Alguien me ha gritado ¡hija de puta! / así de repente de sopetón como diría el del pueblo, nos parecería una mala palabra, una inmensa vulgaridad, claro sino está amparado bajo el anclaje de los versos de Luisa Navarro, una autora de reciente factura en el tintero de la literatura dominicana y sobre todo en la hecha por mujeres.

Visto desde este espacio en el contexto del texto en este poema de largo aliento titulado Flores para George Floyd (págs. 95-99), la autora reza entre muchos versos algunos como estos entrecogidos que le presento.

Veamos…una ira colosal se adueñó de mis pies. /… ardiente fragua/ es la furia que llega hasta mi pecho/ …llena de coraje/ quiero que el insolente pague/ su atrevimiento. / Quiero que escuche claramente, / como lo escuché, / y habré limpiado mi honra: / (¡Hijo de puta eres tú!…

La autora deja en el mapa de los recuerdos los de cifrados del dolor que causa la injusticia, lo dice y lo hace contar con una sutileza que no le permite rayar en lo panfletario, equilibrio un tanto difícil para un aprendiz de poeta, pero lo logra y de qué manera, cual ríos que arrastran secretos de piedras agua al mar.

Aunque nuestra autora es pasado meridiano en la edad y muy joven o imberbe en la literatura, pues es en los últimos años que se nos ha revelado en este nuevo espacio sideral de la belleza escritural. No sin antes darle un zarpado a la historia pasión que le ha permitido vivir entre su buen decir.

Entre su verdad y la verdad de otros. Pero al fin y al cabo su historia es la misma que otros cuentan, pero ella contracuenta desde otras miradas la infamia oficialista de esas historias.

Quizás por eso ahora nos cuenta poemas con sabor de historias y rebeldía.

La escritora se reveló como poeta un día cualquiera, claro al margen de los pasillos ruidosos de la Facultad de Humanidades. Pero lo que importa es que es poeta de carne y hueso, sí hasta el tuétano el cual humedece con "Café y con tinta" libro que recoge su primera apuesta literaria. Con el texto en manos el lector, sentirá como lluvia que lo llenará de fango armonizo en su alma sublime y la autora será una sombra en memoria que se resucita en su ausencia existencial.

En este hay poemas de largo aliento y otros menos extensos. La poética de Luisa Navarro en este texto navega entre la denuncia política, que sería lo mismo decir el compromiso ideológico progresista, un buscar existencial y una poética donde el erotismo, la libido y la sensualidad son el primer bocado del alimento espiritual de la poeta.

Y aunque no es frecuente en la poética de Luisa este deambular por lo señalado en párrafo anterior hay suficiente muestra de lo expresado y como muestra esta el poema Gemidos, págs. 54-55, en donde la poeta dice En una de sus estrofas: Herrumbe de sueños/ y cuerpos perdidos/ simba en nuestros poros… nos anuncia, nos marca de algo porvenir que hará arder las carnes pródigas marcadas por los atributos de Laksmi (diosa hindú).

Y a seguida nos dice con un el endulzante erótico bordeante de ensueños:

Andamios,

que se derrumban polvorientos,

al viento,

sostenidos en la fragilidad

de caderas húmedas,

empapadas,

en la lluvia sempiterna de siempre

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La poética de Luisa Navarro toca la libido susurrante de la impaciencia juvenil, se reza de verdad en el instante mismo de la nada y del todo cuando nos dice: ¡Somos el mismo amor de ayer en otra anatomía!  

Y nos desborda en su erotismo existencial cual diosa del mundo de Eros al decir con propiedad para cerrar el poema.

Cruje

nuestras bisagras enmohecidas

donde antes se ahogaban los quejidos.

Es importante destacar que la poeta al ser poseedora de una gran erudición académica e intelectual de la que hace gala sin quererlo sobre todo con nombre, hechos y personajes históricos que es su fuerte profesional, lo que de alguna manera hace que el leyente tenga que acudir al refugio del diccionario para poder en algún momento contextualizar el poema, sin embargo, se noto el esfuerzo que la poeta realiza para ser lo más llama y simple posible en el tratamiento del tema histórico en el poemar.

Dicho esto, queremos darle tratamiento a otro poema en las líneas de lo ideológico-político e histórico ya que no es una casualidad sino un tratamiento deseado e interesado en la poética de Luis Navarro, eso lo podemos verificar en la continuidad de los siguientes poemas, tal es el caso del poema de largo aliento titulado Documento S/6522, págs… 84-89…

Este es un poema de anunciación de la postguerra del 1965 y como un referente en el ámbito religioso hacer una parodia de los que nos dice Juan 1:14 ¨ el fin de la guerra se hizo Carne y habitó la represión entre nosotros¨ y la poeta nos dice: Volandero el recuerdo de atrocidades, / de insepultos y calcinados restos, / y una perdida placa de policía, / entre todos los objetos del pueblo/ masacrado por sus autoridades… ¡Atrocidades! / Divulgaron los reporteros internacionales. / Testimonios, / evidencias, / cuerpos, / objetos; / según informe de la OEA.

Como podemos leer el poema es una queja, es gritar a todo pulmón para que la garganta sea un estruendo que estremezca la América, es un canto por los caídos y por los derrumbados, veamos otro trozo del poema…

Una mujer,

(Yolanda Guzmán,

La sindicalista,

entre el saco de huesos,

en un sepulcro de patio

en Mal nombre, fusilada en el camino

por quienes no pueden llamarse hombres…

La poeta labra con las palabras el golpe de la historia acorralada en medio de los muros coloniales canta desde allí a la patria y a la dignidad, denuncia cuando dice: ¨Más de cien en menos de un mes, / flotando en ríos, / calcinados sus pies / y sus sesos.

Nuestra poeta no cuenta entre los poetas que estuvieron en medio del conflicto bélico, ni muchos menos en los ya conocidos poetas de la posguerra, pero su poesía tiene la marca deleble del conocimiento histórico de los hechos, y la impronta del dolor patrio en el momento en que el peligro le amenazaba como la espada de Damocles.

Ella nos dice: La sospecha de presencia / en Ciudad Nueva era urgida. / No fue posible obrar de modo cauteloso. / Razón del esbirro para llevarles al foso. / Concurrieron a la muerte sin poder impedirla.

El poema es un canto épico, es un a la tristeza para tornarla en coraje y rebeldía, este se convierte en un recorrido por los episodios significativos a partir de la caída de Trujillo, ella, la poeta con el saber histórico subyacente va envolviendo los hechos y situaciones de la historia reciente hasta desembocarlos en lo que se podría denominar un ¨grito patrio¨, sobre todo cuando termina con esta estrofa…

 ¡Oh, Patria atropellada por fuerzas alevosas!

Crecieron mil gigantes por uno que cayó.

De las montañas,

las cumbres que alcanzamos gloriosas,

¡Tu pueblo, el que en la fragua jamás se arrodilló!

 

Digamos que este es semblante de la poética de Luisa otro lo es esos poemas que se recuestan del sabor de la vida, de la plenitud de ser y querer ser o de lo que pudo ser, pero no fue o fue y dejo de ser.

Es ella, la poeta que intenta huir de su propia realidad, la que se busca en los ojos del hombre amado, la que descuelga del derretido horizonte que la puebla entre seducción y olvido…Al cerrarse el camino que escojo al eludir, / dos faros iluminarán desde el cielo plomizo, /en la incipiente tarde del vigoroso abril.

Late en ella la esperanza de esconderse de manera infructuosa. La poeta desanda en vuelos de metáforas… dos faros iluminarán desde el cielo plomizo, serán los ojos que la persigue, los ojos que la acosan hasta dejarla colgada en el laberinto de lo indecible…porque Cuando caigan afuera las gotas de esta lluvia, / se mojarán soberbias iras sin remedio. / Me seguirá la niebla de brumas sin colores / como alivio divino de quemarme en tus ojos.

Es que acaso no serán aquellos ojos los del infierno amoroso. Es la poeta la que ama y esgrime dolor…se mojaran soberbias iras sin remedio.

Es que la poética de Luisa Navarro nos alerta de una mujer que deambula en medio de jauría de miradas por las cuales ella se turba ya porque no la soporta el latir de su corazón enamorado o porque las mismas están como… espantoso miedo a sublimes fanales, / que descubren de un trazo eso que tanto esquivo… termina diciendo el poema de la autora. No descansan mis ojos huyendo de los tuyos. Pág. 59.

Y son los ojos en la poética de Luisa una constante del amor y el combate, de la lucha social y la lucha espiritual del amor por alcanzar, sin dudas poemas de juventud, de esperanza y desvelos por la patria de piel y terrenal… O tal vez la radio / anuncia el toque de queda nacional, / porque llegaron unos guerrilleros por Ocoa/ para derrocar la dictadura.

Pero el amor juvenil es terco, rompe los silencios y las distancias y continúa diciéndonos la poeta: Ninguna circunstancia / me podía impedir estar allí, / de seis a ocho cada anochecer. Y obvio cabe la pregunta ¿allí dónde? En que cita con la historia o con las microhistorias, mismas que son más importante que las oficiales.

Pero igual nos preguntamos los leyentes ¿Quién es él? Que no es Abril… ya que tiene ojos, ojos que la hacen errar en su discurrir societario, quien es él que le arrastra hasta lo indecible, hasta eso que todavía le da miedo. Tal como termina diciendo este poema que escudriñamos de título: Tengo miedo de mirarte, pág. 63.

Desde aquella primera vez,       

cometí el error de mirar sus ojos

cuando sabía que no debía,

esos que todavía me dan miedo,

esos que hacen que vea como soy

por como me miran.

Con este trozo de la última parte de este poema que bien podría titularse… Tengo miedo de (amarte) no de mirarte.

   

EN ESTA NOTA

Luesmil Castor Paniagua

Poeta y ensayista

Luesmil Castor Paniagua. Profesor de la Escuela de Comunicación UASD. Ensayista, poeta y narrador.

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