La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) constituye la principal causa de movilidad social de la RD. Es la responsable de que miles de jóvenes hayan salido de la pobreza. Frecuentemente, se suele decir que quienes egresan de la UASD se gradúan dos veces: de la profesión y de la vida. A lo largo del tiempo, la UASD ha demostrado capacidad de continuar formando a ciudadanos con altos estándares de calidad y con altos criterios éticos. Sin embargo, la pandemia resultó ser un reto para mantener dicha calidad. Aún así, los profesores y profesoras de la UASD, y del país, asumieron el compromiso de aprender a manejar diversas plataformas y aplicaciones virtuales.

Dicho aprendizaje constituye un gran valor agregado para algunos docentes. Este les permitió llegar a cientos de estudiantes universitarios en toda la geografía nacional y, en algunos casos, más allá de nuestras fronteras. La asignación docente, posteriormente a la pandemia, indica que la enseñanza virtual llegó para quedarse, puesto que actualmente un alto porcentaje de secciones se realizan en esa modalidad.

Los profesores de nuestra Facultad, y de toda la UASD, no se han quedado rezagados. Un alto porcentaje de ellos se inscribió en el curso para tutores virtuales organizado por la dirección de UASD-Virtual. A la sazón, el 70% de nuestros profesores se ha certificado como tutores virtuales. Otros se encuentran en proceso de formación. Asimismo, UASD virtual ha creado los tutoriales necesarios y suficientes para que los estudiantes que requieran las competencias tecnológicas, en este sentido, la adquieran.

El reto de las IES es continuar formando con calidad a los ciudadanos; ya que, si bien la virtualidad ha sido una alternativa importante para desempeñar procesos docentes, su uso absoluto, indiscriminado y sin criterio, atenta, sin dudas, contra la calidad de los procesos. Por un lado, un porcentaje de nuestros estudiantes adolece de la madurez que les permita asumir con responsabilidad su propia formación; por lo que, para esta población estudiantil, el fraude se constituye en norma para alcanzar lo que entienden son sus fines: aprobar la asignatura y adquirir el pergamino de graduación.

Por otro lado, una segunda parte de la población estudiantil adolece de conectividad. Otros viven en situaciones infrahumanas, en barrios en los que la contaminación acústica que producen los altos decibeles de las bocinas, en los colmados y automóviles, les imposibilita la comprensión. No hay dudas, pues, que no todos los estudiantes tienen vocación para la enseñanza absolutamente virtual; tampoco todos los profesores, aunque hayamos realizado los cursos especializados en tecnología educativa, soportamos largas horas sentados frente a una pantalla; en algunos casos, porque el sedentarismos que esta modalidad de enseñanza supone, deteriora la salud.

El exceso de estudiantes es otro mal común a las dos modalidades, por lo que, sin importar la modalidad de enseñanza, lo que nunca debe estar en juego es la calidad

En otro orden, parece que la enseñanza virtual ha acrecentado el desinterés por la lectura de libros impresos. Un alto porcentaje de estudiantes, aun en modalidad presencial, esperan copiar de cualquier fuente de internet no acreditada, antes de adquirir un libro de ciencias o de humanidades, autenticados por académicos y por la academia. Ha sido esta última preocupación, que atenta contra la calidad, la que nos ha movido a organizar la Primera Feria de intercambio de libros de humanidades y ciencias. La intención es promover el libro físico como fuente auténtica de conocimiento, de cultura y de placer. También es una forma de promover la lectura de las obras escritas por nuestros autores en lengua española. Algunos de nuestros académicos han donado sus libros a nuestra Feria. Se ha logrado un promedio de intercambio diario de 25 libros. Esta feria pretende seguir creciendo. No obstante, existen limitaciones que no permiten organizar una plena feria del libro uasdiano, como el hecho de que el estatuto orgánico de nuestra universidad prohíba la venta de libros en el campus, salvo que se realice a través del Economato y, a través de otros medios aprobados por la universidad.

Por lo antes dicho, una propuesta que estamos elevando a la comisión de reforma de nuestra universidad, es la institucionalización de la Feria del libro uasdiano; para ello será necesario incluir una cláusula de excepción que permita a las editoras nacionales e internacionales exponer y vender sus libros en el campus universitario, durante la semana que dure dicha feria. Deberá destinarse una partida presupuestaria para su funcionamiento.

Una segunda propuesta, tiene que ver con la creación de la red de talleres literarios en cada uno de los recintos, centros y extensiones de la UASD; que se estatuya, conjuntamente, el Concurso de literatura y artes de la UASD, dirigido especialmente a los miembros y egresados de los talleres, así como a escritores nacionales y extranjeros.

El programa “Universitario por un día”, creado por nuestra Señora vicerrectora de extensión, Dra. Rosalía Sosa Pérez, debe ser estatuido y ampliado a todos los recintos y centros, con una partida presupuestaria. Asimismo, el programa “Amor por la Ciencia”, creado por la Dra. Sosa Pérez, debe ser estatuido y extendido a cada uno de los recintos, centros y extensiones.

En nuestra gestión estamos comprometidos con la calidad académica. Por ello, hemos iniciado el proceso de climatización de todas nuestras aulas para que nuestros profesores y estudiantes puedan recibir la docencia en modalidad presencial con la mayor dignidad posible. Estamos extendiendo los cursos extracurriculares de la Escuela de Idiomas a casi todos los recintos y centros, por instrucciones de nuestro señor rector. Por iniciativa propia, hemos extendido los símbolos de nuestra Facultad a casi todos los centros. En cuanto a posgrado, hemos ganado más de mil becas en el MESCYT y en el INAFOCAM, en lo que va de gestión, como una muestra del trabajo de calidad que realizan nuestros directores departamentales y de escuelas, conjuntamente con su personal administrativo. Todos estos programas se realizan en sendas modalidades de enseñanza y de aprendizaje.

Los afectos de la enseñanza virtual son comunes a la presencial. En las dos modalidades se pueden cometer fraudes. En la presencial, se dice que universitarios han pagado a otros para que le llenen sus exámenes. Se ha de suponer que esta práctica también acontece con mayor facilidad en la modalidad virtual. El exceso de estudiantes es otro mal común a las dos modalidades, por lo que, sin importar la modalidad de enseñanza, lo que nunca debe estar en juego es la calidad; lo que sugiere estatuir la cantidad de estudiantes por aulas en sendas modalidades.

En definitiva, creemos en la enseñanza virtual, pero estamos convencidos de que no todos los estudiantes y profesores tenemos vocación absoluta para dicha modalidad. La misma, por lo tanto, debería acompañarse por encuentros presenciales, en algunos casos, ya que “la cara a cara” tiene un efecto experiencial preponderante para la transformación de la mente de los sujetos; no solo en las disciplinas humanísticas, sino también en las ciencias, sensu lato.