música caribeña, tejiendo una red transnacional de liberación.
Haití: matriz espiritual y política
En la novela y en la historia, Haití es un corazón que bombea libertad. Su revolución demuestra que la espiritualidad puede ser una fuerza política de primer orden. Durante la Cuarta Cumbre Panafricanista en Cali, un delegado haitiano afirmó: “Cuando Haití se liberó, todas las cadenas en América comenzaron a aflojarse”. En ese momento, sentí que la voz de Zapata Olivella me hablaba desde sus páginas, recordándome que Haití no es un capítulo cerrado, sino una herencia viva.
Vivencias en territorio colombiano
III Encuentro de Pueblos Originarios: En las montañas de Bogotá, entre tejidos y ceremonias, mujeres afro del Chocó me hablaron de la partería como “ciencia de vida”. Sus testimonios me remitieron a las curanderas de la novela, guardianas de saberes que ni la esclavitud ni la globalización han podido borrar.
Cuarta Cumbre Panafricanista: Cali se convirtió en un mosaico de banderas africanas y voces que discutían sobre restitución cultural, soberanía alimentaria y preservación lingüística. Allí, Haití volvió a aparecer como inspiración, y Changó, el gran putas fue citado como “la biblia literaria de la diáspora”.
Festival Petronio Álvarez 2025: En el Petronio, la novela dejó de ser letra para convertirse en sonido, sabor y movimiento. El currulao, el bunde y la marimba me hicieron sentir dentro de un capítulo vivo. Degustar viche, encocado de piangua y arrechón fue un recordatorio de que la cocina también es resistencia.
Lecturas críticas y resonancias personales
Analizando las miradas de otros autores que han ofrecido claves para comprender la densidad estética, histórica y política de la obra Changó el gran putas, vemos como Raymond L. Williams (1999), refiere que la obra es “una epopeya de la diáspora africana” que integra memoria mítica y denuncia histórica, situando a Zapata Olivella como un creador de genealogías afroamericanas que trascienden las fronteras nacionales. De manera complementaria, Carlos Jáuregui (2005) resalta el gesto de “descolonizar la narrativa histórica” al darle voz a los sujetos subalternos y al inscribir el cimarronaje como principio de libertad en la literatura latinoamericana.
Por su parte, Arcadio Díaz-Quiñones (2003) observa que la novela rompe con las cronologías eurocéntricas al construir una “historia larga de la resistencia”, donde África y Haití se convierten en matrices de sentido más allá de la geografía inmediata. Asimismo, Robin Moore (2006) señala que la obra funciona como un “archivo sonoro y ritual” que conecta oralidad, música y espiritualidad con las luchas políticas de los pueblos afrodescendientes.
Estas tesis críticas se entrelazaron con mi experiencia vivida en espacios recientes de encuentro afrodescendiente. En la Cumbre Panafricanista de Cali, las palabras de Zapata Olivella resonaban en los debates sobre unidad y memoria. De igual forma, durante mi participación en el Festival Petronio Álvarez, los cantos, las bebidas ancestrales y la fuerza de las mujeres mayoras, cocineras, vicheras y portadoras de saberes me recordaron lo que Díaz-Quiñones llamaría “resistencia ritual”, una dimensión en la que la novela de Zapata Olivella cobra vigencia al inscribir lo cultural como acto político. Una mirada que quienes siguen la línea de tiempo de nuestras reflexiones en esta columna saben que lo hemos planteado.
De este modo, leer la obra, Changó el gran putas en el presente no es solo volver a una obra literaria monumental, sino también un “pensar en la historia y el legado negro” fuera de los discursos de odio. La obra nos convoca a recordar que, en palabras de Williams (1999), “la epopeya negra es también una epopeya de esperanza”, y que ese horizonte sigue latiendo en los tambores del Pacífico, en los rituales afrocaribeños y en las luchas panafricanistas contemporáneas.
Para finalizar, es muy importante destacar, que Changó, el gran putas no se termina con la última página: sigue sonando en los tambores del Pacífico, en las voces de los líderes afrodescendientes de la toda la diáspora africana, en la memoria de Haití y en la resistencia cultural que atraviesa todo el continente. Mi paso por Bogotá y Cali y la lectura por segunda vez de la obra me mostraron que la novela no es solo un testimonio literario, sino un mapa para entender y fortalecer las luchas actuales por territorio, cultura, justicia social y las reparaciones históricas, fuera de los discursos. Ya que la diáspora africana dispersada en todo el mundo es como un océano que nos une.
Referencias
Zapata Olivella, M. (1983). Changó, el gran putas. Bogotá: Editorial Oveja Negra.
Álvarez Garzón, D. (2010). Manuel Zapata Olivella y la diáspora africana: una lectura de Changó, el gran putas. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
García, M. E. (2019). Memoria y resistencia afrodescendiente en la literatura latinoamericana. Revista de Estudios Afrolatinoamericanos, 5(2), 45–63.
Ménard, A. (2006). Haiti and the Latin American independence movements. Journal of Caribbean History, 40(1), 1–26.
Almeida, S. R. G. (1999). O Atlântico negro na obra de Manuel Zapata Olivella. Belo Horizonte: Editora UFMG.
Montenegro de la Hoz, G. (2010). Manuel Zapata Olivella: oralidad, mito y memoria afrodescendiente. Bogotá: Universidad del Valle.
Smart, M. (1992). Afro-Latin American Narratives: Decolonizing the Literary Imagination. New York: Routledge.
Tillis, E. F. (2001). Manuel Zapata Olivella and the Rewriting of Afro-Latin American History. Gainesville: University Press of Florida.
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