El manejo del tiempo cuántico como técnica narrativa o poética no es nuevo. Lo encontramos en Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Stephen King, Javier Argüello, Amy Catanzano, entre otros.

Al trasladar los postulados de la mecánica cuántica a un texto narrativo y analizarlos, se puede apreciar con más claridad en qué consiste lo antes expuesto. Se aprecia el comportamiento de las partículas subatómicas en el lenguaje literario.

Cuando se aplica como técnica en la literatura, los personajes y hechos estarían impactados por ese fenómeno de la física. El tiempo rompe no solo con su modelo clásico de flujo, sino con muchas formas utilizadas en textos narrativos por autores tradicionales. Aquí se habla del uso del tiempo lineal, discontinuo, regresivo, futurista, circular y mixto.

El modelo del entrelazamiento cuántico, como sucede con las partículas subatómicas, se puede utilizar como técnica literaria. Dos personajes podrían estar enlazados, sin importar la distancia; lo que le sucede a uno, afecta al otro inmediatamente. En cuanto al fenómeno de la superposición a nivel cuántico, ya es un poco más complejo para ser tomado como técnica narrativa. ¿Cómo podríamos llegar a simular el colapso de la función de onda en un texto? Habría que reflexionar más sobre ese particular. Primero podríamos empezar comparando la superposición cuántica con la semiótica. Estos son conceptos diferentes y habría que probar su base científica. Ya aquí se presenta un limitante conceptual. Podría introducirse mediante el análisis de signos y sus sistemas; la interacción e interpretación de significados y los nuevos sentidos y ambigüedades que pueden ser resultantes; más la cohesión, coherencia y función estética de la lengua y el lenguaje.

Los hechos y personajes

El tema y el tiempo cuántico en la literatura (y II)

De entrada, como ejemplo: en un texto se narran hechos diferentes al mismo tiempo. Se apela a una actividad del pasado o intuitiva del futuro que puede dar más fuerza al hecho principal. Incluso, se podría escribir sobre personajes actuando concomitantemente en tiempos diferentes. Se superpondrían personajes, fragmentos de memoria, escenas reales o intuitivas; casos y situaciones de interés para la narración, con el fin de impactar en los lectores. Los efectos, de tipo cognitivo, emocional o sentimental, dependerán de los lectores. Procesarán del texto el segmento que despierte sus facultades neuroestéticas. Lo pondrán en primer plano y lo demás sería categorizado. Pero las diferencias presentadas serán debidas a las capacidades biopsicoemocionales de cada lector.

Un personaje puede narrarse de manera simultánea, viviendo y muriendo a la vez, como sucede en la versión experimental del "Gato de Schrödinger", que estaba vivo y muerto a la vez, dentro de una caja, hasta que se abre esa caja y se observa su estado existente. Como técnica literaria podría funcionar. Ahora bien, lo importante de su utilización es qué tipo de utilidad y función tendrá en el texto. Debe haber en el cuerpo narrativo un acuerdo para que la técnica sea descartada como adorno literario o acto de erudición.

Las acciones de personajes específicos pueden narrarse de forma simultánea. Por ejemplo: En el preciso momento en que una madre da a luz a un hijo, ese mismo hijo se casa con su novia o lo están sepultando en el cementerio, siendo ya un anciano. Esa técnica facilita la inclusión de contenidos o acciones que no pueden ser narrados utilizando el flujo del tiempo tradicional que manejamos.  

¿Cómo se pueden construir textos narrativos diferentes y simultáneos de un mismo suceso o personaje, a partir del observador? No se toma en cuenta aquí la visión, el fuero u opinión del autor. Un ejemplo ya presentado en otras ocasiones: una moneda de dos caras que cae de lo alto; es cara o cruz al momento que se le observa en su recorrido. Digamos que el primer observador la ve cara y el segundo observador la ve cruz. Por efecto físico, cuando cae y está en reposo, ambos observadores la verán caer: cara o cruz. Si cae cara, el que la vio cara en su recorrido indudablemente crea una especie de coherencia en el fenómeno avistado; solo ha visto la moneda por el lado de cara. Su relato sobre la moneda se centrará en esa mirada hecha desde su perspectiva, aunque sepa que la moneda consta de ambas caras. En cambio, el que vio el lado cruz en el recorrido de la moneda y al verle el lado cara en estado de reposo, el relato sería otro sobre la moneda como resultante de la física. En la literatura, solo utilizando ese “jueguito”, colocándose como observador, se lograría articular un discurso, no solo coherente, sino algorítmico, sobre el hecho narrado, su desarrollo y desenlace, semejándolo con el recorrido-caída-reposo de la moneda. Cada observador podría crear cadenas de contenidos sobre la interpretación de la caída del metal y serían diferentes por el acto interpretativo de cada uno de ellos. Cada acto estaría caracterizado por todas las vivencias, emociones, sabidurías y conciencias de cada observador. Reiteramos que el resultado serían relatos diferenciados.

El uso de la simultaneidad y el paralelismo en la literatura son conceptos diferentes. Lo simultáneo se refiere a la superposición de hechos y personajes mediante un cambio vertiginoso de contexto, creando ilusiones en el tiempo. En cuanto al paralelismo, es la narración de múltiples hechos, en su ejecución real, al mismo tiempo. La obra Las vidas paralelas de Plutarco no se puede considerar como una obra de este tipo. En el caso que seguimos, la literatura cuántica se basa en las leyes de la mecánica cuántica, la cual es muy diferente al contenido de la obra de Plutarco, quien compara la vida de personajes griegos y romanos de cierta fama con el objetivo de ofrecer modelos morales.

Algunas reflexiones

El tema y el tiempo cuántico en la literatura (y II)

Es conocido que algunos postulados de la física o mecánica cuántica se encuentran en forma teórica y, como si fuera poco, todavía estamos haciendo pininos en el conocimiento de las dinámicas de las partículas subatómicas. El escritor tiene la ventaja de poder utilizar la ficción y darle vida en el texto narrado o poetizado. ¿Cuántas veces no se ha utilizado la imagen de un cuerpo atravesando una pared? Es como si hubiera una descomposición molecular y luego una recomposición, por decirlo a mi manera. Se utiliza en la literatura y las películas de ficción. Teóricamente, existe esa posibilidad, por la naturaleza ondulatoria de las partículas, el llamado “efecto túnel”, pero la posibilidad de que un humano atraviese una pared, o sea, que pueda filtrarse, es casi improbable o demasiado pequeña, utilizando la física clásica. En la literatura y el cine de ficción eso es muy utilizado desde hace tiempo. Significa que la descomposición molecular, atómica como fenómeno de ficción literaria hace mucho que existe. Sin embargo, su utilización no tiene rango de hecho verdadero, porque, aunque pueda justificarse desde la física de partículas, no existe evidencia como fenómeno probable de la ciencia, como para que un cuerpo humano atraviese una pared de acero. No descarto que algunos pueden pensar en que utilizando arcanos secretos se pueda lograr. Esto no lo discuto.

Pensemos ahora. Una de las maravillas del avance de las nuevas tecnologías fue la transmisión de información por medio de faxes. Un documento puede “viajar” miles de millas y “llegar”, con todo su contenido, palabras, imágenes, colores…, a un destinatario. Aunque se transmite el mismo texto, las propiedades de la materia constitutiva del papel receptor no son las mismas. El documento original se queda con el emisor. Sin embargo, por acuerdos sociales, jurídicos y morales, el texto de fax recibido tiene el mismo valor que el original. Fue entonces cuando pensé más en serio en la información como partícula de materia.

En los talleres del Movimiento Literario Efluvismo, alguien reflexionó: “Entonces, pronto, desde nuestros ordenadores podremos pedir una pizza al restaurante. Se podría generar una descomposición molecular y, por vía de cable, la pantalla del PC, el espacio o cualquier otro medio, ¿recibiremos en nuestra mesa esa pizza caliente?” Como neófito en el asunto y evitando no descartar nada, porque siempre hemos cuestionado lo imposible, le respondí: "Había leído algo parecido y le dije, todo podría ser. No descarto nada". A veces las ideas pueden ser absurdas en un momento determinado y luego se convierten en realidad; en las experiencias científicas hay muchos ejemplos.

Como podrán entender, la condición del escritor de plasmar realidades y construir ficciones literarias supone la creencia sobre lo que escribe, aunque sean poco probables o absurdas. De no ser así, no podría convencer a los lectores, o despertar sus emotivos planos realistas o ficcionales, para provocar en ellos zonas sensibles, creíbles, cognitivas y hasta utópicas.

Al tratar este tema, se asoman a mi memoria los versos de T. S. Eliot en el poema “Tiempo presente y tiempo pasado”. Sus versos: “Tiempo presente y tiempo pasado / se hallan quizá presentes en el tiempo futuro / y el tiempo futuro dentro del tiempo pasado. / Si todo el tiempo es irredimible. / Lo que pudo haber sido es mera abstracción, / quedando como eterna posibilidad / solamente en el mundo de la especulación. / Lo que pudo haber sido y no fue / apunta a un solo fin, que está siempre presente".

Como se aprecia aquí, el autor describe en versos una versión diferente al flujo del tiempo clásico. Lo hace superponiendo el tiempo en forma descriptiva, no como técnica literaria del manejo del tiempo que hemos venido analizando. ¿Sería este poema un ejemplo de poesía cuántica? Como tema, sí. Con la utilización de las leyes de la mecánica cuántica para la construcción del texto, no.

El nuevo milenio nos coloca en mundo dende la ruptura de modelos será cada vez más frecuente. Estaremos conviviendo con diferentes robots de manera cotidiana. La literatura de esta época debería abandonar toda forma de tradicionalismos y posturas estéticas superadas y asumirse no como una literatura del mundo de carácter universal, con tiempos cuánticos, mundos simultáneos, fractalizaciones, superposiciones y otras formas propias para tal propósito

Domingo 30 de agosto de 2025

Publicación para Acento No. 160

Virgilio López Azuán en Acento.com.do

Virgilio López Azuán

Escritor y académico

Virgilio López Azuán es escritor y académico, exrector de la Universidad Tecnológica del Sur –UTESUR- y ex director general de Educación -MINERD-. Ha cursado maestrías y especialidades en Educación, Lingüística, Estudios Afroiberomericanos y Participación Comunitaria. López Azuán es fundador del Movimiento Literario Efluvismo y ha obtenido diversos premios nacionales de literatura en los géneros, cuento, poesía y teatro. Ha publicado una veintena de libros entre los que se destacan: La pretendida de Verapaz (Novela), Sumer: Poética de los números, Paraísos de la nada, Incendios del Agua, Paraísos de la imagen, Unicornio, Ladran los Huesos, Cuando la mar bota peces, entre otros.

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